Angie Palacios, se le escapó a la violencia para ir a los Juegos Mundiales de Atletismo
Sufrió desplazamiento urbano en Pereira y ahora el deporte le ha servido para salir adelante, corre a una velocidad tan alta que sus amigos en el barrio la apodaron ‘La Gacela del Plumón’.
Las historias de decenas de deportistas en Colombia están atravesadas por momentos difíciles, donde las problemáticas sociales amagan con destruir sueños, sin embargo a Angie Melissa Palacios Nagles el destino le preparó una vida mejor, ser referente en el Atletismo de Risaralda.
No olvida los momentos cuando fue desplazada de Puerto Caldas, en eso que llaman desplazamiento urbano, donde pandillas al orden de las bandas delincuenciales, deciden intimidar a las poblaciones para alejarlas de sus territorios. Ese fue el caso de la atleta de 18 años, quien cumplirá 19 justamente en competencia, en un Campeonato del Mundo Sub 20.
Lleva cuatro años en el Atletismo, deporte que empezó por mera curiosidad, por saber cómo se corría, por conocer además sus capacidades como mujer. «Me acuerdo que en el Colegio Aquilino Bedoya nos hicieron un test, mi hermana era la más interesada en eso, yo no tanto, estaba muy desmotivada en ese momento, me preguntaba por qué me pasa eso a mí; pero mi hermana me decía métase, y lo hice, después me quedó gustando, era algo diferente. Ya luego con la ayuda de la profesora Vicky y también de Andrea Salazar me fui adaptando», relató.
La motivación de Palacios es poder salir adelante, aunque vive en un barrio donde la mayoría de la población tienen necesidades básicas insatisfechas, encuentra en el Atletismo ese aporte necesario. «Es un deporte muy difícil, no lo voy a negar, en competencia y afuera porque veía a mis compañeros con tenis para entrenar y yo no tenía, me sentía rara, a mí todo me lo han regalado, entonces cómo no salir adelante así, con tanto apoyo», apunta.
De La Loma de la Virgen en Puerto Caldas, al Plumón, una carrera que no compitió y en la que más se demoró porque las condiciones en las que vivía eran mejores. Pero desde otro ángulo, con otras necesidades, se dispuso a conquistar triunfos en el deporte base. «Creo que fue en La Virginia en el 2014, cuando gané mi primera medalla, esa fue otra gran motivación para mí, me veía ganando algo y eso me ayudó mucho», agregó.
Sus prolongadas piernas, su corazón humilde y el sentido que le ofreció a la disciplina, le fueron dando indicadores a los entrenadores que la acompañaron, una deportista con capacidades, muchas si se quiere. Angie logró medalla de bronce en los 400 Metros Planos en un Suramericano «no recuerdo bien si fue en el 2016», apunta entre risas aludiendo a su mala memoria. Luego llegó a una quinta posición en un Panamericano, y ese fue un aviso no tan prematuro de lo que pueden alcanzar sus pies.
La clasificación a los Juegos Mundiales la consiguió en Bogotá, y es que la capital de la república tiene algo especial para la deportista, «cuando he competido en otros lugares como Cartagena, la verdad no me va tan bien, no sé si es por el clima, pero cuando compito en Bogotá, allá me va mejor», añadió.
Fue precisamente en los primeros días de junio que alcanzó la marca para clasificar a Finlandia, es allá en la capital, donde se parecen consumar sus sueños, lejos de Puerto Caldas, lejos del Plumón, lejos de Risaralda. «Logré hacer 54:57 y cuando sonó el himno de Risaralda me llené de alegría, saltaba, lloraba porque significó mucho para mí», dijo. Palacios además entendió por mención de sus entrenadores, que tal gesto no podía subirle el ego ante sus compañeros, «me dijeron que fuera humilde, que le enseñara a los que están más nuevos», apuntó.
Y es que si hay algo que deja ver ‘La Gacela del Plumón’ es su capacidad para agradecer a quienes se han cruzado en el camino para ayudarla, orientarla. «No puedo defraudar a mi entrenadora, a Andrea Salazar, eso pienso antes de competir, hay que hacerlo», son las palabras que se desprenden de su mente, bajan hasta su corazón, y luego llegan a sus pies. Ella es Angie Melissa Palacios, una joven agradecida con la vida, con temores, como muchos a su edad, con visiones de la vida, pero como cualquier deportista, con sueños.
Lo último que hizo para poder prepararse mejor, fue viajara hasta Medellín hace tres meses, desde territorio montañero, ve de cerca la competencia internacional, la que seguramente la cambiará más la perspectiva del Atletismo. Empezó corriendo por escape, ahora lo hace por pasión.
«Gracias por creer en mí, por siempre estar ahí cuando se me dañaban los tenis, porque me vieron con unos tenis dañados y me ayudaron, eso es lo primero que agradezco. A Andrea, a Vicky a todas las personas, a todas las que estuvieron ahí, muchas gracias por creer», en ese corto mensaje nombra también a «Anderson Hincapié, esa persona me ha ayudado mucho en la carrera, él sigue pendiente de mí, muy pendiente, él me inspira porque hace mucho por mí», concluyó.
Angie Palacios viajará el próximo 6 de julio a Tampere, sur de Finlandia, donde hará sus últimos días de entrenamiento antes de competir el 10 de julio, fecha donde seguramente estará muy nerviosa, por estar en un Mundial Juvenil, pero también porque cumple años, 19.
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