¡El fútbol femenino no crece solo con dinero, eso está claro!

Carlos Marín / Periodista Deportivo

Colombia está viviendo un momento especial en la historia del fútbol femenino, se está logrando acaparar miradas que desde la parte deportiva, periodística y social  permiten evolucionar en el área, porque lo crean o no, el fútbol femenino no crece solo con dinero, y Quibdó apareció para demostrarlo. 

Con el surgir del Deportivo Pereira y Deportes Quindío femenino en el 2017, la región le dijo sí al crecimiento periódico del fútbol para ellas; por lo menos desde un foco más expuesto como el «profesional». Esto teniendo en cuenta que otras regiones de Colombia no se aventuraron a salir a la arena mediática de la Liga Águila Femenina.

Desde entonces las escuelas y clubes que han venido trabajando en el tema por años, empezaron a tener más fuerza, mayor disposición y mejor respaldo en técnicos que avizoran una gran oportunidad con el actual momento. Pues las niñas a edades tempranas, ya tienen una posibilidad en Colombia, de poder aspirar a un escenario de mayor reconocimiento en el futuro,  que si bien no es igual al de los varones, les representa un paso importante.

Aunque se cree que la situación radica en el dinero, en los pocos recursos que existen para las escuelas que promueven y promocionan el fútbol femenino; no es así, la situación pasa más por mejorar la disposición, ambientar el panorama donde el respeto hacia la práctica de la mujer en el deporte, sea reconocido incluso por quienes piensas que el fútbol es un deporte para varones.

Foto / Carlos Marín / Club Deportivo Quibdó

Si desde la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol se avaló la idea de promover un evento profesional en el país, de ellos también deben surgir discursos menos machistas, más tolerantes e igualmente equitativos en cuanto respecta los procesos de profesionalización del fútbol femenino, que no se dará de un año para otro como se cree. Lo que se ha jugado hasta ahora, es la puesta en marcha del respeto de la mujer como sujeto de derecho en un escenario de fútbol nacional, a través de un evento que comercialmente sostiene al fútbol masculino en Colombia.

El dinero no lo es todo en un contexto donde los comentarios machistas durante los partidos  lastiman, disminuyen; es por eso que el papel de la comunicación deportiva se hace fundamental en el desarrollo de cualquier disciplina deportiva, más en este caso, cuando se habla de rescatar a una población históricamente subyugada en las diferentes sociedades del mundo, esto a través del deporte, por medio de una práctica que dignifica como el fútbol.

Escuchar las palabras de Gabriel Camargo nos invita a pensar que existe un grado de intolerancia frente al fútbol femenino por parte de la dirigencia deportiva; pero ojo, este es solo uno de los miles de ejemplos que se pueden encontrar a diario en las canchas del país, porque hasta en los hogares, donde los familiares son quienes primero le cortan las alas a las niñas que quieren experimentar su iniciación en el fútbol.

He tenido que escuchar a árbitros hablar de lo poco entretenido que resulta un partido de fútbol femenino, he tenido que escuchar a entrenadores afirmar que el fútbol femenino no da dinero. ¡No es cierto! el fútbol femenino sí da dinero, pero la situación no radica solo en el dinero. El lenguaje, el reconocimiento de la mujer a través del mismo, la disposición a la cooperación en el tema. Una deportista mujer requiere de alguien que quiera mostrarla, y para mostrarla hay que valorarla.

El Club Deportivo Quibdó es el más reciente ejemplo que el fútbol femenino no crece solo con dinero, pues quedaron en la tercera posición del III Campeonato Nacional de Fútbol Femenino en Manizales, y no tienen un plantel profesional en Chocó. En el departamento escasean los escenarios deportivos, llegaron al Eje Cafetero sin dinero, pero con el talento a cuestas. Llegaron después de escapar del machismo en el imaginario social del afrodescendiente en el pacífico, llegaron sin nada, solo con unas ganas tremendas de jugar al fútbol, lo hicieron, fueron felices y se marcharon.

Una vez que se empiece a aclarar el panorama a través del lenguaje, la disposición y el compromiso, la mujer deportista futbolista encuentra un escenario donde puede exponer todo su potencial y así aportarle a la sociedad, todo lo que históricamente le ha aportado el fútbol masculino al mundo.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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