Sin rueda…
Que poca visibilidad tiene en las categorías inferiores el ciclismo, poco ruido, poca bulla… poca prensa. Una lástima para corredores como el caldense Yeison Rincón, quien ganó la Vuelta al Tolima el fin de semana, pero poco se supo de su gran carrera.
El salamineño se coronó campeón el domingo 11 de julio tras una exigente etapa que salió del alto de Venadillo y llegó a 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar en el municipio de Santa Isabel, se había puesto de líder en la jornada del sábado que se corrió entre Honda y Murillo.
Que bien por el ciclista, por el equipo Alcaldía de Manizales – Super Giros – Gobernación de Caldas, pero que poca vitrina tienen los pedalistas en estas categorías, les toca trabajar con las uñas, para ver si algún día, luego de muchos triunfos locales, un salgo internacional los catapulta a la gloría internacional.
En esa Vuelta al Tolima corrieron 170 ciclistas, 170 promesas del ciclismo colombiano, 170 ilusiones de familias enteras que pierden a sus hijos por largas temporadas, mientras se muelen las piernas, para intentar llegar a la gloría del deporte.
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Ese número de competidores y la fuerza de Colombia en el ciclismo serían suficientes para que cualquier carrera contara con los focos y los parlantes multiplicadores de información para proyectarlas, pero acá solo conocemos las promesas cuando están consagradas, nada de procesos.
Por eso los ciclistas colombianos que apenas empiezan, los desconocidos como lo fueron Nairo, Egan o Rigo hace algunos años, comienzan sin rueda o mejor a rueda de sus familiares y amigos, que son los que conocen sus caídas y raspones, los demás se pegan a la rueda, a llenar de likes las publicaciones.
En un deporte donde sacar figuras es difícil se deberían celebrar con más ahínco las victorias locales.
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