La evolución «divina» de los guantes de arquero en el fútbol
Foto / Deportivo Pereira Oficial. Harlem Castillo.
El mundo moderno, que para muchos pensadores se caracteriza por el alto desarrollo tecnológico, ha marcado una gran diferencia en el devenir de las prácticas deportivas.
Dicha diferencia no solo se evidencia en el cambio de herramientas o instrumentos para la práctica de diferentes disciplinas, sino también y sobre todo en los altos niveles de competencia que permiten incluso pensar en la posibilidad de romper las marcas o récords existentes en cada una de ellas, aunque pocas veces por «gracia divina».
Semilleros Deportivos expone algunos de esos avances tecnológicos que revolucionan y retan incluso las capacidades humanas para elevar las competencias y proyectar la incidencia que tiene la tecnología en el devenir del acontecer deportivo.
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En esta ocasión se tratan algunos datos relevantes frente al desarrollo tecnológico de los guantes de arquero en el fútbol, un ingrediente que décadas atrás (por lo menos hasta 1936) era quizá impensable o por lo menos no muy visible, además por el hecho de que los arqueros de fútbol en sus inicios, ni siquiera usaban “guantes” para su desempeño en el arco.
En el registro fotográfico se encuentran arqueros reconocidos como «El Divino» Ricardo Zamora del Real Madrid hacia 1936 o el soviético Lev Yashin del Dinamo de Moscú hacia 1939 usando guantes durante los partidos de fútbol en que fueron protagonistas y hasta inmortalizados.
Tomando de: La Galerna
El material en que fueron hechos sus guantes, quizá no era el más ortodoxo, pues por las gráficas es posible que fueran hechos de manera artesanal, quizá una adaptación de indumentaria con otros usos (hay que recordar que Lev Yashin era mecánico de aviones), incluso se pueden percibir hasta materiales de cuero y pensar su utilidad en adaptaciones climáticas como el frío o la lluvia.
Tomado de: ABC
Hoy en día, para quienes desconocen la realidad del arco, puede que pase desapercibida la indumentaria de los arqueros, pero basta con detenerse en algunos de los más destacados porteros latinoamericanos (que sin duda entran en el selecto grupo de los mejores arqueros del mundo) para identificar en ellos no solo la marca deportiva de sus guantes, sino también el material en que fueron fabricados y el verdadero sentido “ayuda” de este equipamiento.
Foto / Conmebol
Una primera razón para el uso de guantes de arquero tiene que ver con el impacto del balón, por lo cual se busca la protección de las manos, quizá este fue un buen argumento para escoger al comienzo materiales resistentes como cuero, aunque también depende de la relación con el material del balón (el cual por supuesto también ha evolucionado).
La tecnología deportiva viene sorprendiendo el mundo de los arqueros, especialmente por desarrollar un material que además de protección brinda mayor “agarre” al balón, se trata de espuma de látex y felpa, la cual tienen diversos usos (para colchones, plantillas de zapatos y hasta máscaras). El látex se extrae del árbol del huleo “hevea brasiliensis” y una vez procesado y por sus características es propicio para responder a los impactos y a la absorción de los mismos.
Guantes Elite Sport Camaleón
Las marcas deportivas por su parte, se han encargado de convertir los guantes de arquero en un producto más del devenir deportivo, y los avances tecnológicos permiten diseños ergonómicos, ajustados a las necesidades no solo de protección y agarre, sino también de comodidad, cambio climático y hasta diseño estético (no hay arquero, que no piense cómo le combinan sus guantes con el uniforme y hasta cómo ofrecer una oración divina que lo proteja durante el juego).
Sin embargo, esta “ayuda tecnológica” para los arqueros, no demerita el talento que muchos goleros demuestran en el área grande, pues se conoce de la complejidad técnica y física que se requiere para enfrentarse a los retos del arco y el balón, máxime cuando en frente se tienen otros talentos que conservan apellidos como Pelé, Maradona, Ronaldihno o Messi solo por mencionar algunos bien conocidos, para los cuales las ayudas «tecnológicas» pareciera que llegan ser divinas.
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