Didier Alonso Chaparro, un ciclista preparado para triunfar

Foto/ Suministrada

Se corrió la edición 70 de la Vuelta a Colombia de Ciclismo y durante la primera semana de diciembre, estará concluyendo la versión 60 del Clásico RCN. En estas competencias ha sido sobresaliente el corredor cafetero Didier Alonso Chaparro, quien por ahora corre para el Orgullo Antioqueño. 

Nació en Santa Rosa de Cabal en 1987, pero siempre ha representado al departamento de Caldas. Es el segundo de los cuatro varones que tuvieron Efraín Chaparro y Luz Estela López, sus padres. De pequeño le gustaba el balompié, sin embargo lo hacía para entretenerse con sus amigos.

“Me crié en Santa Rosa, allá jugaba fútbol con los del barrio y lo hacía de arquero, era algo más por hobby que otra cosa. Tuve una infancia de las que no se viven hoy, literalmente éramos del potrero, nos manteníamos en la calle jugando, fue una época que se disfrutó mucho”, expresó Didier Chaparro.

Con 13 años empezó en el mundo del ciclismo debido a que su papá era un aficionado de las bielas y montaba de manera recreativa en el municipio risaraldense. El señor Efraín les compró bicicletas a sus hijos para que salieran con él, y el más motivado a estar en el deporte fue Didier porque sentía que tenía condiciones.

Su padre le vio buenas características, por eso empezó el proceso en el Club Escuelas Araucarias, en el que duró un año porque su familia se trasladó para Manizales, debido a que la fábrica en la que trabajaba don Efraín, Progel, fue mudada a la capital caldense. En ese primer año en la ciudad de las puertas abiertas, Didier solo se dedicó a montar con su papá.

Foto/ Suministrada/ Primera bicicleta de ruta.

“Al principio me daba muy duro hacer los recorridos en Manizales, me tocaba bajarme de la bicicleta y vomitar para poder seguir. Le echamos la culpa a la altura, hasta que me acostumbré. Con 15 años ya pude ingresar a la liga del departamento, gracias a las averiguaciones que siempre hizo mi padre y creo que se lo recomendaron en un taller de bicicletas”, recordó. 

La primera bici que tuvo este corredor santarrosano, fue una Cross amarilla, en la que tuvo uno de sus primeros accidentes. Aprendiendo a montar con uno de sus hermanos, perdió el control del manubrio, se desvió por una loma hacia abajo y lo recibió un muro, afortunadamente, solo fueron raspones y el susto. 

Luego de esa bicicleta, tuvo una roja marca Track. Sin embargo, la que conserva y recuerda como única, es la clásica Pinarello blanca, que se convirtió en su primera cicla de ruta. La tiene exhibida en el negocio familiar ‘Fidelina Bici-Café’, en su municipio natal. 

“El primer chequeo me tocó subiendo de Chinchiná, yo ya estaba muy acostumbrado por lo que había montado el año anterior a ese con mi papá. Me uní a los más veteranos y ellos estaban sorprendidos con el nivel que estaban mostrando en ese momento. Ahí con la Liga estuve en la prejuvenil, juvenil y mi primer año Sub-23 hasta que me salió la oportunidad de ir al Orgullo Paisa”, dijo. 

Nuevos retos

La oportunidad se le presentó en 2006 luego de haber hecho un buen clásico RCN en su primera competencia como menor de 23 años. Seguía viviendo en Manizales pero los chequeos y algunos entrenamientos los realizaba en Medellín. Le costó la adaptación a la pista porque en ese departamento lo exigen como preparación. 

Estuvo durante dos años en el equipo, para Didier fue un cambio grande porque le dieron bicicleta, le pagaban por hacer lo que más le gustaba, además se hospedaban en los mejores hoteles durante la competencia. Él lo describe como una experiencia de otro mundo.

Foto/ Suministrada

“Correr tan seguido fue muy enriquecedor, para mí haber llegado al equipo fue bastante novedoso. Bajar del peralte en las prácticas de pista era complicado porque me daba susto, aunque entendía que eso me ayudaría a mejorar el pedaleo. Hubo un problema en el equipo, dijeron que solo debían tener antioqueños y por eso salí”, explicó. 

En 2008 pasó a correr con el GW, equipo en el que estuvo hasta el 2012. Con esta escuadra terminó el proceso Sub-23 y empezó como ciclista élite. En el Clásico RCN del 2009 se ganó una etapa que terminó fue de Palmira-Armenia, Chaparro confesó que él no esperaba ganarla porque lo que intentó fue mover la carrera para ayudar a sus compañeros. 

Hizo un ataque faltando 10 km a meta para ver cómo respondía el grupo o para servir de puente más adelante a uno de sus líderes. La salida del grupo de fugados fue tan potente, que quedó solo para llegar a meta, sin embargo, a pocos metros de la llegada apareció Darwin Atapuma para arruinar el festejo. Al final el santarrosano se sostuvo y ganó su primera etapa. 

