Los arqueros, una posición muy ‘desagradecida’ en el fútbol
Los arqueros, una posición muy ‘desagradecida’ en el fútbol
Ellos son los encargados de hacer lo que los demás hacen, tienen que evitar a como dé lugar que el equipo contrario anote goles, pero en algunos casos, los arqueros pasan de ser figuras a villanos con tan solo una jugada.
En el mundo futbolístico, son muchas las posiciones que existen, pero hay una en especial que puede cambiar en segundos lo que los hinchas piensan de esa persona, el arquero, golero, guardavallas, guardameta, portero, cuidapalos, como se le quiera llamar, es el encargado de ahogar el grito por el que todos los hinchas pagan sus boletas, el gol, la esencia del fútbol.
Alguien dijo una vez que el que elige ser portero, toma la decisión más dura en este deporte, ya que puede pasar de ser héroe a villano en solo segundos, por una jugada aislada al partido. Precisamente, eso fue lo que le pasó al alemán Sven Ulreich del Bayer Múnich, un error como el que le pasó recientemente, parece imperdonable para un arquero de élite y mucho más estando en una fase semifinal de un torneo tan importante como la Liga de Campeones de Europa, algo que de una u otra manera, puede marcar su estado de ánimo de ahora en adelante.
Un error que le ocurrió a un golero, que por cosas de la vida y la lesión de un compañero, llegó a custodiar el arco del equipo más importante de Alemania y que hasta ese momento lo hacía de gran manera, pero acá es donde el dicho se aplica, pasó de héroe en jornadas anteriores a ser villano y culpable por una clasificación que no se consiguió.
Lo de Ulreich no es nuevo ni mucho menos, sin ir lejos, protagonistas como René Higuita en el Mundial de Italia 90, Juan Pablo Carrizo cuando jugaba en River y frente a Boca, Lukasz Fabianski jugando en el Arsenal y frente al Porto, Agustín Orión estando en San Lorenzo frente a la Liga de Quito, Taffarel de Brasil frente a Bolivia en 1993, son solo algunos ejemplos de deportistas que pasaron de ser figuras a ser condenados y recordados en la historia por un algún grosero error en un partido.
Por eso uno de los grandes escritores, como Eduardo Galeano, dedicó éstas palabras para ellos:
“…También lo llaman portero, guardameta, golero, cancerbero o guardavallas, pero bien podría ser llamado mártir, paganini, penitente o payaso de las bofetadas. Dicen que donde él pisa, nunca más crece el césped… Es un solo, está condenado a mirar el partido de lejos, sin moverse de la meta aguarda a solas, entre los tres palos, su fusilamiento… Él no hace goles, está allí para impedir que se hagan… Los demás jugadores pueden equivocarse feo una vez o muchas veces, pero se redimen mediante una finta espectacular, un pase magistral, un disparo certero: él no. La multitud no perdona al arquero… Con una sola pifia el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato y es allí, cuando el público olvida todas sus anteriores hazañas y lo condena a la desgracia eterna…”.
Es también oportunidad en este artículo resaltar la preparación mental a los arqueros niños, adolescentes y jóvenes de la región, porque de ese componente se desprenden reacciones en el terreno de juego. Si bien en el fútbol profesional y de élite hay todo un acompañamiento psicológico, es necesario que desde la fundamentación, el fútbol base, se tenga en cuenta lo difícil de esta ubicación.
Por eso la posición más ‘desagradecida’ es la del arquero, aquel que sufre 90 minutos de un juego en un área de 16,50 metros, debajo de sus tres amigos, los palos, pero que con una simple falla, vivirá condenado a ser el culpable de una derrota.