Deportivo Pereira y su relación con la prensa deportiva
Por estos días cuando los resultados del matecaña fluctúan entre lo esperado e inesperado, salen a relucir detalles de la relación entre el equipo profesional y algún sector de la prensa especializada, relación todavía por mejorar.
Deportivo Pereira mantiene una relación cercana con el 90 por ciento de la prensa deportiva de Risaralda. Pues desde el interior se le concibe como un aliado estratégico en la difusión y promoción de los procesos; sin embargo esto no necesariamente invita a pensar que desde la matriz estructural de la institución, entiendan el ejercicio como una apuesta política y filosófica en la sociedad.
El periodismo cumple la labor de informar, cuestionar y generar opiniones, siempre amparado en principios éticos, donde la investigación, el rigor, la verificación y el contraste de versiones sostienen narraciones imparciales en diferentes formatos. No existe razón alguna para enajenar esos principios, omitirlos al mejor postor, así este sea el cuadro matecaña.
La mirada, que al parecer se tiene desde el organismo deportivo, no sustenta la valía ni la importancia que tiene la prensa especializada, en la medida que la concibe como un actor estratégico, más que como un actor político y filosófico para la sociedad; un concepto mercantilista y utilitarista que hay que moldear mejor con el propósito de potenciar la relación con ese 90 por ciento de la prensa.
La experiencia del comunicador
Y para ello, es necesario que los componentes de relacionamiento sean ejecutados por personal que entienda los impactos de la comunicación entre la organización y los medios masivos de comunicación. No es sano para la imagen externa de ninguna empresa, que un jefe de seguridad se encargue de estos asuntos. Menos, de asumir labores que corresponden a una oficina de comunicaciones, a menos que tenga estudios profesionales en comunicación o experiencia en relaciones públicas. ¡Zapatero a tus zapatos!
El comunicador oficial del plantel es quien debe estar en los escenarios donde se produzca el trabajo de los medios de comunicación, interactuar con periodistas y orientarlos en su tarea de buscar información puertas adentro. El jefe de seguridad es para el aficionado y el control de las masas en aglomeraciones de público complejas. Deportivo Pereira adolece de estas diferencias y por ello desde su área de seguridad se ha entorpecido de manera inconsciente el camino de mejorar la relación con varios periodistas durante los últimos años.
Conservar el trato digno
El periodismo deportivo, que tiene su dinámica a través de los medios nativos digitales, medios tradicionales (radio – prensa – televisión); está integrado por personal que está llamado siempre a comprender los alcances de su trabajo y apoyar a través de la información, apuestas políticas y sociales como las del fútbol profesional colombiano. Entendiendo lo político como una manera de vincularse a la sociedad.
Reiterando esto, la prensa es acreedora siempre de un trato digno y diferencial por parte de cualquier miembro de la Corporación Social, Cultural y Deportiva, Corpereira, esto no excluye al personal logístico durante los partidos en el estadio Hernán Ramírez Villegas, que oscila entre los 140 y 80 personas de acuerdo a la categoría de los encuentros.
De no tener un trato especial el periodista, los protocolos de modernización de escenarios deportivos para la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, no incluirían zonas de prensa, conexión a internet, y otros insumos básicos en los estadios, para el cómodo desarrollo periodístico de la prensa como invitado especial al espectáculo del fútbol. El periodista es quien difunde el mensaje del deporte en el mundo, sea positivo o negativo.
Quienes coordinan estos asuntos, además de tener la capacitación necesaria en conceptos relacionados con la comunicación, deben entender el servicio que los periodistas le prestan al club. Y ante cualquier eventualidad, individualizar los comentarios, no generalizar, daño que le hacen al gremio, por consecuencia al equipo que año a año intenta consolidar sus procesos internos.
El periodista, bien o mal, está generando contenido constante que menciona la marca Deportivo Pereira. Cualquier imprecisión en la que incurran los comunicadores podrá ser atendida bajo los protocolos internos, protocolos que en lo procedimental llevan a pedir la corrección, retractación o impulsar al gremio a actuar bajo el amparo del rigor periodístico. Atender a apreciaciones emocionales para disminuir la importancia del servicio social que presta el periodismo, seguirá perjudicando, este y otros deportes.
Autocrítica
Es ahí donde el titular de este editorial cambia. La prensa deportiva y su relación con Deportivo Pereira.
Los principios del periodismo no se negocian. Cambiar conceptos por boletas no queda bien en un contexto que hace prevalecer a la fidelidad de la información con los hechos. Pedir boletas y luego saltar hacia la crítica desmedida también tiene sus efectos, el desprestigio.
El trato digno y diferencial que pide la prensa, se debe ofrecer desde este frente, llegando, en la medida de cada contexto, a ser referentes en los gestos de cordialidad antes, durante y después de los espectáculos o las entrevistas. Guste o no, el periodismo debe darse golpes de pecho para aceptarlo y mejorar en la materia. La celeridad en la búsqueda del material informativo no puede sobrepasar los derechos de otros actores.
La responsabilidad del periodista involucra pensar en la consecuencia que tendrá la información una vez se hace pública. El impacto que producirá en la audiencia, más, en las fuentes que proporcionaron los datos aparentemente reveladores. Tachar de mediocre a un atleta es develar las falencias de su humanidad y para ello hay que buscar el lenguaje más asertivo posible.
Cuando se informa de manera desproporcionada, parcializada, con un lenguaje lesivo para generar interés, se está atentando contra la imagen de un periodismo cada vez más afectado en las esferas laborales. Cayendo hasta al abismo del apasionamiento.
Se entiende que las repetitivas crisis que ha vivido la institución a lo largo de la historia, han conducido hacia ambientes que se prestan para que decenas de personas linden al organismo deportivo con el ánimo de opinar. Haciéndose ver como comunicadores, como periodistas especializados sin contar con la trayectoria suficiente en la responsabilidad de informar. A esto se le debe poner freno desde la misma institución, no solo para evitar malos entendidos en el futuro, para ayudar en la tarea de dignificar el trabajo del periodista. Quien llegue a una zona de prensa deberá prestar su servicio de informar como contraprestación al acceso otorgado.
Construir desde ambos frentes
En la actualidad se habla del periodismo de esperanza, de rescatar lo positivo de las historias e intentar mostrar las vías para transformar lo negativo. Es ese periodismo el que busca la solución cuando ya tiene claro el problema. A las audiencias también les gusta leer sobre propuestas, apuestas de evolución y desarrollo deportivo.
Redondear en lo negativo, además de destruir, dilapida estilos periodísticos, difumina la evidente necesidad de transformar el ecosistema del deporte. Al que sin duda alguna, pertenecen los clubes profesionales de fútbol y por supuesto, el periodismo deportivo.
La invitación para Deportivo Pereira y para la prensa especializada es a resignificar los valores del ejercicio. El equipo con su autonomía administrativa y el gremio como aliado estratégico con inmensa responsabilidad social desde lo político y filosófico.
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