El deporte: sentimientos, profesionalismo y ejemplos de vida
El deporte: sentimientos, profesionalismo y ejemplos de vida
Varios son los casos de deportistas nacionales e internacionales que de una u otra manera buscan refugiarse en su deporte para no expresar lo que realmente viven en situaciones adversas, como ocurrió con el ex Deportivo Pereira Jorman Campuzano en el partido de Copa Libertadores.
Más allá de ser deportistas de alto rendimiento, primero son seres que viven y sienten como todas las personas del común; por eso cuando tienen una dificultad personal, en algunos casos, prefieren refugiar sus angustias o dolores en lo que mejor hacen, su deporte.
En el mundo deportivo, pero sobre todo en el fútbol, algunos jugadores han sufrido la partida de algún ser especial, y con todo y ese dolor que los aqueja, prefirieron antes que mostrar sus sentimientos, reflejar su profesionalismo en el campo de juego.
Casos recientes como el del hondureño Roger Rojas de la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica, que prefirió jugar su partido en el clásico frente a Saprissa, desbordó entre alegría y el dolor, al anotar un gol y podérselo dedicar a su primo recientemente fallecido. Para no ir tan lejos, Ronaldinho Gaucho, aquel gran jugador brasileño y para muchos el mejor de la historia carioca reciente, jugó un partido cuando militaba en el Atlético Mineiro frente a Cruzeiro; aún cuando el dolor de la partida de su padre estaba latente, celebró con lágrimas en sus ojos y mirando al cielo, para dedicárselo y como pocas veces se le había visto.
Un futbolista, por más famoso que sea, no deja de ser reflejo del común de la gente, especialmente cuando culmina su participación en entrenamientos, partidos, competencias, etc., ellos tienen sus vidas reales afuera de los campos de juego y por eso cuando sucede algo como lo de Jorman Campuzano, por ejemplo, muchos espectadores se quedan atónitos al ver como ese valiente deportista, que sufre por dentro, prefiere entregarse a su ‘trabajo’ completamente.
Se lo guardó para él, y así saltó al Atanasio Girardot con Atlético Nacional, donde jugó ayer un partido monumental en la Conmebol Libertadores. Sus compañeros y el propio cuerpo técnico, se enteraron luego del partido, todo porque al llegar al vestuario, el tamalamequense se desplomó en llanto dejando sin palabras incluso a su entrenador,Jorge Almirón, quien en rueda de prensa expresó “no sé cómo lo hizo”.
Como Campuzano, podríamos seguir nombrando casos de jugadores internacionales que han sufrido tragedias y siguen adelante con sus carreras, como el del polaco Jakub Blaszczykowski, quien siempre que anota un gol, se lo dedica a su madre, fallecida cuando tenía solo 11 años y a manos de su propio padre quien la mató por discusiones matrimoniales.
Franck Ribéry, el internacional francés, es otro de los casos que hay que nombrar, tuvo una infancia sufrida, a los dos años lo abandonaron sus padres en hogar de paso, luego sufrió un accidente automovilístico y por eso la cicatriz que hoy en día tiene en su rostro y que muchos le han aconsejado operarse, pero como él dice “de pequeño se burlaban de mí y me escondía a llorar en un rincón. Pero eso me ha ayudado en la vida”.
En Colombia también hay algunos casos, tal vez el más sonado es el del internacional Juan Guillermo Cuadrado, a quien la vida le dio un duro golpe, su padre fue asesinado en su natal Necoclí (Antioquia), cuando apenas tenía cuatro años, por eso al festejar sus goles, no se olvida de él y le dedica sus triunfos.
No se puede olvidar que el deportista es ante todo, un ser humano, que cualquier pérdida puede afectarlo emocionalmente y es allí cuando sus equipos, sus escenarios habituales, sus familias, sus allegados, sus amigos, se convierten en sus refugios y buscan en ellos curar el dolor que sienten.