Deportivo Pereira a vivir el semestre más exigente desde que fue a la B
Entre más altas sean las expectativas, más alta será la decepción. Así será la historia del cuadro risaraldense en el segundo semestre del 2019.
Después de levantar el título como campeón del primer del Torneo Águila I, el onceNo de Néstor Craviotto y Felipe Eusse, deberá asumir la responsabilidad que tiene a cuestas. Y es la de ascender como sea.
Las oportunidades están dadas, el campeonato del primer semestre le entregó varias opciones al matecaña para llegar a la máxima categoría en el 2020.
En contexto: Deportivo Pereira ¡Campeón, Campeón! Torneo Águila 2019-I
La primera lograr la cantidad suficiente de puntos para ser el mejor de la reclasificación y llegar celebrando a las finales del año. La segunda ganar la gran final con el campeón del segundo semestre y avanzar a la máxima categoría. Y la tercera ser el campeón del torneo del segundo semestre, para ratificar el buen momento y su regreso a primera división.
Es decir, bajo este panorama Deportivo Pereira estaría viviendo el segundo semestre más comprometedor desde que descendió en el 2011, lo que mantendrá atentos a los hinchas, la prensa especializada y los amantes de la pecosa para el cierre de año, no solo de resultados, sino también de la tabla de reclasificación, porque aunque no quede campeón, podrá llegar sumando en la materia.
Tendrán desde el área administrativa que prepararse para afrontar mentalmente la presión que se ejercerá por los resultados, porque aunque el trofeo le entregó alegría a la ciudad, el hincha más que nunca estará pensando en volver a la A, cueste lo que cueste.
En ese sentido la psicología del deporte empezará a jugar un papel fundamental para complementar el trabajo deportivo, si bien en el primer semestre no fue tan necesario el concepto; sí será crucial de cara a concluir con broche de oro el año 2019.
Si se asciende la cuidad enloquecerá de alegría, pero si no, el hincha enloquecerá de tristeza. Nunca antes se había estado acariciando tanto el título en un ambiente tan positivo.
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Ahora sí se necesita el aplome y el concepto que el mismo Felipe Eusse pronunció antes de llegar a semifinales «vamos paso a paso», porque serán esa sensación de medir milimetricamente todo, lo que permitirá una fiesta roja y amarilla a final de año.