La crónica de un recorrido por la Ciclorruta con el Alcalde de Pereira
Semilleros Deportivos hizo un breve recorrido por la carrera séptima, donde acompañó la experiencia del Alcalde Juan Pablo Gallo, quien convocó a ciudadanos y medios de comunicación a vivir el trayecto desde la calle 19 con carrera séptima hasta la calle 32.
Sin afanes llegó el primer mandatario de los pereiranos al parqueadero de la Alcaldía, él y su esposa Lina Muñetón, pidieron bajar sus bicicletas de los vehículos de transporte que el municipio ofrece a los funcionarios públicos, y en algo más de 10 minutos se prepararon para salir en bicicleta.
En el parqueadero, algunos guardaespaldas ayudaban a finiquitar detalles mientras Marcela Valencia de protocolo orientaba sobre la hora de partir, por otro lado la Jefe de Prensa de la Alcadía, María Teresa Aristizábal, también se alistaba para acompañar el recorrido.
Juan Pablo Gallo vistiendo zapato informal color azul, jean índigo y camisa color rosa, se montó a su caballo de hierro también de color azul, y emprendió el primer reto, subir la cuesta del parqueadero, lo mismo hizo Muñetón.
En las afueras, la séptima, ya estaba el cúmulo de Policías que custodian las ciclorrutas, o ciclobandas, como también se les llama en ciudades como Nueva York.
En el parqueadero de la administración municipal reposan unas 10 bicicletas, que según Jorge Vásquez, colaborador de la Alcaldía, se prestan a funcionarios del ente administrativo; pero para esta ocasión especial, fueron prestadas a dos periodistas que solicitaron vivir la experiencia, uno de ellos de Semilleros Deportivos.
Una vez el pelotón se encontró afuera, se ultimaron puntadas en llantas, cadena, sillín, para iniciar el trayecto que tenía como objetivo concluir en Turín.
El primer pedalazo fue impulsado por Marcela Valencia, mientras los guardas de seguridad vial de la Secretaría de Movilidad de Pereira y la Policía siguieron los pasos, para motivar al resto a avanzar.
Gallo fue abordado una y otra vez por transeúntes que en la Plaza de Bolívar quisieron interrumpir la dinámica de la bicicleta para saludarlo; sin embargo este con cara amable y sonriendo entregaba saludos, mientras disimuladamente intentaba seguir el camino.
Las bicicletas que prestaron a los periodistas con un sonido extraño entre la cadena, los piñones traseros y las bielas avanzaron a ritmo lento, las mismas provienen del Ministerio de Transporte, que entregó 10 diseños a la Alcaldía, 10 al Centro Administrativos Lago y la misma cantidad a la sede de la Secretaría de Movilidad, solo para uso exclusivo de los funcionarios.
Según relató Jorge Vásquez se espera que la Secretaría de Movilidad abra licitación para la compra de bicicletas que será de uso público y se ubicarán en algunas estaciones de Megabús.
Pedalazo tras pedalazo y el ruido de las bicicletas prestadas por la Alcadía daban a pensar que en cualquier momento un tornillo se iba a desprender. El periodista de Pereira en Vivo, miraba una y otra vez para el suelo, esperando que no hubiera una respuesta negativa por parte del vehículo de tracción humana .
A medida que se iba ganando metros, la libertad de poder transitar por el agitado centro de Pereira, una ciudad capital con 472.000 habitantes, se sentía entre el ruido del ventero informal y los vehículos, un leve descanso de poder pisar con llanta de rin liviano, la calle que siempre ha sido del automotor.
Aunque la experiencia se complicó en el semáforo de la calle 23 con séptima, primero porque nuevamente los transeúntes quisieron estrechar la mano del burgomaestre, y segundo porque los carros que pretendían virar hacia la derecha, no sabían si ceder el permiso, o pisar el acelerador para cruzar, lo mismo quienes maniobraron las bicicletas.
Ese gesto minúsculo, representó la primera observación, ¿por qué no hay semáforos para bicicletas?, pues los conductores de uno y otro podrían confundirse a la hora de cruzar cuando al mismo tiempo el semáforo se encuentre en verde.
