Esteban Arroyave, el niño que pasó de dormir con el balón a proyectarse en la Copa Ciudad Pereira
Cada Copa Ciudad Pereira siempre dejará comentarios positivos y negativos, como también jugadores que brotarán como nuevas semillas del fútbol, mientras otros tendrán que esperar y los demás seguirán insistiendo.
Pero siempre habrá historias para contar, y esta 42a Copa Ciudad Pereira no es la excepción, porque en los 32 equipos que participaron hay cientos de historias que no se contarán.
Una de estas historias se originó en San Joaquín, un barrio ubicado en el sector de Cuba en Pereira, donde el sueño de un niño por el fútbol, llevó a sus padres a cambiar la forma de pensar sobre este singular deporte.
Para Esteban Arroyave, el fútbol era una forma de vida, en el día mantenía pateando los balones contra las paredes de la casa, ganándose los regaños de sus padres que se cansaban del constante “sonsonete” y de noche, dormía con el balón.
Tanto era el entusiasmo, que sus padres crearon una escuela para que otros niños del sector practicaran fútbol.
A sus 10 años ya sobresalía entre sus compañeros, talento que siguió madurando durante 4 años cuando llegó a integrar el Corpereira, donde estuvo siete meses entrenando, compitiendo y demostrando sus habilidades para dominar el balón, algo que lo ayudó a visualizarse como un jugador profesional dadas sus condiciones futbolísticas.
Pero como siempre, los obstáculos no faltan y uno de ellos fue la liquidación de Corpereira en el 2012, lo que obligó a Arroyave a buscar nuevos horizontes llegando el equipo Vencedores.
Con 14 años se sentía un joven maduro, con sus ojos puestos en los grandes equipos, pero a sabiendas que para llegar a la cima hay que ir escalando con cuidado y pasos firmes. Por este motivo estuvo un año en Vencedores, luego pasó a La Cantera y de allí fue llamado para integrar la Selección Risaralda y cuando todo iba bien, vino el suceso imprevisto.
Una lesión durante un encuentro, lo dejó por fuera de las canchas y a su regreso, otra lesión en la rodilla le dejó tres meses en recuperación y tuvo que perderse todo el proceso de la selección.
Contrario a los pronósticos, el insistente Arroyave adquirió más confianza en sí mismo y en sus capacidades mentales y físicas, y siguió mejorando su rendimiento, algo que nuevamente lo llevó a la Selección Risaralda para enfrentar los Juegos Nacionales del Eje Cafetero 2023.
Su posición de juego es de volante, aunque también juega de 10 como lo hizo en la semifinal del pasado viernes 27 de diciembre donde su equipo el Envigado superó al Deportivo Pereira, 1-0. En ocasiones también juega de 6, porque para él lo importante es trabajar en equipo, dado que el fútbol es como un reloj donde los piñones más pequeños son los principales protagonistas para que la hora esté en punto.
Esteban sabe que las oportunidades son pocas en la vida, así como los años pasan rápido en el fútbol, por esto se mantiene en forma y se esfuerza al máximo en cada entrenamiento o cada partido, porque sabe que, en cualquier momento, sus esfuerzos darán los frutos que espera.
Arroyave es uno de los jugadores del Envigado FC, que disputó la final ante La Cantera. A cuestas traía la responsabilidad de cobrar los penaltis y alimentar a los delanteros con la esférica.
“Arroyave lo conocemos desde selección Risaralda, es un jugador muy completo, juega como volante mixto casi perfecto, recupera balones muy altos, tiene ímpetu, es atrevido desde la parte defensiva y talentoso en la parte ofensiva. Es nuestro cobrador de penales, tiene clara visión de juego corto y largo, es un líder en el campo, y nos ha dado una mano muy importante en este proceso de la Copa Ciudad Pereira”. Dice el entrenador del Envigado FC, Oscar Román Ángel.
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