El periodista no puede ser visto como una amenaza para la sociedad

Foto / FNPI

Por el contrario, el periodista es una actor que se distancia de la realidad para leerla, interpretarla e intentar comprenderla de la forma más objetiva posible.

Uno de las potencialidades que fortalece el sentido y el ejercicio de la profesión periodística, tiene que ver con el criterio y la postura crítica que sobre cierta realidad pueda plantear o proponerse. Para ello, los argumentos, sean técnicos, de primera o segunda mano, provenientes de fuentes confiables y reales, hacen del ejercicio periodístico un proceso de éxito o fracaso. Y en materia deportiva, las cosas no cambian.

Como en todas las esferas, en materia deportiva el periodista observa la realidad, la construye a partir de la noticia como género periodístico, pero es muy probable que después apele a otros géneros como el reportaje para profundizar sobre esa realidad. Y para ello, tendrá que acudir a la entrevista, posteriormente a la crónica y finalmente al análisis para acercarse a un verbo que lo compromete ética y políticamente, y es ese de «comprender» la realidad que percibe. No se puede comprender una realidad, sin la posibilidad de asumirla desde una postura crítica.

Es por ello que en materia deportiva, requerimos periodistas y comunicadores que más allá de narrar, describir o simplemente trasmitir la realidad, se permitan ir más allá de los sucesos, que indaguen, consulten, escuchen, conversen, dialoguen, comparen, anticipen, descubran, analicen y argumenten una postura crítica sólida, que sin desconocer el valor de las emociones y las pasiones, tenga control de las mismas para presentar los argumentos, intentando no asumirse como actor directo del proceso, aunque muchas veces, la realidad de la cotidianidad obliguen al periodista a inmiscuirse y tejer estrechas relaciones con los actores de dicha realidad observada.

Pero el llamado no es únicamente para los periodistas en ejercicio o por ejercer, en el fondo el llamado lo extendemos también a las audiencias, llámese lectores, radio escuchas, televidentes, nativos digitales, (es decir ciudadanos del común) entre otros, que tienen el deber, también ético y político, de saber diferenciar una articulo de opinión sobre una noticia, y desde allí entender el sentido que guarda en sí misma una producción periodística.

Si coincidimos en la posibilidad de darle un nuevo rostro al deporte de la región, que a nivel de país nos catalogue como una potencia generadora de alternativas y oportunidades, también tenemos que contemplar la necesidad de actualización, formación y cualificación del gremio periodístico. Porque en el fondo, el periodismo es un labor que amerita actualización constante, pero también desde el periodismo es necesario formar y educar a las audiencias, para brindarles herramientas que les ayuden a tomar distancia sobre el consumo informativo de calidad y pertinencia, cuando menos para tener un criterio real del sentido que tiene el consumo bien sea informativo, de entretenimiento, educativo o cultural.

En materia deportiva, también debemos dar un giro periodístico, para ir un poco más allá y transformar la realidad que actualmente observamos. Realidad, que sin ser buena o mala ( o por lo menos no adjetivarla), requiere darse a las nuevas tendencia de desarrollo informativo. En ese sentido, el periodista no puede ser una amenaza para la sociedad, sino y por el contrario un abanderado de la verdad, un reflejo de honestidad y rectitud, y sobre todo un líder que lejos del egoísmo, es capaz de actuar en consonancia con las realidades de su propia sociedad.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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