El Quindío necesita mayor articulación en sus procesos deportivos
Quedó evidenciado con los resultados de los XXI Juegos Deportivos Nacionales 2019, en Bolívar. El departamento cafetero no logró sobresalir, y apenas sumó dos medallas de oro, cinco menos que en Chocó-Tolima 2015.
«Después de no lograr el objetivo no quedan sino excusas», fueron las palabras del ajedrecista colombiano Alder Escobar Forero, palabras que fácilmente se pueden acuñar al presente del deporte de altos logros en Quindío.
Si bien los Juegos Deportivos Nacionales son la consolidación nacional en el deporte aficionado, también es cierto que es un medidor de gestión de los organismos públicos y privados vinculados al sistema nacional del deporte. Todo lo que suceda allí, es producto del trabajo de años, donde la gestión, los recursos económicos y la determinación en los procesos, son importantes.
Las 24 medallas en Bolívar 2019, provocaron una oleada de cuestionamientos que llegaron desde los mismos dirigentes deportivos, hasta la prensa deportiva; sin embargo apuntar al ente territorial como único responsable de la falla en las justas, sería partir del punto que no llega a nada.
Los atletas participaron con la ilusión de hacer el mejor papel posible, lo hicieron en 24 disciplinas; pero sumando preseas en tan solo ocho. Triatlón, Hapkido, Balonmano, Bowling, Atletismo, Levantamiento de Pesas, Bádminton y Fútbol de Salón.
Miguel Acevedo, director de posicionamiento y liderazgo del Ministerio del Deporte, lo mencionó en una rueda de prensa. «El sistema nacional del deporte debe trabajar de manera articulada por lo deportistas», y en ello tiene razón, en cuanto menciona que son parte del sistema, clubes, ligas, entes territoriales y toda asociación deportiva que motive a los procesos formativos y de alto rendimiento.
Unir esfuerzos
El concepto de unión de esfuerzos es antiguo, pero no lo suficiente como para que en el gremio del deporte en Colombia se adhiera a las prácticas cotidianas. Todavía se siente en el ambiente aires de apatía por el trabajo que convoca a las ideas de todos y la participación conjunta en la ejecución de programas deportivos.
Algunas escuelas, clubes, ligas y federaciones deportivas, mantienen un estatus en el anonimato, brillan por la ausencia en sus estándares de calidad y lo que es peor, están alejándose de materializar apuestas que beneficien a los colombianos. Sin ir muy lejos, gobiernos se desprenden del derecho constitucional que tienen los colombianos al deporte, la actividad física y la recreación, destinando recursos desoladores para este rubro.
En Quindío sucede que la responsabilidad es del ecosistema local. El escaso número de medallas doradas, tiene que ver con los pasos fallidos de sus actores: dirigentes de clubes, ligas, entes territoriales, prensa deportiva y ciudadanía en general, que pese a la década, siguen sin comprender su rol en el sistema.
Hoy, Quindío es el departamento más rezagado del Eje Cafetero, en materia de resultados en altos logros y esto no se puede negar, a cualquier luz necesita priorizar la articulación en el próximo periodo, reconociendo que el deporte, la actividad física y la recreación significan cohesión social y esperanza para los quindianos.
La gestión
No compromete única y exclusivamente al gobierno departamental, a Indeportes Quindío. Las ligas como organismos que se rigen bajo el derecho privado, deben mantener su condición y generar estrategias que les permita darse a conocer, interactuar con el mercado y acceder a apuestas de oferta de productos y servicios.
Indeportes Quindío y la Gobernación en su esencia, también tienen la responsabilidad de jalonar recursos, cuando los propios son limitados. No se pueden mantener funcionarios públicos que carezcan de visión, que se dediquen a ejecutar los recursos existentes, y no entienden que para el deporte, siempre habrá que gestionar más.
Si en este territorio cafetero se entiende con naturalidad la responsabilidad social que tienen los organismos deportivos públicos y privados, seguramente se partirá de una buena base para establecer lazos comunicacionales que concluyan en el entendimiento. Y no hay nada mejor para iniciar un nuevo camino, que entender la ruta que se debe seguir.
Esta es la oportunidad. Cuando se falla, hay que evaluar para intentarlo nuevamente, será en casa, en el Eje Cafetero, donde Quindío exprese con resultados cómo sus actores han entendido la responsabilidad que finalizando estos juegos deben asumir.