La postura del Concejo Municipal en el caso Deportivo Pereira
Me da por pensar que los concejales de Pereira comprenden poco el asunto del Deportivo Pereira. Su proceso de liquidación, la subasta, la disputa por la ficha, entre otros tantos asuntos que envuelven el proceso jurídico que lleva la institución matecaña.
Estuve presente en la sesión pasada, donde el gerente liquidador Jhon Omar Candamil y su equipo de trabajo acudieron al llamado del Concejo Municipal de Pereira para socializar el estado actual del equipo, no solo en los deportivo si no también en otros componentes como fueron seguridad en el estadio, procesos de mercadeo y un proyecto que busca llevar el equipo a un escenario de competencia internacional. De igual forma la Dra. Luz Adriana Restrepo Ramírez como abogada delegada por la Alcaldía de Pereira, expuso el marco legal con el cual el municipio aspira a «recuperar» la ficha del equipo.
Es claro que en todo este entramado, la realidad del Deportivo Pereira es más privada que pública, y los intereses de quienes están al frente de la institución van desde lo jurídico hasta lo económico. Si bien el equipo lleva el nombre de la ciudad, hay que decirlo con dolor… el equipo no es de la ciudad. Y ahí viene mi inquietud,
¿Cuál es la postura que debería asumir un concejal frente a esta realidad?
Lo primero es que no puedo generalizar, porque no todos los concejales intervinieron al respecto, una buena parte guardaron silencio. Pero quienes lo hicieron, asumieron una postura más apasionada como hinchas que como corporados. No los culpo por ello, pues el fútbol ha enseñado al ciudadano a pensar con el amor por la camiseta y los sentimientos de afinidad por unos colores que reflejan la identidad de un pueblo. Pero seamos honestos, la función de un concejal debe estar por encima de esa emocionalidad para entender los asuntos de fondo que entretejen una situación como la que actualmente vive la institución deportiva y especialmente en su relación con la ciudad y los ciudadanos.
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Por esa emocionalidad, los concejales fijaron muy poco sus intervenciones en los asuntos de seguridad, que de manera muy breve presentó el Jefe de Seguridad del equipo, el Sr. Rubén Marín. Seguridad en un estadio y en un sector que debe prepararse para recibir al rededor de 30 mil o más hinchas de equipos como Nacional, América, Once Caldas y otras tantas barras que por su conglomerado, requieren un análisis y comprensión profunda sobre cómo recibirlas y cómo generar las mejores condiciones para la convivencia dentro y fuera del estadio.
Por esa emocionalidad de hinchas, los concejales preguntaron muy poco sobre un proceso jurídico que adeuda, según entiendo, alrededor de 22 mil millones de pesos a ciudadanos colombianos, por quienes deberían sentarse argumentos para que la subasta se procure pronto, en las mejores condiciones posibles y en consonancia con la ley.
Por ese fervor apasionado a la camiseta, los concejales no profundizaron en los asuntos de movilidad, transporte público, uso, tarifas y disposición de precios en los parqueaderos que funcionan al rededor del estadio, donde se le cobra al ciudadano por usar el espacio público. ¿A dónde va el recaudo de estos dineros?, ¿quién controla tarifas y cómo cuidar el espacio público?
Pero no. Las intervenciones realizadas se preguntaron por aspectos como: ¿qué vamos a hacer con Delio Ángel, un jugador que se está proyectando bien?… por favor, nada que ver los concejales con lo que suceda o deje de suceder con Delio o cualquier otro jugador… es un asunto deportivo y de mercado de jugadores que se mueve en la lógica del orden privado.
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¿existen? y ¿quienes son los interesados en comprar el Pereira?. Sigue siendo un interés privado de una organización como CORPEREIRA que desde la lógica jurídica actual, vela porque las condiciones de subasta sean las mejores para resolver las acreencias y dejar en solvencia económica una institución que seguirá siendo privada, y poco qué ver este asunto con la administración municipal.
Poco análisis sobre la relación con CORDEP y la disposición de un escenario deportivo como el Estadio Hernán Ramírez Villegas, que entre otras, debería tener mayor apertura a la ciudadanía en general. Pero lo que interesa a los concejales, por lo que pude interpretar, es el costo de alquiler del escenario y como afecta esto su uso para los entrenamientos del equipo matecaña. ¿Donde queda el también acceso para torneos locales protagonizados por jóvenes y clubes de la ciudad y la región?.
Deportivo Pereira, es un activo de la ciudad, como lo enunciaron en alguna intervención. Creo que no. Lo fue hace muchos años sí, pero ahora no. Precisamente esa es la disputa de área jurídica del municipio, cuando intenta argumentar que la «ficha» nunca se vendió, ni se entregó, ni se cedió… y que esos derechos de representación seguirían siendo del municipio; discusión que entre otras cosas fue bien refutada por el gerente liquidador del Deportivo Pereira. Parafraseándolo, en palabras más o palabras menos, y con respeto lo dijo, …está bien que lo hagan, y no pone en duda la capacidad de los abogados del municipio, pero esta solicitud se hizo tarde, con la complicidad y hasta negligencia de administraciones anteriores que no hicieron lo debido en su justo momento. Jurídicamente le parece al liquidador que es tarde reclamar la «ficha»… habrá que esperar el proceso jurídico.
Por qué un concejal, está más preocupado por los refuerzos de jugadores, o por una nómina muy costosa… si a la fecha el recurso económico con que se le pagan a los jugadores proviene más de una gestión de publicidad y mercadeo privado, que por los recursos que aporta el municipio. Si bien este año, la gestión de Carlos Maya como alcalde, configuró la posibilidad de que el Bioparque Ukumarí entregara recursos para patrocinar la campaña 2020, estos ni son suficientes, ni dependen exclusivamente de la administración municipal. Más bien, reconozcamos el buen aporte de todo el equipo de colaboradores del Bioparque Ukumarí, que con su trabajo juicioso y dedicado han logrado hacer sostenible una apuesta que hoy les permite funcionar con autonomía y libertad económica, al punto de poder invertir en la publicidad que hoy patrocina a la escuadra matecaña.
En lo que si estoy de acuerdo, es que mantener el equipo en la categoría A es importante para buena parte de la economía de trabajadores y familias que ven en la marca, en los eventos, en la gastronomía, en los servicios turísticos, etc… una oportunidad de ingresos.
Entonces, por qué no se enfatizó una discusión centrada en cómo organizar la informalidad que hoy impera en el comercio que despierta el Deportivo Pereira. El liquidador mencionó el problema que se vive con la reventa de boletas, al igual que son permisibles las condiciones de insalubridad que imperan en algunos puestos de comida a la entrada y salida del estadio. Pero esto no se trató con detalle.
En fin… mis apreciaciones invitan a los concejales que mostraron interés por discutir la realidad del Deportivo Pereira y en general a la ciudadanía, a tratar de ir un poco más allá de los intereses económicos y emocionales de las partes. Los impactos sociales, la seguridad, la legalidad, la salubridad y la movilidad pública, el aseo y el desarrollo logístico, deben ser centro de buenos debates en el Concejo Municipal de Pereira, y esa sí sería una labor loable de un corporado que piensa más en defender los intereses ciudadanos que su propia emocionalidad por el sentimiento apasionado de un equipo, que con dolor reafirmo, hoy no le pertenece a la ciudad.
Ojalá haya una nueva sesión y me extiendan la invitación para escuchar posturas más claras sobre la ciudad y su relación con la actualidad del Deportivo Pereira que hoy enamora.