¿Qué es de la vida de Álvaro González Alzate?
Ni Manizales, ni Pereira, ni Armenia fueron al menos candidatas para ser subsedes de la próxima Copa América.
El Eje cafetero dejó de existir para el fútbol nacional. No es solo porque el Once Caldas no clasifique a nada o porque Deportivo Pereira apenas logró salvar la categoría o porque el Deportes Quindío haya hecho de la B su finca de descanso.
El asunto parece más grave: se perdió poder y representación regional en la toma de decisiones de peso en la Federación Colombiana de Fútbol. Hace 20 años, Armenia y Manizales fueron sedes definitivas y le dieron a la Selección Colombia el impulso a la final para ganar el trofeo más importante de toda su historia futbolística.
Hoy, no existimos. Hoy, la región verá por TV la Copa América que se disputará de manera conjunta con Argentina entre el 11 de junio y el 10 de julio próximos. ¿Qué pasó? ¿Por qué desaparecimos? ¿Qué pasó con la dirigencia regional? ¿Cómo es posible que se haya perdido o ya no pese como antes el poder y la influencia de Álvaro González Alzate, manizaleño, vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol y considerado como el mandamás en la sombra del balompié nacional?
¿González Alzate ya no es el poderoso Don Álvaro de antes? ¿Estará pensando ya en su retiro? ¿Pudieron más sus delicados asuntos personales y familiares…? Es muy grave la orfandad dirigencial del Eje en el fútbol: ni los gobiernos departamentales ni municipales tomaron el liderazgo para tener al menos una sede que además de presencia, sirviera para reactivar en algo la muy golpeada economía de la zona.
Las tres capitales del Eje Cafetero cuentan con estadios de primer nivel, que cumplen con los requisitos de la Conmebol que hubieran necesitado los mismos retoques que se les hacen a los de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Además, en medio de la pandemia de covid-19, la infraestructura hotelera y deportiva para las delegaciones, así como las evidentes facilidades de transporte en solo 97 kilómetros, son óptimas para hacer una burbuja sanitaria.
El Eje no puede ser la mano estirada que espera recoger las migajas que quizás deje caer Argentina en el hipotético caso de renunciar la mitad de la Copa que le toca por la pandemia. Lo peor es que no se ve quién pueda asumir la bandera regional cuando ya no esté más y de verdad Álvaro González Alzate en la Federación de Fútbol. El Eje Cafetero no solo se está quedando sin equipos y sin ser sede de la Selección Colombia.
¡Se está quedando sin líderes, sin verdaderos dirigentes!