Se logró llegar al histórico Parque Lago Uribe Uribe, allí un grupo de periodistas abordaron a Juan Pablo Gallo, mientras otro de pedalistas de Risaralda se unió a la que hasta ese momento era una caravana tímida donde el protagonista estaba acompaño de una turba de Policías de Tránsito y de Policía Nacional.
Fue por un corto periodo que se detuvo el pelotón. La gente observaba y decía: el Alcalde, ¡ay tan joven!, ¡tan querido!, ¡mire al Alcalde montado en esa bicicleta!
Cuando Gallo concedió las declaraciones a los diferentes medios de comunicación del departamento, el cielo dejaba desprender algunas goteras. El preámbulo de un tramo sin final.
La ciclobanda desde el Parque Lago Uribe Uribe se empezó a ver lúcida, con mas hitos (separadores), más color y señalización, elementos que jugaron con el buen estado de esa calle, que comparte con el carril exclusivo de Megabús. Tres medios de transporte en una calle de 7 metros.
Hubo quienes le indicaron a Juan Pablo la necesidad de continuar. Cuando se reanudó la marcha, el estado sólido de las nubes hizo presencia, empezó a llover fuerte.
Mientras se atravesaba la séptima entre las calles 26 y 27, un hombre que estaba al interior de una compraventa, le gritó al Alcalde, ¡No cumplís nada, solo promesas! Gallo sonrío y lo invitó a acercarse a él en el futuro.
Luego entre las calles 28 y 29 con séptima, ya el agua estaba incomodando el trayecto, para ese momento la caravana se detuvo con razón del semáforo, ahí en ese instante, un joven que estaba sentado en la acera derecha, unos 28 años observó algo desprevenido a los que estaban en las bicicletas, no se percató de quiénes iban en ellas; pero en cuanto escuchó que estaban saludando al Alcalde, se paró de inmediato, y en un tono de voz bajo le indicó: ¡Alcalde, no se vaya a robar la plata!.
Más adelante la gente miraba con sorpresa una caravana de unas 30 bicicletas donde estaba el popular mandatario, algo asombrados viendo a Juan Pablo Gallo montando en ‘bici’ y en medio de la lluvia.
A unas cuadras de concluir la ruta interrumpida por el aguacero, nuevamente la luz verde del semáforo confundió a un conductor de un vehículo, quien se disponía a realizar el giro hacia la derecha, el hombre se encontró con un usuario de bicicleta, quien también tenía la intención de atravesar. ¿qué hacer? ¿quién da la vía?
Un solo letrero que aludía a la ciclorruta de un tamaño reducido se veía unos metros antes, no hubo una valla pedagógica para la propuesta, en el tramo que estaba exposición.
Ya sobre la calle 32, se detuvo el pelotón y Gallo descendió de su caballo de hierro, se refugió con periodistas, colaboradores y Lina Muñetón en un local de cerámicas, donde los administradores lo atendieron haciéndole pasar para que no terminara de empapar sus vestiduras.
En ese momento aprovechó para conversar sobre el objetivo del Plan de Desarrollo en materia de movilidad, que pretende concluir con 30 kilómetros de ciclorruta para la ciudad capital del Eje, como se auspicia en su periodo. Manifestó que el tramo de ciclobanda del centro, llega hasta Turín, con una distancia de 2.5 kilómetros, donde se ha señalizado debidamente.
Pereira tiene ya 10.5 kilómetros de trazo, según el mismo Alcalde, es la apuesta por aumentar año a año y así cumplir con el objetivo.
Finalmente esos 2 kilómetros no se pudieron recorrer, en una ciclorruta, que ya deja ver observaciones por mejorar; pero que al concepto de los enamorados de las dos ruedas, es un paso importante e influyente para la ciudadanía, no solo en el propósito de mejorar el complicado tránsito vehicular, sino para motivar a los habitantes de la Perla del Otún a la actividad física.
Así lo expresó Carlos Fernando Escobar, un hombre que acompañó la ciclorruta y quien además es abanderado en Risaralda de lo que significa tener un hábito de usar la bicicleta.
El epílogo de esta invitación del Alcalde Juan Pablo Gallo dejó ver una propuesta de movilidad que avanza, que se postula como alternativa seria para el ciudadano, que encontró en un jovial y amigable mandatario, un referente que hizo uso de una ciclorruta que parece ser el inicio de un cambio requerido por los habitante pereirano, por lo menos en la materia.