Augusto Ramírez, el hombre de la Copa Ciudad Pereira

Foto / Pablo Bohórquez

Por casualidad o destino, dos colaboradores de la Revista Semilleros Deportivos se aventuraron en entrevistar a don Augusto Ramírez González a mediados de octubre del año 2017, días previos al inicio del reconocido evento que, como bien se dice, conquistó el corazón de los pereiranos. Tres meses después, quien se le atribuye el honor de crear la Copa Ciudad Pereira, partió en esa obligatoria cita que tiene todo ser humano con la muerte. Y uno de sus grandes legados para la región, es precisamente el torneo de fútbol que cada final de año se roba la atención de los amantes de la pecosa en el centro occidente colombiano.

Revivimos la entrevista, quizá la última, que entregó de manera exclusiva don Augusto a dos de los Comunicadores Sociales y Periodistas de la región, que a su lado también vibraron el evento futbolístico durante años. En homenaje a su nombre y al de la Copa, compartimos los apartes más relevantes de esta última gran entrevista con Edwin Herrera Bartolo y Andrea Mesa Quiceno.


Un día soñó la Copa, se volvió una realidad y hoy no puede faltar. A la ciudad le puede faltar el equipo en diciembre, menos la Copa. Serán 35 ediciones de este Torneo que se ha convertido en un patrimonio de ciudad, el Torneo que cautivó el corazón de los pereiranos.

Por: Edwin Herrera Bartolo y Andrea Mesa Quiceno

La Copa Ciudad Pereira, un patrimonio de ciudad, ¿Cómo nace ese sueño?

Yo estaba trabajando en ese momento en Bogotá y oía que hablaban del hexagonal del Olaya Herrera y me invitaron a jugar, pero no podía porque yo viajaba a Pereira los viernes en la noche y el torneo se jugaba los domingos, pero me dio la idea de hacer un campeonato así en Pereira y estuve madurando la idea por un tiempo, entonces reuní cinco amigos que me dijeron “nos gusta el Torneo” y empezamos con 5 equipos en 1983, Seguridad Nacional, Cooperativa de Transportadores, el Barrio Cuba, Heladería Tropical, Munca Munka. Lo hicimos todo contra todos, a dos vueltas y la gente comenzó a ir al Estadio Mora Mora  y eso me fue llenando de una satisfacción personal y dijimos, esta Copa va a coger fuerza.

Augusto evoca esa primera Copa, donde la lluvia también estuvo presente, pero no fue un obstáculo para disfrutar una gran final, donde el Mora Mora no dio abasto, con 11 mil personas la primera final de la Copa se jugó en el Hernán Ramírez Villegas.

Foto / Andrea Mesa

Augusto Ramírez un buen jugador de Fútbol, inferiores del Deportivo Pereira y llamado a la Selección Colombia ¿De dónde nace esa pasión?

Todo fue por mi padre que era un adicto al fútbol, le gustaba ir mucho al Mora Mora “el Fortín de Libaré”, íbamos a ver fútbol con mi padre siempre con unos tragos en la cabeza, así fue como me empezó a gustar, seguí jugando fútbol, me encantaba, mi mamá me regañaba porque acababa todos los pares de zapatos, me volaba para ir a jugar y muchas veces capaba estudio. Empecé a jugar en un equipo que fue muy importante para la ciudad, se llamaba Cardenales, éramos todos de la barra de la 14 con 11 y quedamos campeones muchas veces, luego ese equipo se convirtió en Gaseosas Lux que fue campeón casi siempre en Pereira y fuimos a un campeonato nacional de Clubes en Barranquilla donde quedamos de terceros.

Ese paso por Gaseosas Lux, le permitió a Augusto ser Selección, en ese momento Caldas, fue a Juegos Nacionales y luego en el 70 sí representó la bandera risaraldense, este marcador de punta, tuvo la oportunidad de vestir la camiseta Matecaña al lado de los paraguayos que para ese momento comenzaron a arribar a la ciudad. A pesar del amor por el fútbol, Augusto aconsejado por su madre, prefirió el estudio y se decidió por la Ingeniería Mecánica, pero a todo lugar, siempre listo, llevaba sus guayos.

¿Tiene una gran anécdota como jugador?

Cuando hice la especialización en Bélgica jugué con un equipo que en la traducción se  llamaba Santísima Trinidad, ese equipo estaba en la segunda división de Bélgica, también en una oportunidad que jugué en los Bolivarianos, me fue muy mal porque me inscribieron con mi nombre completo “Juan Augusto” entonces el Juan Ramírez que nombraban era yo y mi mamá decía “si ve que a usted ni lo nombran”, (risas), otra anécdota es que era tanta mi pasión por el balón, que la primera Copa la jugué, era organizador y deportista y con Heladería Tropical quedamos campeones, pero lo más importante del fútbol es que me ha dado a conocer el mundo y me ha dejado grandes amigos.

