Carlos Hernán Andica, el pesista que levanta sueños en el Quindío
Escuchar la historia del levantador de pesas Carlos Hernán Andica resulta bastante motivadora, pues el terremoto de 1999 que destruyó parte de la Eje Cafetero, le cambió la vida al hombre que representó a Colombia en dos Juegos Olímpicos y que ha sido múltiple campeón en la Halterofilia pese a los grandes retos que ha enfrentado.
Por: Carlos A. Marín
Andica recibió a Semilleros Deportivos en su apartamento en Armenia, donde comparte con quien tal vez representa uno de los mejores logros que le ha dado su experiencia como levantador de pesas, la estadounidense Erin Wallace Andica, quien se convirtió en su esposa hace dos años.
Carlos cuenta con naturalidad desde cuándo empezó a levantar pesas. Es cauteloso en el relato, siempre enseñando conocimiento en sus palabras, siendo minucioso en cada detalle.
“Desde los 14 años un compañeros me llevó al gimnasio por el Polideportivo Cafetero, en ese momento me sentí muy atraído por este deporte, y me generó mucho respeto”, con estas palabras inicia un historia marcada por las exigencias, el deseo de superarse y de entregarle a otros lo que la vida le ha enseñado.
La entrada al gimnasio lo llevó hasta unos intercolegiados, lo que significó el inició de una carrera mágica donde se pudo enamorar por primera vez de las banderas de su departamento y Colombia. Teniendo 15 años pudo sentir en las venas el deseo de ganar, de ser mejor en la halterofilia. “Conocí la bandera, escuché el himno, me sentí motivado por la magia que tiene el deporte; pero luego este torneo terminó y me sentí muy perdedor, lo que me llevó a sentir coraje, a querer levantar más, me propuse que cuando volviera a participar no me iban a ganar tan fácil”, relató
Fue en ese año cuando sucedió la tragedia natural, el terremoto azotó a la región cafetera siendo Armenia la ciudad intermedia más perjudicada; y aunque se cayó el gimnasio donde practicaba, no fue impedimento para él quien se llenó de valor para trabajar más fuerte por mejorar como deportista. En los últimos Juegos Supérate, logró ser el mejor de Colombia.“Desde ese momento me sentí muy competitivo, pasé de ser ocho a ser el mejor del país, hice los récord nacionales, y en la casa ya me empezaron a mirar diferente porque aparecía en los medios de comunicación”, describe.
Después del terremoto se fue al Valle, donde fue la primera vez que se independizó. Estuvo en Jumbo para competir en los juegos departamentales, aunque no levantó pesas en eventos nacionales representando a este departamento.
Así fue pasando el tiempo y Carlos enamorándose perdidamente de las pesas.
En el año 2002 Gancho Karouchko, el reconocido pero a la vez polémico entrenador de pesas búlgaro, buscó a Carlos. “El entrenador me empezó a buscar para ingresar al equipo nacional cuando tenía 17 años. En Gancho encontré un maestro, él era muy duro la verdad, era un hombre que no aceptaba que uno de distrajera, era un hombre que imponía mucha disciplina”.
Andica recuerda que Gancho le cerraba las puertas a los competidores de mundiales cuando llegaban tarde, nadie tenía privilegio por ser medallista. “Si empezabas a levantar te presionaba hasta que sacaras el entrenamiento adelante. Muchas personas se lesionaban en esas exigencias y entonces empezaban los rencores”, explicó.
Sin embargo para el halterista, Gancho no fue un entrenador sino un maestro que forjó a un atleta con entrega, compromiso y disciplina. “Tengo mucho agradecimiento para Gancho, fue el maestro que me llevó a dos Juegos Olímpicos, fue la persona que me mostró la mejor versión de mí como deportista. Mis padres hicieron mucho por mí, pero cuando empecé a ser independiente, fue Gancho quien me ayudó a enfocarme, a saber cómo era la metodología, cómo era todo”, comentó.
La primera experiencia en campeonatos mundiales la vivió en República Checa con apenas 18 años, donde ocupó la casilla 12. Antes ya había participado en un campeonato Panamericano en Guatemala donde logró su primer título a nivel continental.
Ese incursionar en el equipo nacional y los diferentes triunfos, lo llevaron a visionarse junto a Karouchko, para alcanzar cupo a los Juegos Olímpicos. El búlgaro le entregó la orientación necesaria, sobre cómo debía ir aumentando sus marcas para superar a los rivales directos.
Juegos Olímpicos
Llegar a unas justas mundiales como los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, supuso uno de sus mejores logros, “Quiero que tengas esta experiencia de unos juegos olímpicos, y que luches para que puedas estar en unos segundos juegos olímpicos y estés entre los 10 mejores del mundo- me dijo Gancho”. La historia no podía ser distinta, Carlos Andica se empezó a documentar sobre el olimpismo, a saber sobre Atenas, a involucrarse emocional y mentalmente para cumplir su sueño y lo consiguió.
