Deportes Quindío, su quinto año en la B y no parece querer salir

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Las cosas no andan bien en la institución cuyabra, gran parte de la prensa deportiva y no deportiva ya no cree en el proyecto del Deportes Quindío que a la fecha no enamora con su fútbol, los triunfos son justos, escasos y apenas ponen a celebrar a la poca hinchada que asiste al estadio Centenario de Armenia. 

El contexto que rodea al equipo que representa a la denominada Ciudad Milagro es de desconcierto, negativo, desde los comentarios de los ciudadanos hasta las referencias que los comunicadores quindianos ofrecen sobre el presente de una escuadra que este 2018 completará cinco años en la segunda división.

Este domingo 8 de abril el rentado cafetero disputó duelo frente a Orsomarso, en compromiso válido por la octava fecha del Torneo Águila, donde en el tiempo de adición el defensa Wilmer Palacios logró sacar el resultado de su equipo 1-0. Se ganó con lo necesario en el estadio de los quindianos.

Aunque esté es el último detalle puntual, durante el 2016 el saldo de 14 derrotas en 32 fechas no le permitió acercarse a las definiciones del ascenso, en el 2017 no cumplió las expectativas de los aficionados que esperaban que solo fueron cuatro años en la B, en dicha competición alcanzaron las semifinales del primer semestre; pero con una caída ante Real Santander el 5 de junio, despacharon las ilusiones del primer campeonato que ofreció el evento.

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Al segundo semestre aunque las expectativas fueron mayores, Llaneros vapuleó al equipo del técnico Alberto Suárez, dejándolo por fuera del campeonato, enterrándolo en un quinto año en segunda en un partido que generó indignación y sospechas.

Los últimos años han demostrado que Deportes Quindío no tiene la convicción por regresar a la máxima categoría del Fútbol Profesional Colombiano (FPC), y aunque Alberto Suárez fue oficializado en diciembre del 2016, para manejar las riendas en el 2017, los resultados no han favorecido su orientación.

Varios son las dudas que saltan alrededor del equipo siendo esta la segunda temporada oficial para el técnico vallecaucano. Decenas piden su salida; pero en la dirigencia no suena nada, no hay respuesta, no hay malestar, no hay según varios enamorados del cafetero, sentimiento.

Un hinchas enfurecido con los resultados intentó agredirlo el año anterior; jugadores que no respetan sus indicaciones y que saben que Deportes Quindío está lejos de cumplir sus sueños. Se sabe de algunos que se preocupan más por las conversaciones con sus agentes deportivos, para salir del equipo hacia un proyecto diferente, que por trabajar en el camino de materializar la llegada a la primera categoría.

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Las relaciones con la prensa se vuelven más complejas, según Juan Pablo Hincapie, comunicador de este departamento, en el partido frente a Orsomarso se vio a un Alberto Suárez desencajado, reaccionando diferente ante las solicitudes de algunos periodistas.

Independiente del hecho aislado de la jornada futbolera del domingo, este Quindío no gusta, pese a que ganó y marcha cuarto con 12 unidades, no atrae a los aficionados que dejaron de asistir al máximo escenario de Armenia, no enamora a los niños y jóvenes que siendo el presente, serán también el futuro hincha de un equipo que tiene estadio, contexto, pero no objetivos claros para alcanzar la A, o por le menos eso reflejan sus rendimientos.

¿Se tiene que ir Alberto Suárez?, ¿Se tienen que ir algunos jugadores?, solo lo sabe Hernando Ángel, el máximo dirigente del equipo, un hombre alejado de los medios, alejado de la crítica, alejado pero presente en el fútbol, y con sensaciones opuestas ante el necesario regreso del Quindío al fútbol de la Liga Águila.

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