A propósito del futuro: la vida productiva del deportista es corta, y ¿qué viene luego?

A propósito del futuro: la vida productiva del deportista es corta, y ¿qué viene luego?

Foto / Pablo Bohórquez

Recogiendo la historia futurista con la que fueron inaugurados los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, es importante reflexionar también sobre el futuro con relación a los deportistas que en el presente, son orgullo nacional, aquellos que nos unen en torno a un mismo sentir. 
Disfrutamos y nos alegramos de sus triunfos, pero que injusto es el deporte cuando anticipamos el futuro de nuestros deportistas.
Casos se han visto, suficientes como para seguir planteado la pregunta. Y ¿qué sucede cuando la vida productiva de un deportista de alta competencia termina?, su vida laboral, familiar, social y hasta la anticipación de sus condiciones de pensión ¿cómo serán?
Incluso en el fútbol, donde se asume que los jugadores ganan bien por aquello de los contratos y la publicidad, la inquietud sigue en tela de juicio cuando la experiencia dice que la mayoría de ellos deben abrirse paso en otras esferas, a veces no tan productivas económicamente. Pero más allá del balompié ¿cuántos deportistas de alta competencia en otras disciplinas tiene el país, las regiones, los departamentos? seguramente la estadísticas dirán que muchos, y tal vez esa es una de las razones por las cuales la Ley del Deporte queda en deuda y no se cumple cabalmente. Con frecuencia, la respuesta o la justificación, es que no hay recursos.
El futuro de los deportistas es incierto, solo está definido el alcance para los deportistas que sean medallistas olímpicos, pero la realidad es que un pequeño porcentaje llegará a esa instancia; la gran mayoría, los que desde su niñez se entrenan para la alta competencia, dedicados a los entrenamientos, luchando por representar al departamento y al país, no llegarán a unas justas olímpicas. Para ellos no hay garantías, en su futuro, llegará el momento que ya no pueden competir, que la edad, las lesiones o los niveles de competencia no les dará, y hasta ahí llegará su historia deportiva, solo quedarán en los recuerdos y en la memoria de quienes disfrutaron y valoraron sus proezas.

Foto / Carlos Marín

Los deportistas no tienen respaldo para un futuro, no tienen la seguridad de la protección del Estado, pese a que los colombianos y los gobiernos disfrutan de sus triunfos, aunque salen en la foto y se suman a los méritos, claro, han contribuido para ese triunfo, pero ¿qué pasará mañana? la realidad es que los deportistas está desprotegidos.
Lamentablemente, también es un pequeño porcentaje el grupo de deportistas que a la par realizan estudios de formación técnica, tecnológica y hasta de educación superior, casi siempre inflexibles, desconocedores de su condición deportiva. Sin embargo, ¿por qué no fortalecer la idea de que esa sea la forma en que el Estado garantice su futuro?, propiciándoles becas para estudios alternos, currículos y métodos diferenciales que les permita una proyección y una mejor estabilidad social, familiar, económica, cuando ya el deporte no se los permita.
Nuestros deportistas luchan y sueñan por este país, pero su futuro es incierto. Nuestros deportistas deben responder por su propia salud y seguridad social. Nuestros deportistas no tienen la seguridad de una pensión, que a propósito de la realización de los Juegos Centroamericanos y de Caribe, vale la pena pensar en todos los que están representando este país, ¿qué será de ellos mañana? ¿qué pasará con los que no lleguen a unos Juegos Olímpicos?
En un país de tantos subsidios y ayudas a diferentes grupos poblacionales, que sin duda lo necesitan, queda la gran incógnita por los apoyos a los deportistas que cumplen con el ciclo de competencia; aunque el  modelo económico exima de responsabilidad al Estado y a los gobiernos,  se deben exigir estrategias más contundentes y firmes, que sin lugar a politiquería o intereses particulares, contribuyan con la proyección humana de los deportistas de alto rendimientos. Es que ellos, los deportistas, han dejado su niñez y su juventud para vestir una bandera, han sacrificado su tiempo y su familia y tal vez otras posibilidades de vida, porque sueñan con este país, ¿Cómo los protegerá el país?

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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