Ciclismo recreativo pero competitivo: 40 años después se goza como niño
Especial para Semilleros Deportivos
Por. Carlos Fernando Escobar
Director General Revista EnBici
Obvio hace 40 años cuando en mi cuidad natal siendo apenas un niño tuve mi primera bicicleta, una Arbar Pantera, plateada y muy fina de las que don Hernán Aristizábal Barrientos* vendía como arroz, nunca hubiera pensado que 4 décadas después seguiría montado en una, ya no de marca Arbar, ni tampoco bajando faldas sin control, sin casco y a veces sin frenos, sino en una bici con una tecnología imposible de imaginar en aquella época y sufriendo el leñazo de todo cuanto ciclista me rebasa, pero eso si como antes, con gusto y ganas de pedalear y seguir disfrutando; 40 años después se goza como un niño.
Usted y yo no somos ciclistas profesionales, no entrenamos en equipos ni nada de eso, o al menos yo, no se usted, pero de igual manera nos tomamos muy en serio cada actividad que realizamos encima de nuestro llamado coloquialmente «caballito de acero», que ya es de aluminio en el peor de los casos, o de carbono y seguramente no muy lejos de titanio.
Puede que no tengamos lo «último en guarachas» pero sí nos esforzamos por tener a esa «amiga de metal» lo mas linda y funcional posible; el mejor grupo que podamos costear, llantas buenas, aceite a la medida, sillín en buen estado, mangos ergonómicos, suspensión full, etc; todo para que no nos deje varados en cualquiera de los terrenos que enfrentemos.
Y es que todo aquel que rueda una bicicleta y lo hace si quiera durante un mes, dos veces por semana queda marcado de por vida, no importa la época ni la edad a la que inicie, siempre ha sido así y siempre será, hay una magia implícita en el acto de pedalear y cuando lo haces en grupo más.
Cuando eras niño, el placer estaba solo en pedalear, ya «viejo» además de pedalear está la oportunidad del reto, del deporte con una justificación mayor a solo estar bien físicamente, la opción de aspirar a sentirte ganador. Y sí, ya lo sé, el solo rodar ya es un premio, pero vamos un poco mas allá, en el plano de los que no somos deportistas de élite, por cualquier razón, edad, tiempo, plata, lo que sea, pero queremos sentirnos así.
Para nosotros la época es perfecta
No solo la época, la región y la ciudad también. Solo en Pereira, de las 3 capitales del Eje Cafetero, se llevaron a cabo en el 2019 más de quince eventos deportivos ciclísticos con categorías donde tenían cabida novatos (as), niños (as), elites, juveniles y los máster; entre copas cafeteras, copas Colombia, eventos particulares de tiendas y grupos, criteriums, copas departamentales, competencias punto a punto, chequeos, etc. Cientos de practicantes de ciclismo, sin exagerar, se dieron cita en todos estos eventos de manera repetitiva; pude evidenciar carreras nocturnas con mas de 200 participantes en semana y el fin de semana siguiente ver los mismos ciclistas y otros más en eventos con 100 personas, esto de manera repetitiva.
El auge del ciclismo recreativo va a completar una década en la región. La llegada en los últimos 7 u 8 años de tantas marcas de bicicletas al país, la apertura de tiendas en las ciudades capitales de la región y en las intermedias también, ha hecho que otros negocios florezcan igual, talleres, accesorios, entrenadores, restaurantes, etc; toda una microeconomía al rededor de las bielas y las llantas de una bicicleta que poco a poco se va haciendo determinante en la vida y el futuro de los habitantes del Eje Cafetero.
Pero 2020 nos ha defraudado
Tristemente, esa economía que venía en auge paró, todo se detuvo; algunas intenciones de que las cosas no sean tan graves se ven cuando a través de medios digitales los ciclistas se encuentran montando un rodillo, o cuando en sus casas rodando sin moverse, solos, cierran los ojos e imaginan el aire que los baña, el sonido de las llantas en el asfalto o la tierra, el entorno o lo más triste de no sentir ahora, la compañía de otros.
…a la mayoría aún nos pican las piernas, nos llama la montaña, nos eriza el saber que podríamos ganar una carrera después de «viejos» o al menos terminarla vivos…»
Eso, solo los que disfrutamos de rodar, sin hablar aún de los que viven por nosotros y para nosotros, esas tiendas, talleres, mecánicos, etc, que encontraban su sustento gracias a nuestra pasión. En una breve encuesta realizada a varias tiendas de la ciudad y a negocios alternos como restaurantes que dependen mucho de la visita de ciclistas, confirmamos pérdidas por mas de 200 millones de pesos en este mes, sumando no más de 6 establecimientos.
Muchos volverán como antes, otros se reinventarán y otros pocos ya no estarán; es más, en algunos ciclistas puede que la pasión se esté perdiendo, que esa sensación placentera al pedalear y ese gusto por sufrir sobre la bici ya no les haga falta, pero a otros tantos si, a la mayoría aún nos pican las piernas, nos llama la montaña, nos eriza el saber que podríamos ganar una carrera después de «viejos» o al menos terminarla vivos, para todos ustedes, los que estamos así, fe y esperanza, que ya falta poco y aunque no rodemos como antes, Pereira tiene que seguir siendo la capital de la bici en el triángulo del café.
Gracias por la invitación. Slds