Foto / Andrea Mesa

¿Heladería Tropical era tremenda plancha?

Mucho, teníamos jugadores como John Edison Castaño, José Fernando Santa, pero también en esa primera Copa, en el equipo de la Cooperativa jugaba Juan Carlos Osorio, la Copa era una amalgama de buenos jugadores, fue maravilloso.

La copa más que un Torneo es su proyecto de vida, ¿Cuál ha sido la satisfacción más grande al organizar este Torneo?

Lo que más me ha marcado es que en este momento hemos entregado más de 500 jugadores profesionales, 16 jugadores a la Selección Colombia, incluso a la de Bolivia, el más reciente fue el arquero que estuvo en las Eliminatorias. La satisfacción de tener nombres como David Ospina, Chicho Serna, Tressor Moreno, Gerardo Bedoya, tantos jugadores que han estado, pero la otra satisfacción es que ha sido un encuentro familiar, gente que le gusta el fútbol, que no hay peleas, es una Copa familiar. Resalto también la hinchada alrededor del Mora Mora y la credibilidad como cuando la Federación nos mandó dos selecciones nacionales a jugar el torneo, eso para mí fue lo máximo.

Todos esos logros llenan a Augusto de satisfacciones, su rostro refleja la alegría del deber cumplido y de los muchos sueños que siguen al lado de la Copa, pero hay una inmensa satisfacción relacionada con su otro amor, la Universidad Tecnológica de Pereira y es que existe una tesis alrededor de la Copa Ciudad Pereira, donde el fútbol fue lo de menos.

Foto / Edwin Herrera Bartolo

¿Qué pasó con esa Tesis?

La tesis estudió hasta la religión de las personas que iban al estadio, a mí me invitaron a la presentación y cuando escuché a esos muchachos se me vinieron las lágrimas, porque me di cuenta que la Copa era útil no solo para jugar fútbol y darle trabajo a mucha gente, sino que se había convertido en algo social. La tesis fue laureada.

Se nota un momento de quiebre, donde la Copa dejó de traer tantas figuras y llegaron más bien muchachos en formación, ¿cómo vivió usted ese giro?

En la conciencia de los equipos hubo algo que les dijo que no debían tener tantas figuras, sino más bien darle a paso a los que apenas se iniciaban, y entonces se empezó la Copa Ciudad de los Niños, pero quedaba un bache porque ahí iban solo hasta los 14 años, entonces empezamos a meter al menor en las Copas y la gente se empezó a contagiar, que era mejor ver correr a esos jóvenes que a los veteranos. La Copa hoy no se gana por nombre, es corriendo. En este momento tenemos la Copa de los niños con 100 equipos que maneja Héctor Santana, una copa fundamental para la región.

 

35 años ininterrumpidos, ¿cuántos equipos han pasado?

La Copa nunca se ha interrumpido, solo una vez se hizo en agosto en el marco de las Fiestas y aunque también fue un éxito, los equipos no están en todo su nivel como pasa en diciembre, y bueno, el número de equipos es un promedio de 450 en toda la historia.

¿Y el mejor?

No, es muy difícil, mire yo recuerdo un día un partido Pereira – Medellín, hablando con unos amigos de la prensa y veíamos que entre los dos equipos habían 14 jugadores que pasaron por la Copa Ciudad Pereira. No puedo nombrar equipos mejores porque la gran mayoría han sido muy buenos, y equipos que han venido de abajo para quedar campeones como por ejemplo el año pasado Andrés Escobar.

¿Cómo le ha ido con el tema de la descentralización?

Nosotros empezamos sacando la Copa primero a Dosquebradas y luego a Santa Rosa, tuvimos algunos partidos en Cartago y aunque hemos tenido muy buena receptividad, es necesario que haya una selección local. Ya Dosquebradas es parte de la Copa, ahora estamos pensando en Marsella, donde nos han prestado todas las condiciones, incluso el Gobernador quiere ver la Copa en el municipio, ellos cuentan con esa fiesta, por eso pensamos en llevar allá la inauguración.

¿Cuál es el mejor recuerdo, eso que nunca olvidará?

Yo diría que el peor (risas), yo nunca voy a olvidar cuando hicimos la Copa con tapas, la gente haciendo una cola interminable, ya no teníamos donde meter la gente, entonces se hicieron hasta la subida a Villa Santana y todas las tribunas estaban a reventar. Tampoco olvidaré la Copa que se definió entre Ríosucio y Cartago, era un estadio lleno y no hubo control de armas y las hinchadas estaban muy apasionadas, la Policía me dijo “no somos capaces de controlar esto”, yo me moría haciendo fuerza al empate, y el partido terminó 2-2, se fueron a los penales y la gente salió tranquila, yo digo que en ese partido fue donde más he rezado, eso fue un milagro, yo estuve muy angustiado.

