Gladys Mosquera, la arquera que ataja sin guantes
Con tan solo 17 años y muchos sueños en el fútbol, la deportista chocoana llegó al Eje Cafetero para hacer parte del III Torneo Nacional de Fútbol Femenino en el marco de la Feria de Manizales.
Este jueves Gladys Julieth Mosquera, oriunda del municipio de Quibdó volvió a atajar sin guantes, la razón es porque no tiene, pero eso no es impedimento para ubicarse bajo los tres palos y resguardar las ilusiones de su equipo, ese que arribó a Manizales para buscar los primeros lugares del torneo, y hasta el momento lo está logrando.
No es común ver a los cancerberos de los equipos de fútbol hacer su trabajo sin la indumentaria tal vez más importante para ellos, los guantes; pero Gladys se desenvuelve bien y aunque los remates pegan con fuerza en sus manos, lo más importante para ella es mantener su arco en cero.
«Hago parte del Club Deportivo Quibdó desde enero del año pasado. Aquí me siento muy bien, porque con mis compañeros venimos a mostrar que somos las mejores», fueron las primeras palabras para una atleta que no habla mucho, pero que defiende su personalidad atajando.
Con 1.78 metros de estatura, y el número uno en su espalda, no es esquiva a los comentarios que señalan justamente el «¿Cómo hará para tapar sin guantes?»
Para nadie es un secreto que las condiciones sociales en Chocó no son las mejores, hace parte de los departamentos que sienten con más fuerza las desigualdades en el país. Y en el campo deportivo tampoco es muy visible, apenas y sus atletas son llevados a otras regiones de Colombia desde jóvenes para sobresalir, lo que no le permite a este lugar, poder consolidar procesos en su interior.
A Gladys, que viajó 12 horas en bus, desde su natal Quibdó para sumar experiencia en su recorrido, no se le hace extraño, pues ya están habituados a participar en eventos con pocos recursos, con lo que haya.
«A este torneo vinimos con dineros de las mismas jugadoras, es un esfuerzo que se hace para poder participar porque son de diferentes municipios del Chocó y fue algo díficil», manifestó el asistente técnico Edinson Rivas.
Del paisaje natural en el malecón del río Atrato, a las empinadas montañas del Eje Cafetero. Una aventura que para la deportista ha resultado satisfactoria, ya que su club no está lejos de la clasificación a la final, es uno de los opcionados en el grupo B, es decir, de ganar el próximo partido estaría acariciando la posibilidad de estar en la última cita.
Es Manizales la nómina que mayor exigencia ha impuesto hasta ahora a Quibdó, en lo deportivo y lo mental, donde Mosquera tuvo que valerse de sus condiciones para salir rápido por la pelota y hacerse a ella en los tiros de esquina. Porque condiciones no le faltan, pero tampoco le sobran, con lo que tiene: «disciplina, amor y compromiso», le basta para cumplir la tarea.
«Siento una eterna felicidad al jugar, me da mucha emoción porque juego fútbol desde los 11 años. Me inspiró en Keylor Navas», compartió la golera que hace sus prácticas en la cancha Chipi Chipi, del centro de Quibdó o en ocasiones en la cancha de La Normal.
Al referirser a sus sueños, apunta que tiene en la mente poder llegar a la Liga Águila Femenina, ese maltrecho torneo donde las deportistas todavía están disputando fuera de la cancha, mejores garantías. Pero si la Liga Águila Femenina se encuentra en estas condiciones, ni qué decir del fútbol femenino en Chocó, a donde aparentemente los recursos no llegan, y casos como el de Gladys, se pierden en un río de ilusiones y promesas sin cumplir.
«En el Chocó el fútbol femenino también vive desigualdades, el machismo y la falta de recursos. Ellas siempre que van a salir a competir a algún torneo les toca con su propio dinero», complementó Rivas.
Con o sin dinero, con o sin guantes, la cuidapalos de Quibdó evita pensar en las carencias y se dispone en cada momento a tomar el balón, alejarlo de su arco y darle vida a ese propósito de buscar el profesionalismo.
Hasta el momento ha recibido seis goles, que han podido ser más, de no ser por el sacrificio en sus manos, las que atajan siempre pensando en su equipo.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»
Dios la bendiga