Retos de la asociatividad en deporte, durante y después de la cuarentena
Es claro que la situación de crisis generalizada (provocada por la COVID-19), no solo desnudó una contexto donde impera la informalidad del sector deporte, sino que también permitió que ante tal realidad, los diferentes actores la reconocieran y emprendieran el diálogo para buscar soluciones. ¿será esto suficiente?
Al parecer, durante y después de la pandemia, serán varias las nuevas organizaciones de asociatividad que surjan en el país con miras a recuperar algo de lo ya perdido, y a futuro asegurar un proceso que permita mayor estabilidad en las condiciones mínimas para llevar a cabo algún componente deportivo.
Entrenadores, árbitros, clubes, ligas, periodistas deportivos, y hasta los mismos deportistas, están entendiendo que no pueden esperar mucho del Estado, y que independientemente de quién gobierne el país, las soluciones deben surgir, emerger y proponerse desde y para los mismos afectados.
…el segundo reto ahora, para la nueva asociatividad es el de creer en los liderazgos, creer en la representatividad, pero sobre todo creer en la participación, creer en la democracia participativa.
“…podemos ser instrumento para…” comentó este lunes el Ministro del Deporte, Ernesto Lucena Barrero en un diálogo nacional con los periodistas deportivos más influyentes del país; “ustedes son los que deben presentar las propuestas para el alcalde”, aseguró el Secretario de Deporte, Recreación y Cultura de Dosquebradas, Mario Angée Villanueva, en un diálogo con entrenadores de fútbol; “la obligación de la liga no es solucionarle a los clubes afectados por la pandemia” comentó algún dirigente del fútbol; mientras del otro lado, los más afectados se debaten en cuáles podrían ser las alternativas para «El Gran Escape” que supone la crisis.
Lo cierto, es que su impulso con seguridad les permita estructurar y conformar una asociación legalmente constituida, primer paso para encontrar un escenario legal desde el cual luchar por sus necesidades e intereses, algunos de ellos ya han logrado orientación y asesoría legal con reconocidos abogados, otros siguen en el diálogo: primero de entendimiento, de diagnóstico y posteriormente vendrá el de la conformación y el de la proposición de soluciones, que entre otras no están nada fácil y las posibilidades de resolver las necesidades más inmediatas tendrán que salir por arte de magia desde la solidaridad de las familias, los amigos más cercanos y tal vez, de los vínculos politiqueros que obligan a mendigar algún apoyo.
“No se trata de crear o funcionar como un sindicato” comentó Edwin Velásquez dirigente deportivo que desde el Huila participa en la conformación de la Asociación Colombiana de Entrenadores de Baloncesto, mientras en ACORD-Colombia, todavía desconocen la proyección del periodismo en el mundo digital, y apenas ahora durante la pandemia, se habla de “reinventarse”, no en el oficio, sino más bien en el modelo de negocio, aunque esto parece ser está más que claro, y es que el periodismo en su esencia no puede, no debe ser un negocio.
Hay retos de otra magnitud, que si no logran superarse pueden seguir siendo de mayor morbilidad que la misma COVID-19, se trata de esas estrechas líneas de comunicación asertiva que son tan ausentes en un sector cargado de envidias y otras emocionalidades, de intereses personales y de deseos profundos de siempre ganar a costa de lo que sea. Es decir, que el segundo reto ahora, para la nueva asociatividad es el de creer en los liderazgos, creer en la representatividad, pero sobre todo creer en la participación, creer en la democracia participativa.
¿Qué tan preparados estaremos como sociedad, y en especial como pequeñas células asociativas, en un mundo plagado, infestado de otros virus como la corrupción, la burocracia y la politiquería?
Entre muchos retos, que parten de sostener el diálogo, materializar la conformación de las organizaciones, creer en los liderazgos y fortalecer la comunicación asertiva, también está el de aprender el funcionamiento de estas organizaciones. Existe desconocimiento sobre su sentido, es lo que se logra percibir en varias de las reuniones que a través de diferentes plataformas he podido apreciar. Es claro que se necesitan soluciones en el corto plazo, pero como lo dije antes, estas tendrán que solventarse de forma solidaria, mientras se estructuran proyectos reales de solución para la estabilidad del sector.
Si con la pandemia, el confinamiento y la crisis obligada, no logramos ponernos de acuerdo con estos gestos de democracia participativa, soy escéptico en que luego podamos lograrlo. Para recordar al reconocido economista alternativo Bernardo Klisgber, el Capital Social se fundameta en cuatro aspectos: relaciones de confianza, cuidado de lo público, valores éticos y capacidad asociativa, cual de todas más necesarias en tiempos de cuarentena.