Usted ha ensayado varios sistemas, cinco, con 12, 16 hasta con 20 equipos, ¿cuál es el mejor?

Para mí el ideal es con 16 equipos, porque es muy fácil, cuatro grupos de cuatro, se clasifican los dos primeros y son ocho y se acaba fácil la Copa, pero hemos visto la reacción de patrocinadores y jugadores donde me dicen “Augusto no paga estar en un campeonato para tres partidos”, el año pasado jugamos con 20 equipos y jugaron por lo menos 4 partidos, y entonces le hemos hecho caso a ellos porque un equipo en la Copa vale entre 12 y hasta 20 millones, entonces quedamos en jugar más partidos, ampliando los grupos y jugando más gente, es muy difícil con 24 equipos pero este año lo tuvimos que hacer, no tanto porque pensemos que sea lo ideal, sino porque hay muchos que quieren estar y se preparan para ello, como les vamos a decir que no.

Foto / Edwin Herrera Bartolo

Juan David, Liliana, Doña Gladys, ¿Qué papel han jugado en la Copa?

La Copa es de la familia, en las escrituras la Copa es de la familia, Juan ha estado más metido, él nos ha diseñado muchas cosas y le hubiera gustado jugarla, pero no pudo porque se lesionó, pero la visión de él es jugarla algún día. Ellos me han dado un apoyo irrestricto Liliana le ha enseñado a mis nietos todo de la Copa, es más, en Dallas donde viven, hay sudaderas de la Copa Ciudad Pereira.

¿Qué tendrá de distinto la edición de los 35 años?

Vamos muy fuertes en publicidad y en patrocinadores y tendremos tres actos, el primero es el congreso técnico, el segundo es la cena de sorteo y el cultural que será como el lanzamiento en el que vamos a tener a la UTP, yo los recibo con todo el amor, se van a premiar a los 35 personajes de la Copa, se harán unas distinciones y sé que va a ser un evento muy especial.

¿Cuál es la proyección, hasta dónde llegará la Copa y el gran sueño?

Yo le pido a Dios todos los días que me dé más tiempo, hay gente que conoce la Copa por dentro y hay con quien seguirla para que siga llegando muy lejos, el gran sueño es tener un campeonato con los campeones de los Torneos similares, como La Patria, el Olaya, el de Bucaramanga y el de Cali y a mí me gustaría hacer una Supercopa de Campeones en Pereira, trayéndolos 8 días acá, para decir esta es la Copa de todos los campeones de Copas del país.

Con el paso del tiempo ha crecido el equipo de trabajo, háblenos un poco de ellos

La Copa la inicié con Hugo Ocampo y Jairo Yepes, Jairo se retiró y seguimos Hugo y yo, y siempre se ha metido mucha gente, muchos nos han acompañado. Agradezco a todas las Comisiones que han sido muy importantes, la comisión disciplinaria, técnica y de árbitros, ellos son la vajilla que tenemos para servir la Copa. Siempre ha estado Juan David, muchos nos ayudan como José Guevara, Mario Marín, últimamente ha estado Héctor, todos ellos pueden mejorar la idea, lo que estoy seguro es que si Augusto Ramírez falta, la Copa no se acaba.

Augusto Ramírez González toda una vida en el deporte, dándole a la ciudad una oportunidad de tener fútbol en la época donde el equipo Matecaña siempre falla, en medio de recuerdos y risas, Augusto exhibe con orgullo las Copas, fotografías y cada uno de los libros que recopilan 35 años de historia del Torneo más querido por los pereiranos, este hombre habla de su fiel compañero Hugo Ocampo, el hombre que tiene la Copa en su cabeza, recuerda a la barra de la malla y algunos que ya se han ido y concluye que lo más importante es la gente, “nos creen, nos hemos podido mantener a pesar de 35 años, a la gente le gusta ir, la gente grita, me molestan, pero todos somos amigos, hemos tenido un gran apoyo de la prensa, gente que se ha hecho con nosotros, se han hecho árbitros, periodistas, técnicos, dirigentes, el locutor, muchos han salido de la Copa”.

Foto / Pablo Bohórquez

La Copa Ciudad Pereira llega a su versión 35 y promete continuar llenando de alegrías a la región. Dándole vida al Fortín de Libaré y marcando la historia de familias que todo el año esperan el inicio de la Copa.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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1 respuesta

  1. 12 de enero de 2018

    […] ¿Cuál es la proyección, hasta dónde llegará la Copa y el gran sueño? […]

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