Risaralda tiene una deuda pendiente en materia de escenarios deportivos
Carlos Marín / Periodista Deportivo
En este departamento donde los números de los atletas respaldan la labor de los entes territoriales en el deporte, hace falta ese acompañamiento fuerte de la clase política, pues la situación con los escenarios deportivos se mantiene.
No se trata de señalar, fijar nombres y culpables, se trata de encontrar los caminos necesarios para hacer de esta región un lugar más fuerte en el deporte, donde todos participen del proceso de crecimiento.
En esa lectura se debe solicitar a los miembros de la Asamblea de Risaralda y el Concejo de Pereira, analizar con lupa la situación de los escenarios deportivos, aunque esto implique hablar sobre lo ya hablado, pues en el 2017 fueron varias las sesiones que se dedicaron a este tema, y a la luz del 2018 muy poco ha cambiado. Se termina el presente año con balances muy estrechos en la materia.
No es suficiente con el control político a las secretarías del deporte, a la misma Corporación Deportiva de Pereira, la cual hay que reconocer dio un cambio después del arribo de Sergio Moncada. Se ha convertido en una corporación amiga del fútbol aficionado, un avance significativo, porque antes se mostraban como enemiga del deporte.
Aunque el fútbol tiene pocos escenarios en su administración, ha sido la liga más beneficiada con los últimos cambios; pero el deporte no solo es fútbol, no se pueden crear procesos de inclusión que en el camino excluyan. Por supuesto que el fútbol debe gozar del momento que vive ahora porque sus esfuerzos administrativos así lo permiten, pero es necesario brindar desde el ejercicio público una lucha que garantice la visibilidad de otras alternativas.
La cubierta del estadio Hernán Ramírez Villegas podría ser un avance en esta discusión, o cuando menos, se percibió como un gesto necesario de la Alcaldía de Juan Pablo Gallo, por solucionar errores que se cometieron en el pasado.
Foto / Pablo Bohórquez
Luego, en materia de desarrollos, el más plausible fue la Unidad de Ciencias Aplicadas al Deporte, por parte de la Gobernación de Risaralda, y la Secretaría del Deporte, Recreación y Cultura, que se entregaron a esa idea para promover el alto rendimiento en la zona.
El nombramiento del campo de tiro con arco de Pereira como Sara José López Bueno, haciendo alusión a la multicampeona del mundo. En esto sin duda hay que mencionar el trabajo del diputado Mario Marín Hincapié, quien ha estado al tanto de la carrera de Sara López, y ha sido un aliado estratégico para la deportista.
Sin embargo las necesidades más latentes siguen en evidencia, la situación con El Diamante de Béisbol, la falta de una pista de Atletismo en el departamento, el sótano donde Boxeo tiene que iluminar sus proyectos. La debilidad que implica para Esgrima trabajar en las sombras. El Rugby sigue sin un escenario central que le permita masificar sus procesos, el Tejo, deporte nacional insignia se ha perdido, ni siquiera Risaralda sale a competir a eventos nacionales.
El espejo para Risaralda no pueden ser departamentos que están en condiciones más preocupantes, por el contrario, debe mirar referentes nacionales en el tema. En el caso de Pereira, comparar con ciudades que aunque han disminuido su presupuesto para el sector, se han sabido mantener a través de la gestión propia, la alianza.
El trabajo de las asambleas y concejos no es entregarle una destinación a cada corporado, como es el caso de la Asamblea de Risaralda donde se nombra a Mario Marín como diputado del deporte, o en el Concejo de Pereira con Carlos Mario Gil, la responsabilidad es de todos trabajar por los temas que requiere la ciudadanía, para eso fueron elegidos.
Luego, es necesario una compenetración total con la idea de los Juegos Nacionales 2023, es por eso que se pide mayor acercamiento con la propuesta para contagiar a los parlamentarios de la región de ese propósito, lo que ayudaría sin duda a encontrar los mejores caminos, y así trabajar unidos.
