Ómar Hernández, el técnico que pone a soñar a una región
10 años en la dirección técnica de fútbol sala (futsal), le han servido a Ómar Hernández Cañón para conseguir con la U. de Manizales un ascenso a primera categoría en el 2018, un subtítulo en el torneo profesional 2019 y un primer puesto en el Torneo Nacional Universitario de ASCUN en el mismo año.
Además del título como asistente técnico de la Liga Argos 2012. Hoy es el encargado de dirigir a la selección Caldas en busca del oro en los Juegos Nacionales 2023.
Este manizaleño de 38 años, el menor de cinco hijos de una familia tolimense, siempre tuvo como objetivo ser jugador profesional de fútbol, probó en equipos como Once Caldas, Pereira, Medellín, Tolima y Chicó. Sin embargo, problemas con los dueños de sus derechos, al igual que la falta de oportunidades, le impidieron cumplir el sueño de actuar en un partido oficial.
“Siempre estuve con los equipos profesionales, era un mediapunta muy veloz y entregado al trabajo. Cuando los equipos querían firmar mi contrato, siempre algo externo lo complicaba. Cinemax era el dueño de mis derechos y no me querían soltar porque pedían una cifra muy alta por mi pase”, explicó Hernández Cañón.
Por amor al fútbol, en noveno grado abandonó sus estudios de la Normal Superior de Manizales, se dedicó a jugar torneos de primera C y a representar al departamento en campeonatos nacionales. A los 22 años y luego de intentar en varios clubes del país, decidió terminar su bachillerato y presentarse a Educación Física en la Universidad de Caldas.
Su esposa Diana Blandón, fue quien lo motivó a terminar sus estudios y presentarse a la carrera, profesión que hoy tienen en común. Ella fue patinadora artística profesional, además es licenciada en Educación Física y administradora de empresas. Hoy son una familia de cuatro, tienen una hija de 12 años, Sofía y una de 7, Luna. Ambas son amantes del patinaje y el fútbol.
“Yo me presenté a Educación Física y no pasé, entonces hice un semestre de Artes Escénicas para después poder homologar algunas materias. En ese momento yo ya dirigía el equipo de fútbol de la Normal Superior y lo había sacado campeón intercolegiados”, indicó.
En la Universidad seguía practicando fútbol, tanto así que consiguieron un cupo al mundial universitario, al que no pudieron ir por falta de recursos de la Institución. A los 24 años incursionó en el mundo del fútbol de salón o microfútbol de manera competitiva, disciplina a la que llegó gracias a la invitación de su compañero César Duque.
En el 2009 que llegó a trabajar a la Universidad de Manizales, se encontró con un equipo de futsal muy competitivo, que dirigía Ricardo Vélez. Hizo parte de la plantilla de jugadores, pero en 2010 que el técnico Vélez se fue a trabajar a otra institución, Ómar Hernández Cañón tomó la responsabilidad que ostenta hasta la fecha.
“Ricardo me recomendó como entrenador para los equipos de la universidad, yo me la llevaba muy bien con mis compañeros y era un equipo con mucha proyección. Luego fui asistente de él en Manizales Lineal, equipo con el que salimos campeones de la Liga Argos en 2012”, precisó el técnico.
Un año después del título quiso probar suerte como jugador profesional en fútbol sala, lo hizo con Once Caldas, que en ese momento asumió el patrocinio de Lineal. Alcanzó a marcar un gol, pero una lesión de tobillo hizo que se alejara de esta práctica y asumiera en propiedad el rol de estratega.
Durante cuatro años la ficha deportiva de fútbol sala se fue de la capital caldense. Solo en 2018 y con un proyecto de la Universidad de Manizales, se compró la ficha para jugar en la segunda división del futsal profesional. Pero, el 21 de septiembre del 2018 vencieron 2-1 al club Inter Soacha y aseguraron un puesto en la máxima categoría.
El primer objetivo en la primera división era pasar de la fase de grupos, pero con trabajo fuerte, se alcanzó un subcampeonato frente Alianza Platanera:
“Siempre nos pusimos objetivos y metas cortas. Llegar a la final lo veíamos como un sueño, solo hasta que clasificamos a las eliminatorias directas, nos creímos el cuento de que sí podíamos”, recalcó Ómar Hernández Cañón.
El gran sueño del estratega es ser uno de los técnicos que pueda ayudar con un empalme táctico-técnico entre el futsal y el fútbol once para mejorar las habilidades de los deportistas. Igualmente espera estar en una Copa Libertadores de esta disciplina y llegar a ser técnico de la selección Colombia.
Este admirador de Osmar Fonnegra, exseleccionador nacional, estará a cargo en compañía de Felipe Castellanos, del representativo de Caldas que busca conseguir una medalla en los Juegos Nacionales del 2023.
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