Llegó el gran momento para él, Atenas 2004. “Fue una gran experiencia, llegar a la villa y encontrarse con las otras delegaciones, había restaurantes para todos, ver la multitud de gente de otros países, en los Supérate veíamos a Bolívar, Antioquia, pero llegar allá y ver a China, Colombia, Estados Unidos, se siente una gran emoción; pero realmente lo más bonito de todo es cuando uno se alista para el desfile con su país”, relató.
Aunque en la competencia ocupó la casilla 18, esto dejó un mensaje claro en él, “Sentí que cumplí mi misión, no fui el campeón olímpico pero sentí que había logrado algo importante en mi carrera, porque fue un sacrificio alto, nos fuimos a vivir seis meses antes a Bulgaria para prepararnos y llegar a Atenas”.
Después de Grecia se tomó un año donde quiso acomodar detalles en su vida. Sin haber dejado de lado sus metas, reconoce que eso implicó la pérdida de algunos apoyos, aunque nuevamente Gancho lo impulsó a llegar a sus segundos olímpicos, donde la exigencia era mucho mayor, pues fue el mismo entrenador que lo apartó del equipo nacional dejándole una responsabilidad grande, para volver a ingresar, debía ganarle a Olive Ruíz y Héctor Ballesteros dos de las figuras que estaban listos en el ciclo olímpico para representar a Colombia.
«En los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro previo a Beijing Gancho me comentó: Si tú quieres cupo en este equipo, tienes que ganarle a Héctor y Olíver- pues me vine para Armenia y en el Coliseo del Café que estaba sin energía, empecé a entrenar fuertemente, hasta asustaban ahí”, expresa jovialmente. Asimismo describe cómo hizo para obtener el tiquete hacia China. “En el último campeonato nacional donde tenía la oportunidad para ganarle a ellos, subí 17 kilos solo en cuatro meses, había pasado de levantar 150, a hacer 163, recuerdo que me hicieron prueba de anabol, de sangre, y les dije que lo único que tenía en el cuerpo era voluntad”.
Llegó a Beijing 2008, donde compartió con figuras como Lionel Messi “Veía que tomaban fotos, y miré, era Messi que lo tenía al lado, estábamos desayunando muy cerca, cuando eso Messi no era tan conocido”, comentó.
En este evento deportivo, antecedido por la historia particular de cumplir el reto, el quindiano obtuvo diploma olímpico, que solo se lo entregan a los 10 mejores de cada disciplina. Además fue el único colombiano en la historia del olimpismo en levantar más de 200 kilogramos. Hasta ahora ningún otro connacional ha logrado el registro 201 kilogramos en la halterofilia olímpica.
Después para caminar en busca de los próximos Juegos Olímpicos su hermano Jhonny Andica lo acompañó; pero por dificultades en las diferentes ligas nacionales, en especial la antioqueña, se les sacó del equipo. “Jhonny se convirtió en algo muy perfecto dentro de una carrera, como hermano sabemos que hay hermandad, como amigos encontré una firmeza y una lealtad”, indicó.
Jhonny venía siendo su coequipero en panamericanos, en nacionales, en diferentes competiciones a nacionales e internacionales; pero por razones externas a lo deportivo se quedaron por fuera del equipo nacional, algo que diluyó las aspiraciones hacia unos terceros olímpicos.
Finalmente Carlos Hernán Andica, repasa que el deporte le ha permitido conocer más de 40 países, entre ellos Estados Unidos, donde conoció a su prometida Erin, quien se ha convertido en su compañera de vida.
La parte familiar es fundamental para Carlos, quien reconoce que su padre, José Hernán Andica Salazar, su madre María Dioselina Gañán, su hermano Jhonny Andica, y su hermana Viviana María Andica, han sido un apoyo constante, frecuente donde reposa cada vez que rememora su trayectoria. Su dos hijos, han sido la llave de inspiración para su nueva faceta como entrenador, donde transformó el deseo de ganar, por el deseo de ayudar a jóvenes.
Entrenador
“La Halterofilia me lo ha dado todo, entonces cuando yo tengo todo por qué no darle apoyo a los jóvenes… darle la oportunidad que tengan un espacio donde puedan entrenar gratis, que puedan empezar a amar este deporte como lo hice yo, por ejemplo el evento de la Copa Cuyabra, ver a la gente junta y emocionada, eso no tiene precio, nadie me lo puede pagar”,
Es que el deportista es el organizador de la competencia más importante de levantamiento de pesas que hay en la región cafetera, denominada ‘La Copa Cuayabra’, donde año a año llegan más de 300 halteristas entre menores y jóvenes de Colombia.
Así pues el apellido Andica es popular en el ámbito del levantamiento de pesas, ya que aparte de haber sido un gran deportista, deja escapar en las conversaciones y en su mirada, el anhelo de sembrar en las nuevas generaciones todo lo que ha podido aprender de esta disciplina.
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