El deporte para la comunidad LGBTI, a propósito de la diversidad sexual

“La salud mental, las personas LGBT se encuentran sometidas a procesos de estrés emocional alrededor de la discriminación, marginación, el matoneo, entonces el deporte y la actividad física contribuyen a generar mejores procesos de salud mental”.

— Giovanni Cano Bedoya

Foto / Bezzia

Durante la semana de la Diversidad Sexual en Pereira se han realizado múltiples actividades, entre ellas, abrir espacios para que lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI), puedan converger entorno a la recreación y la actividad física, pero, ¿será suficiente?

Anualmente la administración municipal de Pereira, y otras ciudades de Colombia han velado para que los diferentes colectivos y organizaciones sociales en pro de las comunidades con enfoque de género, puedan gozar de unos espacios culturales, artísticos y de recreación, lo que permite pensar en inclusión para todos.

Durante la tarde de este jueves 28 de junio, día del orgullo gay a nivel internacional, fueron varias las actividades en las instalaciones del Parque Olaya de Pereira, donde por los menos 80 personas se reunieron entorno a la actividad física, en un encuentro denominado ‘Un gol a la discriminación‘.

Foto / Suministrada

El escenario además de sonrísas y alegrías, permitió ver que en el partido entre lesbianas, cabían también algunos hombres gais, evidencia de inclusión y respeto, valores que piden históricamente las comunidades LGBTI alrededor del mundo.

Semilleros Deportivos se contactó con Giovanni Cano Bedoya, activista por los derechos de las comunidades LGBTI, quien expresó lo siguiente:

“La posibilidad de generar acciones de recreación, deporte, actividad física, apuntan a la materialización de derechos fundamentales. El acceso a la cultura, el acceso a la recreación, el acceso al deporte, son derechos, por lo tango generar una oferta especializada para que la población pueda acceder, ya genera en sí una ventaja y de ella se desprenden otras”.

Foto / Suministrada

El crear unos escenarios de unión y convergencia permiten que las personas de orientaciones sexuales e identidades de género diversas, puedan fomentar valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad. Incluso para Cano Bedoya, estos espacios también fortalecen, “La salud mental, las personas LGBT se encuentran sometidas a procesos de estrés emocional alrededor de la discriminación, marginación, el matoneo, entonces el deporte y la actividad física contribuyen a generar mejores procesos de salud mental”.

Este medio de comunicación también se contactó con Johana Guerra, reconocida como la primera mujer transgénero en trabajar para la Alcadía de Pereira. Guerra, quien se ha convertido en un referente a nivel regional en discusiones sobre diversidad sexual, apunta que: “los espacios artísticos, culturales y deportivos, son espacios de inclusión donde podemos demostrarle a la sociedad que todos somos iguales. Si jugamos fútbol juntos, si jugamos baloncesto juntos, si realizamos un acto cultural juntos, nos demuestra definitivamente que con este tipo de manifestaciones podemos generar inclusión, respeto y reconocimiento”.

Foto / Carlos Marín

Sin embargo hay factores de fondo que se deben trabajar en los espacios de inclusión, para así apuntarle una idea de respeto y democracia que vaya calando en la sociedad. “La idea no es que la gente juegue por jugar, que haga actividad física por hacerlo, sino porque ahí en el proceso hay una serie de desempeños sociales, emocionales y de comunicación que son fundamentales para garantizar una sociedad incluyente. Cuando usted tiene que enfrentarse a un otro, y encontrar con ese otro alternativas para acatar normas, para que se promueve la solidaridad y el trabajo en equipo… todo eso contribuye”, añadió Bedoya.

En Brasil, territorio suramericano que le lleva bastante ventaja al país respecto al tema, ya se creó una liga gay, pero el país carioca ha dado otras batallas a nivel social, político y educativo para combatir los niveles de discriminación que lo aquejan. Situaciones que todavía no ha vivido Colombia.

En un estudio reciente, según afirma Giovanni, se arrojaron datos que dejar ver que Colombia requiere de un trabajo más fuerte sobre el tema.  “9 de cada 10 personas transgénero, han sido discriminadas en los últimos 12 meses. 5 de cada 10 gays o lesbianas han sido discriminadas en el mismo periodo”, y agrega sosteniendo que esto es alimentado por los márgenes de denuncia que no superan el 7 por ciento.

Es decir, que aunque desde el Gobierno se estén obteniendo avances, el trabajo para garantizar libertades y derechos para las comunidades LGBTI en Colombia, es bueno, pero todavía falta.

El deporte, la actividad física, la recreación, así como en la sociedad en general, también juegan un papel fundamental para los procesos de inclusión en las comunidades LGBTI, por su valor formativo y de integralidad.

“Aunque las leyes en teoría reconozcan y otorguen unos derechos, es necesario cambiar lo que uno podría decir como constitución social y simbólica, porque el papel puede con todo, lo que hay que garantizar es que los derechos se materialicen en los territorios donde la comunidades habitan, en las familias, en las instituciones educativas, en el trabajo y la gente tiene mucho miedo y tiene razón de tenerlo”, Bedoya.

Es así como se conciben los caminos de inclusión entorno a la actividad física, en un área importante para el ser humano sin importar su condición económica, religiosa o de orientación sexual.

“Unidos somos más. Más deporte, más región”

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