Transformar vidas a través del deporte, una apuesta que genera esperanza
Quienes se han dedicado a la actividad física, el deporte y la recreación, han comprendido que de esta manera se trabaja por el desarrollo humano y social.
Como los economistas, los abogados, los médicos, los ingenieros, los arquitectos, como ellos, el personal que ejecuta funciones enmarcadas en la actividad física también están entregándole a Colombia tiempo de su vida para mejorar el ambiente nacional.
Cada uno de los atletas, entrenadores, dirigentes deportivos, coordinadores logísticos, empresarios del deporte, engrosan un sector que a la luz de la pasión no es tan perceptible, pero aporta de manera significativa en la evolución cualitativa del ser.
Los ciudadanos que trabajan en entornos deportivos están invitados a comprender que tienen a su disposición una estrategia de transformación social y cultural muy poderosa para erradicar cualquier problemática, e interpretar la actividad física como un mecanismo para generar cambios, implica sentir su esencia desde el alma.
Colombia, una nación aparentemente polarizada, desinformada y donde la corrupción y la violencia se han banalizado hasta el punto de llegar a los extremos, necesitan volver a creer, volver a confiar en el otro, en sus capacidades, en las virtudes que tienen para sorprender con gestos de solidaridad a los menos favorecidos.
El uso del deporte como estrategia de transformación social ha cambiado vidas y las seguirá cambiando por siempre, depende cómo se mire y cuál sea el lugar del desarrollo humano en su aplicación. No es lo mismo fomentar el deporte, que fomentar el deporte con un propósito comunitario.
El deporte puede mejorar estilos de vida relacionados con los malos hábitos, puede catalizar energías, o puede simplemente servir para demostrar superioridad individual y colectiva. Todos los esquemas anteriores son válidos; pero ¿Y sí lo usamos para transformar vidas de manera profunda?
Llegar a las poblaciones menos favorecidas con programas de actividad física y deporte, producirá impactos en diferentes escalas, depende hasta dónde se quiera llegar para modificar realidades de manera más trascendente; pero ahí donde está la violencia donde, urge el deporte; es ahí donde está la pobreza donde urge la actividad física, ahí donde está la tristeza, se necesita la viva esperanza de la celebración.
Las mejores apuestas de transformación social a través del deporte en América Latina, han acogido a comunidades vulnerables en Chile, Brasil, Argentina, México, Honduras y Colombia. Generando ambientes de cambio entre habitantes que terminan confiando en la actividad deportiva como un camino de luz.
Es pues este un llamado a resignificar el valor del deporte visionado a servir a las comunidades y encontrar de manera conjunta, la respuesta a tanta carencia.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»