En clavados, la historia de Camilo Betancur: del temor al triunfo desde el trampolín

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos
Cuando se habla de natación y clavados, Colombia tiene buena representación a nivel mundial y olímpico, como quedó demostrado en París 2024 cuando el risaraldense Luis Felipe Uribe se ganó un diploma olímpico por su participación desde los tres metros.
Pero hay otro atleta que sigue sus pasos con sumo cuidado y atención, se trata del pereirano Camilo Betancur López, quien se abre paso surcando las aguas en las piscinas de clavados de la Villa Olímpica de la capital risaraldense.
De pequeño sufría de asma, por esta razón cuando sus padres iban a piscina, él se conformaba con mirarlos jugar y nadar en el agua. Además, como no sabía nadar, los esfuerzos de Alejandro y su esposa para que se bañara terminaban en llantos y negativas.
Pero lejos de lo que se pensaba, cuando empezó a practicar natación se le quitó el asma y aprendió a bracear con profesionalismo. Claro el joven Camilo también tenía una inclinación por el violín y el piano, y hasta practicaba el bicicross, lo que demuestra la versatilidad y el talento del deportista.

Foto/cortesía Gobernación de Risaralda
Poco a poco la natación fue desarrollando en él una habilidad sobresaliente para el braceo, pero al año de entrenar, fijó sus ojos arriba, en los trampolines de donde veía que los atletas mayores se lanzaban y daban vueltas en el aire, algo que despertó su curiosidad por lo que se siente volar y surcar el aire para luego romper el agua sin salpicar, como lo hace el alcatraz. Así que decidió cambiar el braceo por los saltos desde la tabla.
Al comienzo sentía un hormigueo en el cuerpo al ver desde arriba la lejana y temida agua, que parecía desafiarlo, como si olfateara su temor. Además, les temía a las alturas, algo que casi termina con sus sueños, porque hubo momentos en los que renunció al pensar que jamás lo logaría.
En sus primeros entrenamientos no quería seguir, porque el miedo a las alturas dominaba sus anhelos y deseos de triunfar. Cada sesión de entrenamiento se convertía en una novela de llanto, quejas y berrinches.
“Con mis pataletas, les hacía perder plata y tiempo a mis papás y a los entrenadores, pero gracias a la paciencia de ellos, estoy madurando y empeñándome a entrenar con más ganas”, recuerda el deportista Camilo Betancur.
Pero cuando hay metas, los obstáculos y las barreras se convierten en impulsos y sistemas de arranque, y esto fue lo que motivó al joven Betancur a no dejarse vencer. En su mente siempre ha estado el clasificar para estar en unos Juegos Olímpicos y ojalá al lado de su gran compañero de entrenamiento, Luis Felipe Uribe quien además es su ídolo.

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos
El proceso de este clavadista de 17 años ha sido especial, por las etapas y niveles que ha tenido que pasar y vencer, pero el trabajo y dedicación de quienes han aportado a su desempeño y evolución deportiva, han tenido buenos frutos a nivel competitivo, como las dos medallas doradas que se colgó en el Campeonato Suramericano de Argentina en el 2023 y la convocatoria a la Selección Colombia en múltiples ocasiones.
El entrenador de clavados, César Saldívar, ha sido clave en la formación del atleta al aportarle la experiencia y la técnica, así como Viviana y Felipe Uribe quienes le han servido de referente en sus aspiraciones, por esto siente que ha crecido en lo personal y deportivo. Otro deportista que sin duda será de gran ayuda para Camilo, es el clavadista olímpico Alejandro Solarte quien llega a Risaralda, procedente del Valle.
“Como padre me siento orgulloso de apoyar a mi hijo en su proceso deportivo y en lo que necesite porque la idea es que los clavados sigan teniendo una muy buena representación a nivel nacional e internacional” Dice Alejandro el padre del clavadista.

Foto/Jonh Jairo Bonilla para Semilleros Deportivos
Hoy, Camilo entrena con esfuerzo y sacrificio, sabe que hay cosas que debe mejorar, pero de eso se trata, de ir rompiendo barreras y dominando impulsos, por lo demás su habilidad y técnica están probadas y sin duda Risaralda tendrá otro clavadista olímpico.
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