Fabio de Jesús Pérez, 25 años al servicio de las Artes Marciales

Foto / Suministrada

Con 42 años, el Maestro Fabio Pérez encontró en el mundo de las Artes Marciales su camino en la vida, donde se inició desde muy joven, se consolidó como uno de los mejores y ahora se dedica a trasladar su conocimiento a los nuevos talentos.

Son 25 años en las Artes Marciales en el departamento, en los que el Maestro Fabio de Jesús Pérez dio sus primeros pasos en el Judo, luego pasó al Kung Fu, continuó en Hapkido y finalmente llegó al Taekwondo.

Desde los cinco años, la vida lo llevó a incursionar en estas disciplinas ya que su familia se ha interesado en las Artes Marciales. A los 10 años cuando apenas cursaba el colegio, unas muestras de Hapkido y Taekwondo, fueron la ‘frutilla’ del postre para que Fabio definitivamente viera su futuro allí como deportista.

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“Inicialmente me encaminé mucho por el Hapkido, donde conocí varios Maestros de acá del departamento y otras ciudades; cada día me esforzaba más hasta que pude conseguir el cinturón negro a mediados del 96 más o menos”, puntualizó el propio Pérez en charla con Semilleros Deportivos.

Tiempo después de ser uno de los primeros medallistas de la Liga Risaraldense de Hapkido en eventos nacionales, y por cosas de la vida, se cruzó en su camino el Maestro Belmer Augusto Betancur, quien lo motivó para iniciarse en el mundo del Taekwondo por el año 2000.

Luego de pagar el servicio militar con el Ejército, su carrera deportiva la inició en esta nueva disciplina en torneos nacionales, alcanzando varios títulos de orden departamental y uno que otro en categoría Open Abierta a nivel nacional, pero una lesión en uno de sus tobillos lo alejó por cerca de tres años de las competencias.

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Una vez superada retomó su camino, compitiendo en el Alto Rendimiento por otros tres años, hasta que tomó la decisión de alejarse definitivamente como deportista, para dedicarse a su otra pasión, ser entrenador y formador de nuevas generaciones.

En el 2011, tuvo una de las grandes competencias ya desde otra faceta, siendo el Panamericano de Hapkido en Cali, un evento recordado porque allí los dos deportistas de su entonces club y que participaron, obtuvieron tres medallas.

“Por lo general en un año ‘normal’, vamos a competir entre cuatro y cinco campeonatos departamentales y unos dos nacionales, aunque ahora lo más importante es cuidarnos desde las casas” precisó frente a los calendarios que establecen.

Actualmente, maneja grupos de formación en las Artes Marciales Mixtas, es decir, varias disciplinas en un solo lugar, donde la familia es el pilar fundamental ya que está diseñado para que todos puedan incursionar en esta área.

Además de ello, otro factor importante es que allí se trabaja con gente de bajos recursos, subsidiando al año cerca de 20 deportistas. De donde han salido grandes promesas y talentos para el futuro de estas disciplinas en Risaralda.

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Su trabajo no solo ha beneficiado a jóvenes, sino que también ha incursionado en otros ámbitos, allí por lo general el deporte se convierte en una salida de la rutina habitual.

“De igual manera, el trabajo lo hemos venido adelantando con la Policía, capacitando al personal al igual que al del Ejército con cursos y seminarios, también con empresas privadas dando pausas activas y de defensa personal para mujeres y niños, e incursionamos hace tres años en el entrenamiento físico con trabajo funcional, cardioteck y cardio Taekwondo”, indicó.

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De la mano del Maestro Pérez Pescador, se han logrado ya graduar cerca de cuatro cinturones negros, de los más de 620 alumnos que han pasado por la Escuela, donde solo tiene gratitud y agradecimiento a la vida por haberlo colocado allí.

“Las Artes Marciales a mí me han dejado un estilo de vida, porque ser entrenador de esto no es fácil, hay que sacrificar mucho el tiempo con la familia, con amigos y el personal, ya que si lo que buscas es dedicarte a esto, hay que hacerlo de lleno, de corazón, con compromiso y dar el cien por ciento”, agregó.

Hace cuatro años decidió dedicar su camino de lleno a ser entrenador y sin duda como el propio Fabio lo dice “ha sido una satisfacción enorme”, ya que la retroalimentación y la sensación de agradecimiento de los alumnos, ha sido indescriptible.

Así mismo, el estratega reconoce que en Risaralda hay mucho talento tanto en Hapkido como en Taekwondo, pero que al igual que muchas otras disciplinas, el talento se pierde por motivos externos y eso indiscutiblemente repercute en los procesos.

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Finalmente, Pérez reconoció que la dificultad entre ser deportista y ser entrenador, se equilibra en un 50 a 50, ya que cuando gana el competidor gana también el entrenador y viceversa.

«Unidos somos más. Más deporte, más región»

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