En Dosquebradas, fútbol femenino es un caldo de cultivo para el desarrollo de libertades

...más allá de que sea o no sea rentable, el fútbol femenino es necesario para reducir las brechas de inclusión, para ampliar oportunidades y para no limitar condiciones.

Foto / Carlos Marín

Contrario a la visión de algunos dirigentes del fútbol profesional colombiano, pensamos que el fútbol femenino es un caldo de cultivo para el desarrollo de libertades y capacidades.

Culminó el BabyFútbol en Medellín, un evento nacional que puso en escena el nombre de Dosquebradas, Risaralda y el del Eje Cafetero en la voz de diferentes actores del fútbol nacional. No solo por los triunfos alcanzados, si no también por un proceso que refleja sus mejores resultados después de años de trabajo.

Y es así como el equipo representativo de Dosquebradas se quedó con el tercer lugar, con la goleadora del evento, la valla menos vencida compartida con Bloques de Limonar (otro de los representativos) y hasta con el juego limpio. Pudo ser campeón, sin embargo una sola anotación las alejó del título, pero no del sueño.

Foto/Carlos Marín

La niñas que hoy juegan al fútbol infantil, ven en la esférica una oportunidad de diversión, de aprendizaje, de superación de retos y una prueba que trasciende la visión del sexo. Apoyadas por la Alcaldía de Dosquebradas, han aprendido el valor de jugar en equipo, de desplegar toda su capacidad asociativa, de confiar en sí mismas y de entender el sentido de representar con responsabilidad una región y un municipio.

Demostraron madurez al aceptar la única derrota que les impidió ser campeonas, pero ello no las hizo perder la cabeza, ni sentir que su presentación fuese menos importante. Con 28 goles anotados y tan solo uno en contra, regresaron al municipio industrial convencidas de sus capacidades, de que sí es posible  luchar por los sueños, de que cuentan con el talento y la voluntad y lo único que requieren es apoyo y oportunidad.

Foto/Carlos Marín

Como ellas, son innumerables los grupos de niñas que aspiran en esta y en otras disciplinas a desplegar sus capacidades y talentos. Nada tiene que ver el sexo, nada tiene que ver su orientación sexual, nada tiene que ver su condición de género.

Al final, ellas como todas las personas, tienen derecho a jugar fútbol… sí, también es un derecho humano… y las mujeres tienen ese derecho a escoger si juegan fútbol o disfrutan de otras disciplinas deportivas, más allá de que sea o no sea rentable, el fútbol femenino es necesario para reducir las brechas de inclusión, para ampliar oportunidades y para no limitar condiciones.

Gracias Dosquebradas una vez más, a sus jugadoras, a su cuerpo técnico y a la administración municipal por apoyar este proceso que de manera respetuosa hemos querido denominar como “Un tremendo caldo de cultivo para el desarrollo de libertades y capacidades”.

“Unidos somos más. Más deporte, más región”

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