Gracias, profe: así forjó Juan Camilo Martínez el récord nacional en pesas

Foto/Cortesía del deportista. Campeonato Nacional de Pesas
Campeonato Nacional de Pesas
“Profe, quería agradecerle todo lo que ha hecho por mí, el apoyo que me brinda, por tenerme siempre en las mejores condiciones para cada competencia, por su apoyo incondicional, por creer en mí, aunque a veces haga las cosas mal porque me acelero y fallo. Gracias por su motivación, su acompañamiento y por hacerme cada día mejor deportista y persona. Le prometo dar lo mejor en la próxima competencia. Mil gracias, profe Luz”.
Esa fue la decisión del campeón Juan Camilo Martínez, quien siempre supo del potencial de sus músculos y de la fuerza de su mente, aunque esta última le jugó una mala pasada cuando estaba en la gloria de los trofeos, las medallas y las exaltaciones deportivas.
Así comienza la vida de este deportista cafetero, quien el pasado 7 de junio obtuvo el récord nacional en la categoría de 79 kg al levantar 190 kg en el envión, quedando primero en esa modalidad y cuarto en el arranque, lo que le valió la medalla de bronce en el Campeonato Nacional de Pesas Sub-20, Sub-23 y Mayores, realizado en Manizales.

Foto/Cortesía del deportista
Nació en Santa Rosa de Cabal, pero la necesidad económica llevó a sus padres a trabajar en una finca de Córdoba, de donde fueron desplazados y luego regresaron a su pueblo natal con más necesidades que antes. Aunque gozaba de un gran amor familiar, carecía de recursos económicos ya que su padre estaba desempleado; incluso los cuadernos y el lapicero se los regalaba la profesora. Sin embargo, Juan Camilo sentía que podía hacer algo para mejorar la situación de su familia, y a los 12 años lo descubrió.
Un primo lo invitó a entrenar pesas
Se fue con sus 36 kg y algo de inseguridad, pues imaginaba a los halterófilos como verdaderas moles. Se sorprendió cuando la entrenadora Elizabeth Barrero le dijo que tenía buena postura y técnica. Lo llevaron a una competencia en Roldanillo-Valle, donde impresionó a todos, incluyendo a su entrenadora Luz Adriana Soto, quien vio su talento y empezó a perfeccionar su técnica y nivel competitivo.
Sin embargo, el dinero seguía siendo el mayor obstáculo para los Martínez, ya que su papá no podía gastar 100.000 pesos en una trusa, mucho menos 400.000 en unas botas, ni en vitaminas o viajes para competir. Por eso, su hermana Lina Marcela le ayudaba con los gastos.
La prueba más difícil y dolorosa que enfrentó fue una lesión de espalda que lo marginó del sueño por el que tanto se había sacrificado: los Juegos Olímpicos de la Juventud. Esto le causó más dolor que los 140 kg que le cayeron en los pies y lo dejaron ocho semanas en muletas. Además, en 2022, en un arrebato, decidió subir de categoría y le salió caro; perdió el apoyo como deportista, pero ganó un concurso de Oster y con el dinero ayudó a su familia. Luego, volvió a recuperarse y participó en los Panamericanos de Chile, aunque tuvo que bajar 11 kg.

Foto/ Angie Daniela Valencia – I Juegos Panamericanos Junior – Levantamiento de pesas – Juan Camilo Martínez
Sobre su marca nacional, Juan Camilo comentó:
“Más que ganar la medalla y el envión, esto me motiva y me llena de ganas de convencerme de que puedo volver a ser ese deportista que fui de juvenil, cuando ganaba medallas y lograba grandes marcas. Sé que tengo que mejorar algunas cosas para estar entre los primeros 10 del mundo. Mi meta es ir a unas olimpiadas y este año es cuando empiezo el camino hacia allá”.
Hoy está agradecido con Dios, con la entrenadora Luz Adriana, con sus padres, con su hermana y con la vida, porque le mostró las dos caras de la moneda, donde la paciencia, la sabiduría, la modestia y la humildad lo han llevado a lo más alto de la conciencia, algo que demostró en su última competencia el pasado 7 de junio en el coliseo menor de Manizales.
“Juan es un deportista que ha tenido diferentes etapas durante su proceso. Al inicio era muy callado, eso sí, con unas características morfo funcionales ideales para este deporte y con un excelente desarrollo técnico. Tuvo una etapa, como todos los chicos, de rebeldía, pero la vida le enseñó que no es así. Desde el año 2023 viene entrenando bajo mi dirección. Es un gran ser humano, con una humildad enorme, es un señor, un gran compañero y para cada uno de los chicos en la liga es un ejemplo”, dice su entrenadora Luz Adriana Soto.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»