“Jugar en Risaralda es lo que siempre quisimos” dijo Daladier Demarchy Jr

Foto / Carlos Marín

El popular ‘Dala’ ha pasado por varios equipos del país, donde cada vez aprende más del baloncesto, pero en el que Dios y su familia se convierten en piezas irremplazables a la hora de sus decisiones.

Nacido en Manizales, pero criado en Pereira, a sus seis años Daladier Demarchy Jr., comenzó su trayectoria en el Baloncesto, luego que su padre Daladier Demarchy comenzara a formarlo, enseñándole varias técnicas del juego y a partir de allí, no ha dejado de practicarlo.

A sus 23 años, logró convertirse en basquetbolista profesional, cuando debutó con Cafeteros de Armenia, donde se dio cuenta que aún le quedaban muchas cosas por mejorar, con el aliciente que el entrenador del equipo en ese momento era precisamente su papá, quien no contempló el hecho de que, por ser su hijo le tendría que brindar mayores beneficios, lo que hizo una etapa difícil para este joven talento que regresó a Risaralda para integrar las filas de Raptors Caney Club Deportivo, escuadra que se prepara para jugar la Copa Nacional de Baloncesto.

Sus ganas por aprender y mejorar como fuera necesario, hicieron que de a poco adquiriera más minutos, compartiendo equipo con compañeros como Roger Cardona, con quien también lo hará en el nuevo elenco risaraldense. De allí su talento lo llevó a las filas de Once Caldas, cuando el profesor Guillermo Moreno lo llamó con el argumento de que necesitaba en su equipo un jugador local como él para el nuevo proyecto, aunque jugó pocos minutos y fue otra temporada de aprendizaje.

Para el 2014 tuvo su revancha en el equipo manizaleño, donde ya tenía mayor nivel y madurez en su juego,  incluso mejor condición física, que lo llevó de la banca a ser titular promediando la temporada, hecho que hizo explotar de mejor manera su talento.

Foto / Carlos Marín

El año 2016 fue vital en su carrera, porque surgieron problemas de organización con el torneo que se venía jugando de años anteriores, que lo llevaron a tomar una decisión radical en su vida “con el desorden que había y que no se sabía si se iba a continuar o no, decidí parar ahí para enfocarme en mi carrera de diseño gráfico, aunque no abandoné del todo el baloncesto, porque jugaba torneos locales que me servían para no perder ritmo y así tenía más tiempo para dedicarle a mi esposa y mis hijos”, puntualizó precisamente Daladier Demarchy Jr., en charla con Semilleros Deportivos.

Así transcurrió su vida hasta que en 2018 en el segundo semestre, volvió a ver luces nuevamente a nivel profesional, esta vez con Cimarrones de Chocó, gracias a una llamada de Amada Moreno quien le dice que requieren de sus servicios allí y con tan solo algunos entrenamientos, arrancó la temporada de titular y líder del equipo “decidí asumir ese reto y comienzo con esa figura de liderazgo que mi papá siempre me había formado, pero que nunca lo había ejercido como tal, yo tenía en ese sentido referentes como Daniel Restrepo o Leandro Ortiz, con quienes hoy comparto equipo y se puede decir que lo hice bien, porque de ocho juegos que estuve con Cimarrones, ganamos seis y eso fue muy valioso”, precisó.

Foto / Carlos Marín

Su juego se inspira en Dios, donde una de sus frases favoritas y que siempre recalca está en el Libro de Josué, capitulo uno, donde precisamente Josué está dudoso de un llamado que va a recibir porque era muy joven e iba a ser el reemplazo de Moisés para llevar al pueblo a la tierra prometida; donde Dios le dice ‘no te preocupes que ser joven no es impedimento, lo importante es que yo estoy contigo y nadie te podrá hacer frente, lo único que le pido es ser esforzado y valiente’, por eso los últimos dos años, Daladier ha intentado plasmar eso en su vida, con su carrera al ser esforzado y valiente.

Tiene claro que su familia ocupa el lugar más importante en su vida, no duda en agradecerle a su esposa todo el apoyo incondicional que le ha brindado y que la ha llevado a viajar con él a donde juegue “estoy muy agradecido con ella por esa decisión, por eso le prometo que el sacrificio que ella está haciendo por mí, al permitirme hacer lo que amo, va a ser muy bien recompensado”, agregó al tiempo que agradece a su papá por ser otra de sus grandes inspiraciones en esta disciplina.

Su llegada al nuevo elenco que se viene gestando en Risaralda, se da por ser referente precisamente de la región, gracias al DT Nasser Amaya quien lo conoce perfectamente y sabe qué aporte le puede entregar este talentoso jugador.

El acople ha sido bastante bueno, ya que la mayoría de ellos se conocen entre sí o han jugado juntos en algún momento de sus carreras, lo que facilita el trabajo y refleja un gran ambiente de equipo, mientras que con los refuerzos que han ido llegando, como Bejarano, Valencia, Charry o el mismo Betancur, ya han ido adaptándose a lo que se busca, además de ser grandes personas.

“Poder disfrutar con todos los amigos, lo que más te gusta, por eso nos imaginamos un debut soñado, tal vez no con un coliseo lleno, porque es difícil que suceda de entrada, pero si que asista mucha gente y que alienten este proceso que arranca, porque hace años estábamos esperando que sucediera, aunque vamos con todo este semestre”, indicó este joven que actualmente ostenta el mayor número de puntos de un jugador local con el Once Caldas, cuando logró 25 puntos, ocho rebotes y tres asistencias, siendo una de sus mejores producciones.

Foto / Carlos Marín

Sus sueños no paran, y por eso tiene claro que para este 2019, uno de ellos es poder llegar a ser Selección Colombia, recuerda que sus primeras competencias nacionales se dieron cuando tenía apenas 12 años y que dentro de lo mejor que le ha dejado ser basquetbolista, está el hacer muchos amigos con los cuales sigue en contacto constantemente, aunque varios de ellos ya dejaron de lado el baloncesto y buscaron en otros aspectos, su felicidad.

En el maderamen le gusta tener mucha improvisación ya que eso le permite un juego más fluido y alegre, además sigue fortaleciendo su lanzamiento de tres puntos, que puede convertirse en un arma fundamental durante la campaña. Ha practicado varios deportes como Voleibol, Karate, Fútbol, siendo un deportista versátil, cuando no tiene competencias ni está en concentración con el equipo Daladier se convierte en su otro yo, el diseñador gráfico, el que le gusta rapear, ser un servidor de Dios, pasar mucho tiempo en familia y que disfruta dibujar desde que era un niño.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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