Las verdades que hay que aceptar del Deportivo Pereira

Carlos Marín / Periodista Deportivo

Sorprende la decisión de reintegrar a Rubén Darío Marín como jefe de seguridad del cuadro Matecaña, una renuncia que se sabía necesaria y que dio respiro a muchas personas que estuvieron cerca al proceso; sin embargo su regreso deja sinsabores con la gestión que apenas empieza. 

Entender lo que sucede con el equipo profesional que representa a Pereira en los torneos de la División Mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor, no es tarea sencilla. El cúmulo de intereses que se gestan en el entorno del plantel son demasiadas, y algunos en lugar de propender por el progreso, instan a entorpecer procesos.

La primera verdad que se debe aceptar es que Deportivo Pereira no está obligado a ascender, la situación judicial, los recursos financieros que posee, y la debilidad administrativa no le permiten construir una base sólida que invite a creer en lo que se presume como el ‘vamos por el ascenso’, un mensaje que se ha ido desvirtuando y que parte de la premisa deatraer más público al estadio Hernán Ramírez Villegas.

La segunda verdad es la carencia de un administrador cualificado que entienda de fútbol, que conozca los procesos económicos, deportivos, sociales y los interprete de acuerdo al contexto inmediato en la geografía y en el tiempo. Jhon Ómar Candamil Calle, es auxiliar de la justicia y desde que llegó a tierras pereiranas, ha actuado como tal, desconociendo mucho, apoyándose en su abogado y lo que los asesores deportivos le indican.

En este punto es necesario aludir que Deportivo Pereira no es el único equipo profesional de la región que carece de cualificación en su personal administrativo. Se refleja en Deportes Quindío, sucede en Baloncesto, en Fútbol de Salón, otras disciplinas que han requerido de mejor personal para sacar adelante procesos, pero infortunadamente se han quedado en el camino. Esto determina que en la región  hay una carencia de preparación en la dirigencia deportiva que pasa por la preparación académica y la cualificación práctica y teórica.

Foto / Pablo Bohórquez

La tercera verdad es que como ocurre en cualquier negocio de fútbol en el mundo, existen actores interesados en generar renta; pues bien, Deportivo Pereira como divisa de ciudad intermedia no está exento del asunto. Existe quienes quieren obtener unos centavos extras a costa de los procesos de la Corporación, desde los mismos miembros, hasta personas que circundan la realidad que hoy atañe al equipo. Desde entrenadores que están buscando puesto sin merecimiento deportivo, hasta dirigentes que quieren posicionarse al interior sin importar el proyecto de ciudad que tanto se necesita.

Es cierto que Luis Felipe Euse Tangarife llegó para ordenar la casa, y seguramente tendrá labores extras para las que fue aceptado como miembro administrativo; pero será esto lo que le permitirá entender después, que trabajar por el ascenso es una tarea maratónica en una corporación donde los intereses personales y no colectivos están por doquier.

La cuarta y última verdad tiene que ver con la prensa, un sector que se ha convertido en cómplice de los malos manejos, y no se vuelve cómplice la prensa al querer congraciarse con la dirigencia solamente, se vuelve cómplice al actuar sin consentimiento de la ética periodística, resaltando lo que no se debe resaltar, pasando por alto al aficionado, ni siquiera del Deportivo Pereira, del fútbol, porque si algo viene demostrando la Copa Ciudad Pereira, es que en la capital de Risaralda se ama al fútbol más allá de los colores amarillo y rojo que la representan en la segunda división. Más allá del hincha, también hay que pensar en el ciudadano.

Un sector de la prensa se equivoca, y lo hace constantemente porque en la prensa también existen intereses; lógico, es natural que suceda, los medios de comunicación en el mundo tienen la libertad de tenerlos, pero esto sin perjudicar los procesos y a las audiencias. Eso, lectores, lo debemos aceptar antes de hacer señalamientos. Porque en Pereira pareciera que todos van por caminos distantes y diferentes, queriendo sacar cada uno un pedazo.

Es este pues un llamado a la sensatez, a la unión, a la lectura comprensiva de un 2019 que tiene como referente a Felipe Euse, un joven que parece entender el camino que hay que seguir para restarle protagonismos a quien no los ha trabajo, para sumar ideas y poder sacar adelante el proyecto Deportivo Pereira, sin importar si se asciende o no.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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