Pregonero de tu historia: Eclipse… en el estadio
Eran las 5 de la tarde de aquel miércoles 12 de octubre de 1977 cuando las aves revoloteaban buscando sus nidos porque llegaba la noche. Muchos árboles rodeaban el escenario deportivo. Quienes nos reunimos allí disfrutamos del espectáculo más maravilloso nunca antes visto en un estadio.
El árbitro chileno Mario Canessa quien estaba informado del tema hizo sonar su silbato suspendiendo el juego, y acto seguido todo quedó en tinieblas. Se vivió el apagón total en el estadio “Hernán Ramírez Villegas” y en toda Pereira.
La tarde estuvo gobernada por el Astro Rey en todo su esplendor pero sus luces se apagaron por la presencia invasora de la Luna.
Muchas cosas coincidieron para hacer de aquel momento algo único. En una época en la que no se jugaban partidos entre semana la Dimayor programó una contienda pendiente del calendario entre Deportivo Pereira y Millonarios. Fue un miércoles. El firmamento despejado permitió apreciar en su real dimensión el fenómeno natural. Y como si fuera poco desde las tribunas atiborradas de público se hizo sentir ese murmullo general de asombro por el hecho histórico: el eclipse total de sol durante cuatro minutos.
Tuve la oportunidad de observar el fenómeno celeste en su totalidad desde la pista atlética del Olímpico “Hernán Ramírez Villegas” donde cumplía tarea periodística con mis compañeros Jairo Gómez Flórez y Carlos Alfonso Ryaño. Todo esto sucedió en mi primer día como reportero de campo. Poco tiempo después me enteré que el 12 de octubre era la fecha clásica del Periodista deportivo en Colombia.
Pendientes de anunciar los tiros de esquina y las tarjetas que mostrara el juez Mario Canessa, aquellos “pichones” de periodistas seguíamos cautivados con el fenómeno observado, en desarrollo de la transmisión de William Henao Vásquez, el relator del momento en Radio Reloj 1.300 am. Y claro, el comentarista central Guillermo Gómez Flórez expresó su asombro por lo sucedido, al igual que la joven promesa radial del comentario oriundo de Santuario, Álvaro Castaño Gómez, quien meses después murió ahogado en el Lago Uribe Uribe.
La mini noche que nos regaló aquel día maravilloso fue el comentario general de los aficionados cuando el astro rey nos mostró de nuevo su rostro. Y el balón volvió a rodar en un “oscuro” 0 x 0 en la gramilla del escenario que es orgullo de los Pereiranos.
Así lo informaron:
La radio difundió lo que se vivió en aquella jornada dando cuenta de una Bogotá desolada porque muchos decidieron viajar a poblaciones vecinas donde esperaban contar con mejores condiciones del clima como un cielo despejado. Varios astrónomos que habían llegado al país y se ubicaron en la localidad de Guatavita para analizar e investigar el fenómeno manifestaron que un manto de nubes restó nitidez a su observatorio. Muchos habitantes capitalinos se quejaron y se llevaron una frustración porque el clima no fue propicio. Entre tanto los asistentes a un partido de fútbol en Pereira disfrutamos a plenitud el momento en que la Luna tapó al Sol dejando a su alrededor una corona resplandeciente.
Al día siguiente los medios impresos destacaron que… “El partido de fútbol que se llevaba a cabo en Pereira entre Millonarios y el cuadro de casa se suspendió durante 4 minutos mientras pasaba el fenómeno celeste, para reanudarse momentos después cuando la situación se había normalizado. En tanto que en Bogotá estaba a punto de correrse en el Hipódromo de Techo la sexta carrera válida”. Esta nota muy corta figuró entre todas las informaciones en torno al Eclipse total de Sol del día 12 de octubre de 1977.
El ritual de aquella época:
Corría el año 1977 y como no existía el complejo residencial de los Barrios El Olímpico, Gamma, La Villa y Corales, entre otros, entonces para llegar hasta el estadio abordábamos un bus en el Parque de la Libertad con un letrero simple que decía… Estadio… porque la ruta de urbanos habitual llegaba solo hasta el zoológico Matecaña.
Y al salir del estadio Olímpico, el “pichón” de periodista hacía parte de aquella peregrinación hasta el Barrio Cuba para abordar allí un bus hacia Dosquebradas.
Cómo alinearon los Matecañas aquel 12 de octubre? y quienes fueron los once titulares de los Embajadores?, el marcador final? Bueno, ahora pienso que aquel cero x cero quedó como una anécdota, e inclusive el Búho Juan José Irigoyen, el goleador embajador, se abstuvo de anotar algún GOL aquella tarde consciente de que en esa jornada los “titulares” sólo serían para aquel inmenso balón rojizo que día tras día nos regala sus rayos y nos alumbra a plenitud. Y para quien escribe estas líneas el hecho quedó en la memoria como el Eclipse en el estadio, el apagón en pleno partido en el Olímpico de Pereira en mi primera tarde como reportero de campo.
a Danilo Gomez
Gracias por tu aportes. y que siga brillando esa luna de genialidad
que maravilla, me hizo volver a ese momento lo recuerdo todavia