El ingeniero que encontró la fórmula para convertir la natación adaptada en triunfos

Foto/Club Calamares

La natación es uno de los deportes más exigentes, por el esfuerzo de los brazos y los pies para avanzar en el agua, los cuales se convierten en el motor que impulsa el cuerpo y al mismo tiempo, el flotador que no lo deja hundirse.

Por esta razón, quienes nadan deben tener un alto desarrollo físico y resistente que les permita surcar el incoloro líquido a gran velocidad, sin descansar ni pausar durante unos minutos.

Pero el esfuerzo es mayor cuando sus practicantes tienen alguna discapacidad como la ausencia de brazos o piernas, o una parálisis en su cuerpo, porque allí la exigencia es mayor, aumentando el nivel de dificultad del paradeportista que necesita toda la resistencia del alma y el corazón.

En La Tebaida, Quindío, un ingeniero terminó como entrenador, porque  se dedicó a mostrarle a los jóvenes paradeportistas, otra perspectiva de la discapacidad física, para que la vieran como una herramienta de impulso al triunfo sobre el agua y así obtener logros que los llenaran de satisfacción. Solo si decidían enfrentarse al reto de nadar para ganar.

Se trata de Gilberto Cruz, un estudiante de ingeniería de sistemas que por cosas de la vida terminó enseñándole a flotar a los vecinos del conjunto donde vivía; algo que aprendió a los 11 años cuando empezó a recibir clases de natación y que al cumplir los 16, ya estaba compitiendo a nivel departamental.

Como la ley que obligaba a los conjuntos donde había piscinas, a tener un salvavidas, al joven Cruz le llamó su atención y ahí mismo se ofreció para ser el “Mitch” del conjunto, al estilo Guardianes de la Bahía, algo que además, le permitía nadar bastante tiempo.

Un vecino que lo vio braceando le preguntó si daba clases de natación, tema que le gustó y como buen salva vidas, empezó a enseñarles a nadar a los niños del conjunto con tan buen resultado que ya no daba abasto en las clases.

De esta manera, Gilberto vio cómo se abría una puerta que hasta ahora era desconocida para él, porque luego pasó a dar clases en dos academias, trabajo que le llenaba su vida, porque sentía que estaba ayudando a las personas a evitar un ahogamiento y además a descubrir futuros talentos de la natación.

El ingeniero nadador

A los 17 años, el profe Cruz, ya era todo un dirigente en el agua, algo que alternaba con sus estudios de ingeniería en sistemas, los cuales pagaba con la beca de la Universidad del Quindío, que lo incluyó en su equipo de natación.

Y como sus metas ahora estaban encaminadas a mejorar las clases, estudió varias especializaciones, como el curso de certificación con la federación internacional, además iba a congresos de natación, y cuanto evento hubiera, porque deseaba darle lo mejor a sus aprendices.

Luego de un tiempo se trasladó a La Tebaida, porque el Club Calamares, donde actualmente imparte sus conocimientos acuáticos, se creció, y en el vecino pueblo, había la posibilidad de tener espacios más amplios.

Foto/Club Calamares

Gilberto Cruz y su contacto con la paranatación

Para el año 2011, el profe Gilberto, empezó a entrenar niños sin diferenciar su condición física, porque su meta era enseñarle a quien más pudiera y deseara aprender. Allí fue donde descubrió el potencial deportivo de los paranadadores, porque empezó a enseñarles a flotar, pero ellos le enseñaron a mirar más alto.

Así es, luego de un tiempo, estos jóvenes ya no solo aprendieron a nadar, sino “volaban” dentro del agua pese a sus discapacidades, lo que llevó al profe a aumentar su conocimiento y preparación, al nivel competitivo.

En el club calamares siempre hemos estado muy abiertos a recibir deportistas de todo tipo.  Una vez tuvimos un convenio con la Fundación Jiampi que acoge niños y jóvenes de bajos recursos. Un día la mamá de uno de ellos se me acercó y me dijo que su hijo se inscribió en natación, pero tenía parálisis cerebral. Se me vinieron muchas cosas a la mente y cuando ella lo llamó, vi que el niño solo movía medio cuerpo. Entonces le dije, no importa, cualquier persona puede aprender. Y desde ahí, inició mi experiencia como instructor y entrenador, porque antes de ser entrenador de paranatación se debe saber que el aprendizaje va muy individualizado porque cada caso los paradeportistas es independiente. Una cosa es un paradeportista con problemas auditivos, otra con problemas visuales, otra con problemas físicos, otra con parálisis cerebral y otra con amputaciones, porque el movimiento va a ser diferente. Dice el entrenador Gilberto.

Lo cierto es que, desde ese día, empezaron a llegar otros aprendices con discapacidad, algunos se quedaron otros se fueron y otros simplemente estuvieron en el proceso de aprendizaje, pero de allí salieron los campeones que hoy son insignia de la paranatación en el Eje Cafetero y el país, como la nadadora Sarah Mayorga, multimedallista nacional en su categoría y Jhonkarly Álvarez, que se colgó varias medallas en los Primeros Juegos Nacionales y Para nacionales de la Juventud Eje Cafetero 2024.

De su carrera de ingeniería solo queda el cartón, el aprendizaje y el recuerdo, porque los muchachos y los niños que ingresaron para aprender a nadar se volvieron competitivos, hasta el punto de rondar el top cinco del ranking nacional, y por este motivo, como entrenador tuvo que “ponerse las pilas”, como dice él, para estudiar y capacitarse, con el fin de aprender más sobre la para natación.

A sus 43 años, siente gran satisfacción de ver cómo deportistas que no tenían ningún conocimiento en la natación fueron progresando y avanzando hasta llegar a posicionarse entre los mejores del país. Hay 7 para nadadores que están en nivel competitivo y 3 en proceso de formación.

“Actualmente en el club Calamares trabajamos cinco profesores, yo creé una metodología para tener un desarrollo formativo muy interesante que nos permite lograr tener deportistas de rendimiento y alto rendimiento a lo largo del tiempo Entonces el equipo funciona muy bien gracias a la compañía de los profesores que trabajan con nosotros, todo son muy dedicados y muy dispuestos y todos seguimos como los lineamientos que planteamos en el club y nos ha dado resultado; hemos tenido inconvenientes con el escenario como pasa pues en el departamento, que es muy normal sin embargo no ha sido obstáculo para seguir trabajando en pro del deporte y seguir deportistas que nos den resultados” Termina diciendo el entrenador quien agrega que están buscando deportistas de baja estatura baja para potenciarlos como medallistas nacionales y mundiales.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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