De la fría noche del fútbol a la cálida noche del baloncesto

Foto / Pablo Bohórquez

La fiesta que se vivió en Barranquilla este martes 24 de julio, luego de que la Selección Colombia de Baloncesto Femenino lograra el título y la medalla de oro en su disciplina, contrasta con la triste eliminación de la Selección Colombia de Fútbol Femenino el pasado lunes 23 de julio cuando cayó 2 goles a 1 ante Jamaica.

Contraste de imágenes y resultados para ambas delegaciones en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe. Mientras unas, las del fútbol, cerraron cabizbajas su competencia; las otras, las del baloncesto, lucen sus mejores sonrisas una vez alcanzado el título.

Molestan las comparaciones, pero son necesarias para comprender los aciertos de un lado y los desaciertos del otro, y en ambas situaciones extraer las lecciones aprendidas. No se trata de comparar para poner en una misma balanza, más cuando los procesos de ambas federaciones son y tienen que serlo, tan diferentes.

Pero un testimonio publicado en redes sociales por Oriánica Velásquez, referente del fútbol femenino en nuestro país, deja una preocupación, pese a no estar presente en Barranquilla.

“Así no! Así no. Odio ver a mi Selección Colombia Femenina derrotada, odio sentir que todos nuestros esfuerzos queden en nada… le dimos adiós a Copa América, al Mundial, a Olímpicos y a Centroamericanos en CASA por toma de decisiones y preparación inapropiada”

Entre otras ideas que expresan y argumentan según ella, la carencia de un proceso riguroso a nivel de Selección de Fútbol Femenina.

Foto / Carlos Marín

Y es que mientras por el Baloncesto y también el Voleibol de salón colombiano, se nota preparación física, técnica, táctica y sobre todo una actitud aguerrida por parte de sus integrantes, en el fútbol una eliminación “prematura” devela la inconformidad y el disgusto por el proceso.

“POR FAVOR ya es hora de hacer procesos serios, ya es hora de valorar el trabajo de todas las futbolistas que entregamos tiempo y talento a nuestro país… estoy cansada de tanto atropello para la mujer futbolista y para el deporte colombiano…” cierra Oriánica en su angustiada expresión.

Puede ser que el ruido del triunfo en Baloncesto silencie también algunas insatisfacciones, en el mundo de lo humano no hay perfecciones, y más cuando el esfuerzo de los deportistas se ve reflejado en los triunfos. Pero las derrotas tienen el poder de sacar a la escena los más íntimos aspectos que deben transformarse para reconstruir y construir nuevos procesos.

Sin duda los deportes de conjunto como el Baloncesto y el Voleibol hacen gala de un excelente momento para Colombia, esto ratificado con la clasificación del sexteto al pie de la malla para enfrentar otra gran final, en la que con orgullo las deportistas aspiran a levantar otro oro.

Sin embargo, la plata, el bronce o la eliminación en cualquier instancia debe dejarnos una gran lección: los procesos requieren en su particularidad, un inmenso respeto por el deportista, por sus suelos y por sus ideales de triunfo, y lo mínimos que deben hacer las federaciones es acompañar y respaldarlos, dignificando su condición, y ofreciendo todas las garantías para que salgan airosos en competencia y no frustrados por el fracaso.

Colombia que grande eres, pero más grandes son tus deportistas.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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