“Ese momento nunca se olvidará, fue bastante bonito por todo lo que pasó, a pesar que no estuvo mi familia, creo que ganar una fracción de una competencia tan importante es muy bueno. Desde ahí me empecé a coger confianza con el equipo, gané algunas clásicas y me veía entre los cinco mejores del calendario nacional”, aseguró.

En 2012-2013 estuvo con el equipo patrocinado por el Gobierno, el Coldeportes Claro, con el que empezó a correr eventos internacionales. Fue quinto en la clasificación general de la Vuelta a Chile, además participó en la Vuelta a San Juan. 

Foto/ Suministrada

Momentos difíciles

El 2013 fue muy complicado para Chaparro debido a que no se encontraba su mejor rendimiento, tuvo problemas de salud que no le permitieron disputar las clasificaciones de las carreras. Por esto, en ese año se quedó sin equipo y tuvo una para obligatoria. 

“Se me subió la ferritina y tenía unos niveles anormales en la sangre, que no me permitían recuperar bien. No me provocaba entrenar, no era capaz de estar bien anímicamente. Ese año corrí la Vuelta a Colombia y casi que terminé de último, para mí fue bastante duro. Después de esa competencia no corrí más, necesitaba descanso”, especificó. 

En 2014 seguía sin equipo pero no dejó de entrenar. Con ayuda de la Liga de Caldas, algunas marcas y dinero puesto por él, pudo estar en la Vuelta al Valle. Para la Vuelta a Colombia arregló con el equipo de Fuerzas Armadas, para que lo dejaran correr, pero sin pagarle. Le fue bien, terminó 12 en la general y se ganó el cupo en la escuadra para correr el Clásico, ya con dinero. 

Europa

En 2015 se le cumplió el sueño de todo ciclista, ir a competir en Europa. El equipo que lo fichó fue el Nippo-Vini Fantini-Faizanè, conjunto italo-japonés, categoría profesional continental. En este estuvo solo un año, por problemas con el manager y la dura adaptación al ciclismo europeo.

“Al principio me tocó un calendario en Asia, fui quinto en la general en la Vuelta a Japón. Por mis buenas actuaciones me mandaron al calendario de Europa y corrí  Burgos, Lombardía, Grand Piemonte. Al final del año me costó mucho, tuve problemas con el manager, no tuve buenas carreras terminando temporada y me regresé a Colombia”, sostuvo. 

Fue un momento duro para este ciclista porque él esperaba que el sueño europeo durara más, sin embargo entendía, que había llegado con una edad avanzada al viejo continente y la adaptación le sería más complicada. La familia siempre fue el apoyo que tuvo para retomar la competencia.

Foto/ Suministrada

Un regreso con grandes resultados

Le costó conseguir equipo porque cuando volvió las nóminas estaban completas. Lo recibió el Equipo Mundial de Tornillos Pijaos, hizo el calendario nacional. En 2017 se le presentó la oportunidad de correr para el Supergiros Alcaldía de Manizales, luego de muchas confusiones porque le decían que sí y luego que no, hasta que se decidieron.

“Empecé a competir con ellos, estaba preparando Vuelta a Colombia y tuve un accidente en el que me estrellé con un carro y tuve una lesión en la rodilla. Me sorprendió que el equipo me esperara porque fue un mes y medio sin montar. Preparé el Clásico y sorprendentemente me fue bien, entonces me hicieron contrato para el 2018”, añadió.

Ese 2018 Chaparro lo cataloga como uno de los mejores de su carrera, porque en él tomó confianza y seguridad de sus capacidades. Fue noveno en la Vuelta a Colombia, ganó la etapa reina del Clásico RCN entre Mariquita y Manizales, además fue tercero en la clasificación general. Ese día en la llegada al batallón, el ciclista se vio con su familia y amigos con los que dejó caer unas lágrimas de felicidad por lo conseguido. 

En 2019 firmó con Orgullo Antioqueño por las oportunidades salariales que le ofrecían, el cambio para él fue difícil debido a que hizo una gran relación con el Supergiros. Ese año corrió el Tour Colombia 2.1 y fue octavo en la etapa reina, se retiró de la Vuelta a Colombia por enfermedad y fue segundo en la general del Clásico RCN, detrás de Óscar Sevilla. 

“Han sido buenos años, la dirigencia me propuso quedarme, pero no acepté y nuevamente seré azul de Manizales. Espero terminar las cosas de la mejor manera, fui quinto en la Vuelta de este año y espero por fin quedarme con el título del Clásico RCN”, finalizó. 

Chaparro es el líder de filas de su equipo en esta versión 60 del Clásico RCN y le prometió a Semilleros Deportivos que si gana esta competencia, o cuando gane la Vuelta, le pedirá matrimonio a su novia Marcela Palma, con la que lleva siete años. 

“Unidos somos más. Más deportes más región”

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1 respuesta

  1. 10 de septiembre de 2021

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