Orgullo de llevar la bandera del Quindío: grandes emociones en Juegos Nacionales
Fue una semana llena de muchas emociones, me había preparado durante todo el año para tres competencias que se llevarían a cabo en tan solo 4 días (sprint, estándar y relevos mixtos).
El deporte que elegí, no solo como mi estilo de vida sino como mi profesión, es muy exigente; en este debes nadar, montar en bicicleta y correr; y esta semana que les menciono fue muy importante para mi vida; terminar las competencias era todo un reto, ya que eran las más importantes de todo el año.
Nací el 27 de febrero de 1994, soy Licenciada en Lenguas Modernas y actualmente estoy en tercer semestre de la maestría en Ciencias de la Educación en la Universidad del Quindío.
Practico deporte desde mis 5 años, todo empezó cuando mi mamá Alba Liliana Prieto decidió inscribirme en un curso de natación y al cual iba únicamente a pararme en el borde de la piscina a titiritar de frío; así, a tan solo esa edad, empezó mi amor por el deporte.
Posteriormente a mis 10 años, empecé a combinar la natación con la gimnasia, pero lastimosamente unos años más adelante el club de gimnasia se acabó. Fue allí donde decidí dedicarme a ser nadadora durante toda mi juventud. Mi rutina diaria era ir al colegio todas las mañanas y en las tardes me la pasaba en una piscina entrenando para torneos regionales, departamentales y nacionales.
A mis 20 años, decidí empezar a montar en bicicleta y a correr, gracias a la motivación constante de mi hermana Lina María Raga (medallista de oro en múltiples eventos deportivos nacinales e internacionales), y quien casi a diario me llevaba con ella a montar en bicicleta y a sus sesiones de atletismo; fue en ese momento cuando decidí darme una oportunidad en un nuevo deporte como lo es el triatlón.
Motivada por la variedad de deportes (nadar, montar en bicicleta, correr, ir al gimnasio) empecé a competir en la categoría juvenil a nivel nacional e internacional, obteniendo resultados nunca imaginados y llegando a ganar carreras sin que nadie me conociera, sorprendiendo por ser una deportista nueva en este deporte y con buenos resultados en mi categoría.
En esa época competía por el departamento de Risaralda ya que la liga de triatlón del Quindío no contaba con reconocimiento deportivo y mi meta y objetivo principal era ir a Juegos Nacionales 2015, donde finalmente obtuve muy buenos resultados que me abrieron muchas puertas durante el siguiente año, que también era clave para los próximos Juegos Nacionales 2019 (el evento más importante en nuestro país, y que es realizado cada 4 años).
En noviembre de 2019 estaba en Cartagena, lista para competir por mi departamento, y algo muy importante para mí, era que por primera vez, iba a competir en equipo con mi hermana Lina Raga, las dos representado al Quindío.
Sumado a esto, estaban conmigo mi entrenador Richard Cárdenas, mi nutriólogo Carlos Andrés Zapata y mi mamá, personas muy importantes en mi vida y que además me motivaban a ganar una medalla.
Las tres carreras fueron muy agotadoras, ya que en Cartagena la temperatura estaba muy elevada y competíamos a las 10 am. De los tres días de competencia, el que más recuerdo es el día del relevo mixto.
Los relevos en triatlón lo conforman 4 deportistas (mujer-hombre-mujer-hombre) y cada uno debe nadar 250 metros, montar 6 kilómetros y correr 1.5 kilómetros.
En esta competencia habían tres medallas en juego, las cuales eran: equipo femenino, equipo masculino y relevo mixto.
El 26 de noviembre del 2019 a las 10:00 am, estaba parada en la línea de partida, yo era la encargada de abrir el relevo y sabía que debía hacer lo mejor para entregarle el relevo y en primera posición a mi compañero de equipo David Rojas.
Entré al mar con la mejor actitud, convencida y segura de todo el entrenamiento realizado previo a esa competencia,…
…nadé hacia la primera boya, llegando de primera y con muy buen ritmo, sabía que venían pocas deportistas conmigo.
Salí del agua siendo primera junto con otra deportista de Caldas; trabajamos el ciclismo muy fuerte para sacar ventaja frente las otras deportistas, en total eran dos vueltas y al pasar en el primer giro y escuchar el apoyo de todas las personas fue muy emocionante.
Luego, recuerdo que me bajé a correr los 1.5 kilometros más rápidos de toda mi vida; sabía que tenía que entregarlo todo porque era el último día de competencia y, además, la última oportunidad de ser medallista nacional.
Entregué de primera el relevo a mi compañero de equipo, quién también salió muy fuerte del agua, pero lastimosamente cuando se subió a la bicicleta tuvo una falla mecánica que no le permitió continuar sobre ella, pues el tensor de su bicicleta se destrozó dejándolo sin la más mínima posibilidad de dar un pedalazo.
En ese momento me llené de angustia, estrés y tristeza, todos en el lugar decían que David no iba a poder continuar. Me fui para el lugar donde se hacia el giro y no había noticias de él, pues debía ir hasta el kilómetro 1.5 y hasta el momento nadie sabía si se había retirado o si seguía en competencia.
Mi hermana estaba ansiosa en el punto de salida esperando que David llegara a entregarle el relevo; entonces me fui para donde ella y ocultando mi angustia y tristeza trate de mantenerla concentrada.
Finalmente, David tomó su bicicleta e hizo todo el recorrido de ciclismo con ella en la mano y trotando descalzo, él sabía que aunque la medalla de equipos masculino y el relevo mixto cada vez estaba más lejos, aún quedaba luchar por la medalla de equipos femenino, y entonces hizo todo ese sacrificio por sus compañeras de equipo.
Fue así como le entregó el relevo a mi hermana Lina Raga y ella tratando de olvidar tanta incertidumbre y angustia, salió e hizo su mejor trabajo, entregándole el ultimo relevo a nuestro compañero de equipo David Holguín, quien sabia que solo con cruzar la línea de meta sus compañeras iban a disputar una medalla.
Al final los jueces tuvieron que reunirse, revisar que toda la carrera fuera limpia y además hacer la sumatoria de las mujeres de cada departamento para concluir los resultados oficiales.
…esa angustia sin saber qué había pasado y de qué habíamos quedado, fue muy estresante, una larga hora después de haber terminado la carrera, supimos el resultado.
Cuando salieron los resultados oficiales, la emoción fue muy grande… lloré, abracé a mi mamá, a mi hermana, a mi entrenador, a todos mis compañeros de equipo, mejor dicho, es indescriptible lo que sentí en ese momento. Somos la medalla de oro en triatlón por relevos de los Juegos Nacionales 2019.
Al final solo queda agradecer a todas las personas que están como equipo de trabajo detrás de una medalla o tan solo de un buen resultado (mi entrenador Richard Cárdenas, mi nutriólogo Carlos Zapata, mi mama Alba Prieto, mi hermana Lina Raga, mi novio Julián Estupiñán, toda mi familia, mis amigos, todas las personas que trabajan con el ente departamental, el equipo biomédico de Indeportes Quindío, pues las personas lo ven a uno recibiendo el premio, pero no se imaginan cuántas personas y cuanto sacrificio hay detrás de esos resultados.
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