La mentalidad ganadora necesita de complementos en el alto rendimiento
Existe la posibilidad que un deportista cuando llegue al segundo evento olímpico más importante, se mentalice para no ganar, y eso tiene remedio.
Este miércoles 24 de julio empezaron los XVIII Juegos Panamericanos, Lima 2019. Voleibol Playa dio el salto a la competencia, pese a que su gran inauguración es el viernes 26. Allí 349 atletas colombianos estarán buscando la gloria panamericana hasta el próximo 11 de agosto.
En un ambiente de mayor complejidad deportiva, por la cantidad de potencias del continente que arriban, los Juegos Panamericanos se muestran como un reto mayor para los deportistas en el camino del Ciclo Olímpico. Encontrándose con niveles altos de competencia.
Estados Unidos, potencia mundial, 15 veces campeón de las 17 versiones de esta fiesta multideportiva, lo tiene más claro.
No solo se trata de tener una mentalidad ganadora, sino de complementar a los deportistas que llegan al alto rendimiento. Creándoles escenarios dignos para que su devenir competitivo no sufra alteraciones. De manera que cuando estén de frente a los medallistas olímpicos y grandes figuras del deporte mundial, no se sientan menos preparados.
Colombia, campeón de los Juegos Bolivarianos 2017, campeón de los Juegos Suramericanos 2018, y tercero en los Centroamericanos y del Caribe 2018, se perfila para estar entre los mejores países de esta zona del mundo. Pero no para ganar, tendría que invertir cientos de miles de millones de pesos más para lograrlo en una década.
El modelo del deporte colombiano permite a los organismos del deporte asociado poder rogarle al Estado para que subsanen necesidades que desde la gestión y el mercadeo deportivo se pueden lograr.
Sin embargo la culpa no recae solamente en las federaciones, ligas, clubes y asociaciones; también en un sistema que está concebido para no proyectar mejores entrenadores, mejores dirigentes y atletas con estudios académicos.
La inversión en deportes para Colombia sigue siendo pobrísima, mientras la corrupción estatal desangra las finanzas de la nación.
Con los $ 50 billones que la creatividad de la corrupción le arrebata al país, el deporte de alto rendimiento tendría subsanadas las garantías en preparación internacional. La infraestructura deportiva crecería y los actores del deporte, de clubes, ligas y federaciones tendrían para capacitarse año a año en universidades locales e internacionales.
Después de toda esta inversión, sobraría dinero para inyectarle a la educación. Porque no es cuestionar al deportista por su falta de mentalidad ante los medallistas olímpicos en los Juegos Panamericanos, es entender que sus rivales han ostentado otras condiciones antes de llegar a la competencia.
La mentalidad en cualquier caso, requiere de mejores condiciones, no es decir voy a ganar, es estar preparado para hacerlo, para ello es necesario recibir el respaldo.