Así vivieron los colombianos el debut mundialista ante Japón

Foto / Valentina Jiménez

Desde muy temprano las calles se empezaron a pintar de amarillo, azul y rojo en Colombia, los canales de televisión nacionales a registrar con sus lentes cómo los ciudadanos le madrugaron al encuentro futbolero. La selección nacional abriendo su sexto Mundial ante Japón en el Mordovia Arena, de Saransk, (7:00 am). 

Desde toda Colombia, Rusia y otros países donde habitan colombianos, se sintió el ambiente en apoyo a los once en el campo de juego. No eran solo ellos, más de 50 millones de nacionales que alrededor del mundo se posaron ante sus televisores para disfrutar del fútbol, cruzar los dedos y esperar una victoria.

En el Eje Cafetero no fueron esquivos a la fiesta, en Pereira, desde las 6:30 de la mañana la Plaza de Bolívar recibió a decenas de fanáticos que con vuvuzelas y banderas, se acomodaron para hacer sentir calor en la fría mañana de martes.

Foto / Valentina Jiménez

Las pantallas gigantes sirvieron como adoquines de complacencia para lo que se vivía en el Mordovia. Nervios, expectativa e ilusión para los cafeteros que buscaron en cada jugada desde el minuto uno, cómo contener el fervor, la emoción de ver nuevamente a los suyos en una cita mundial, con los mejores futbolistas del orbe.

Sin embargo el festejo se desvaneció muy temprano, sobre los tres del periodo inicial un penal a favor de Japón, cambió el rostro de alegría por el de conmoción y desaliento, expulsión para Carlos Sánchez y Colombia se quedó con uno menos. A los cinco Kagawa fue quien silenció a los colombianos en el mundo.

Aunque mucho se fue el piso con el gol del nipón, hubo algo que quedó en el aire, la esperanza que siempre guardan los suramericanos. En el terreno se encontraba José Izquierdo, jugador pereirano, al que por supuesto le hicieron fuerza sus coterráneos, depositándole en sus pies y en los botines de Radamel Falcao la deuda que desde temprano adquirió el equipo.

En Manizales, el Teatro Fundadores fue el epicentro de la celebración, donde cerca de 3000 personas se congregaron para alentar al tricolor orientado por José Néstor Pékerman. Desde el interior del lugar se veían los colores de Colombia en todos los lugares, sin duda quienes más disfrutaron fueron los niños.

Foto / Teatro Fundadores

Los manizaleños lograron estar unidos para este encuentro que despertó alegría, como lo ha hecho en múltiples ocasiones el equipo de esta ciudad, Once Caldas.

Pese que la tricolor iba 1-0 abajo, se esperaba con cautela el momento preciso para celebrar la anotación propia, la del grito, la del suspiro, la de la lágrima y el latido fuerte en el corazón. No se podía ir al descanso en desventaja.

Foto / Teatro Fundadores

Sobre los 37 el central pitó un tiro libre que de entrada se celebró como gol, pero la calma llegó cuando tomó la pelota Juan Fernando Quintero. El antioqueño la ubicó, tomó aire, miró al arco y remató por el piso para superar al golero japonés que no pudo hacer nada para evitar que la esférica entrara.

¡Goool! ¡Goool! ¡Goool! para Colombia, 38 minutos del primer tiempo y nuevamente los niños sonrieron para amenizar más la fiesta.

La gente se tomó un respiro en el entretiempo, así como lo hicieron los jugadores en Saransk, porque sí, ellos no jugaron solos en los 45 iniciales, lo hicieron con miles más, incluyendo a los que arribaron a Rusia para presenciar de cerca los cotejos.

En el segundo tiempo la Colombia de Pékerman lució más confuso, James Rodríguez ingresó pero no fue el mismo que se quedó con la bota de oro en Brasil 2014. Para este tiempo, el frío cuyabro no lució bien- Armenia fue la única ciudad del Eje Cafetero, donde la fiesta del fútbol se vivió menos, aunque los quindianos salieron a trabajar con la camiseta nacional, no festejaron en plazas públicas el debut.

Foto / Valentina Mejía

Solo en centros comerciales se transmitió el partido que dejó sobre los 72 un extraño sinsabor para los amantes del fútbol, fue el jugador Yuya Osako, quien marcó el segundo y definitivo para los japoneses. Logrando así la primera victoria para los asiáticos sobre Colombia en la historia de lo mundiales.

El pitazo final fue el inicio de los lamentos para quienes fueron expectantes apasionados del compromiso. ¡Fue Pékerman!, ¡James jugó mal!, ¡Contra Polonia ganamos!, ¡Qué triste!, fueron las palabras que se desprendieron después de la confusa derrota.

Lo cierto es que el fútbol logró nuevamente unir lo que la época de elecciones separó por mucho tiempo. Colombia jugará el próximo domingo 24 de junio ante Polonia, en juego a “Muerte” como lo mencionó Falcao después del partido. El cotejo se servirá a partir de la 1:00 de la tarde.

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