Miguel Antonio Cifuentes: atletismo con lesiones, pandemia, veterinaria y flores.

Foto/Cortesía del deportista
Cuando se habla de atletismo en el Eje Cafetero, los tres departamentos siempre están figurando con sus velocistas, lanzadores, saltadores y marchistas, quienes vienen ganando terreno entre los mejores del país.
Todo esto gracias al compromiso que los propios atletas han tenido con sus obligaciones y entrenamientos para mejorar sus marcas y posicionar sus metas. Además del buen ritmo y planeamiento de trabajo que están manejando las ligas de este deporte.
Claro, detrás de cada actuación en las pistas hay una historia que contar, porque además de las prácticas, competencias y triunfos, hay un sin número de situaciones y anécdotas que nunca serían expuestas si no hubiera quien las contara.
Es el caso de tres atletas del Quindío que han sido protagonistas en los últimos años por sus logros en las pistas del país y el continente. Ellos tienen una historia de vida y esfuerzo, mezcladas con otros ingredientes como el sacrificio y las decisiones que han tomado para lograr sus objetivos y cumplir con sus metas.
Entre estos deportistas se encuentra Miguel Antonio Cifuentes a quien el atletismo le ha dado frutos dulces y también amargos. Pero gracias a su persistencia y aguante, a sus 30 años, es el actual Campeón Nacional de los 800 metros planos con 1 minuto 53 segundos y 14 centésimas, marca que le bastó para superar a los favoritos en su categoría.
La historia Miguel Antonio Cifuentes en el atletismo
En el año 2011, su familia salió de Arauca Caldas hacia la ciudad de Armenia, y como él se encontraba en Honda Tolima con una hermana, se mudaron a la capital quindiana con sus padres, dejando las clases de natación que practicaba en el pueblo y que intentó iniciar cuando llegó a la ciudad, pero el nivel era más exigente y terminó dejando el agua.
Por esas cosas de jóvenes y consejos, un compañero le insinuó que entrenara atletismo, y Miguel le hizo caso, así que llegó donde Jorge Beltrán, un conocedor de talentos y promotor de campeones para mostrar sus habilidades, algo que fue bien tomado por el experimentado preparador.
Pero las cosas parecían no ir bien, porque ese mismo año sufrió un desgarre que lo marginó dos meses del atletismo.
El joven talento viajó a Itagüí donde reinició con otro entrenador por dos meses y de nuevo regresó a Armenia y posteriormente a Bogotá donde estudiaba, entrenaba y competía, mientras vivía donde una hermana, quien le mencionó que como no le iba bien en el atletismo mejor hiciera algo productivo. Pero cuando un deportista tiene alma de campeón, las críticas y los desánimos se convierten en motivación, exigencia y ganas de mejorar.
Así que se empeñó en mejorar su técnica en la liga de atletismo de Bogotá, esfuerzo que lo llevó a ser Campeón Nacional, Subcampeón Panamericano en Medellín, bronce en un Suramericano en Argentina y Subcampeón Nacional en mayores, títulos que le valieron una beca en Puerto Rico donde se graduó como veterinario, pero su nivel deportivo bajó considerablemente.
Y como todo en la vida, unas son de cal y otras de arena, Miguel tuvo una lesión de rodilla que lo dejó dos años por fuera de la pista. Además, llegó la pandemia y tuvo que trabajar en una cultivo de flores, hasta que volvió a su deporte del alma.
Luego de su regreso a la pista, el joven estaba decidido a ser campeón de nuevo, y aunque no tenía apoyo, estaba lleno de energía, ganas y coraje, como si su cuerpo quisiera vengarse del tiempo que lo retuvo sin correr, cruzar la meta y levantar los brazos.
Claro, su progreso no fue automático y en el 2023 tuvo que conformarse con una medalla de bronce en los Juegos Nacionales del Eje Cafetero, algo que para Miguel era el comienzo de una racha de triunfos. Y así fue, porque un año después quedó Campeón de Mayores, con un tiempo de 1 minuto 49 segundos, y este año ratificó su supremacía, quedando nuevamente campeón en los 800 metros con una marca de 1:53:14.
Queda para este araucano el reto de seguir pisando el primer escalón del podio, y cumplir su sueño de estar en unos Juegos Bolivarianos y posteriormente estar en unos Olímpicos.
Mis metas a corto plazo, son revalidar el título de campeón nacional en el nacional mayores que será en Armenia, en agosto y mejorar mi marca personal. Luego subir de prueba a los 1.500 metros y estar entre los mejores del país y si es posible, de Suramérica. Dice el deportista.
«Unidos somos más. Más deporte, más región»



