Sucursal del Cielo, perdió gran oportunidad Olímpica

Sucursal del Cielo, perdió gran oportunidad Olímpica

Foto / Carlos Marín. Estadio Atletismo Santa Marta

Cali, también conocida como la Capital de la Salsa, perdió la oportunidad de ser sede del selectivo de Atletismo hacia Juegos Olímpicos de la Juventud.

Una sorpresiva renuncia al evento deportivo internacional se dio, cuando la Federación Colombiana de Atletismo desistió de que fuera la Sultana del Valle la ciudad que recibiera a los mejores atletas del continente para el Selectivo a los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Colombia se ha puesto en el ojo del mundo con varios eventos deportivos de talla internacional que se han realizando en el país en los últimos años. Primero fueron los XXVIII Juegos Bolivarianos, en los que Santa Marta demostró estar a la altura internacional, no solo de la competencia, sino también de la logística que se requería; luego fue Manizales con el Enduro World Series, con lo mejor del Down Hill y el Ciclomontañismo, donde los corredores no se cansaron de felicitar a toda la organización y sobre todo por los escenarios que se dispusieron para ello. Por su parte, Pereira tampoco se quedó atrás y recibió el Panamericano de Ciclomontañismo, otro de los magnos eventos internacionales que mueven el turismo, no solo de la región, sino de los países participantes que llegan para alentar a sus deportistas, por eso los grandes resultados que dejaron para Colombia y el Eje Cafetero.

En julio será Barranquilla con la acogida de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Encuentro que exige responsabilidad, inversión, compromiso deportivo y político.

Sin embargo, la Sucursal del Cielo que recibió este apelativo en 1971 luego de ser sede de los Juegos Panamericanos, esta vez se quedó al margen de los grandes eventos deportivos, porque además trae consigo exigencias mayores, entre las que se destaca el tema económico. Un selectivo internacional tiene un costo superior a los $ 500 millones de pesos, según expresó la Asociación Panamericana de Atletismo.

No deja de sorprender que Cali, sede de decenas de eventos internacionales, del Mundial de Atletismo Juvenil en el 2015 y subsede de los Bolivarianos en 2017, haya evitado el protagonismo en la realización del selectivo que invitaba una vez más a que el Valle del Cauca fuera atractivo turístico y deportivo de América Latina. Menos deja de sorprender, que la Federación Colombiana de Atletismo haya aceptado sin vender ninguna idea de contraprestación, que una de las cinco ciudades más importantes de Colombia, se negara a ser sede.

El anterior Presidente, Ramiro Varela, al parecer decidió mandar una carta a la APA (Asociación Panamericana de Atletismo), argumentando que no se podía realizar el evento ya que no se contaba con los recursos necesarios para poder realizarlo. Esto sin contar con el consentimiento de varios miembros delegados de la Federación, a quienes se dice, tomó por sorpresa la misiva.

Ciro Solano y Julio Roberto Gómez, miembros de la Federación, quienes sabían la dificultad que se tenía, estaban intentando conseguir que la sede se trasladara para ciudades reconocidas como Medellín o Cartagena, pues el ganar la sede para este tipo de eventos y según lo que plantea la Organización Internacional, no solo implica inversión; se habla de retorno, turismo, antecedente en organización y logística de grandes reuniones deportivas. Algo que no le falta a Cali, pero que tampoco le sobra a otras ciudades de Colombia, más ahora que el mercadeo deportivo está en apogeo, que busca emprender caminos de inversión, visibilidad y protagonismo para el país.

Finalmente será Managua – Nicaragua, la responsable de recibir a los atletas para el Selectivo. Mientras en Colombia, lamentamos que Cali haya perdido la gran oportunidad olímpica.

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