Panorama cauteloso
Comenzó Deportivo Pereira sus actividades preliminares de la pretemporada en medio de un panorama cauteloso. La toma de pruebas PCR, los exámenes médicos y las valoraciones físicas hacen parte de la primera semana de trabajo de cara a la dura tarea que se avecina… mantener la categoría.
Y aunque aún se escucha un eco resonante del ruido que causó el remate de la campaña anterior (y no es para menos), en la que el equipo matecaña se salvó del descenso, vale la pena recordar que sigue siendo precisamente ese, salvar el descenso, el objetivo para el semestre que se avecina.
Una vez más, será en la cancha donde la institución matecaña tendrá que defender los vacíos estructurales de una institución que no tiene un solo peso, que cuenta con pocos patrocinadores y que fruto de los malos manejos administrativos está enfrascado en un proceso de liquidación desde hace casi ocho años.
Mientras se da la tan cacareada subasta y se comienza de cero en lo administrativo, en lo deportivo el margen de error es casi inexistente: ante el más mínimo parpadeo, el equipo podría regresar a la B. Por eso, mientras el futuro institucional del Pereira se define en un juzgado en un margen de tiempo que parece finito; el futuro deportivo exige resultados inmediatos.
Esa responsabilidad de resultados inmediatos recae toda en el técnico Alexis Márquez, quien deberá consolidar su idea de juego con la misma base de jugadores que recogió en la primera parte del año y con la que logró capotear por ahora el temido descenso.
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Es importante hablarle claro al hincha del Pereira y aclararle que serán muy pocas las incorporaciones para la Liga II, es decir, prácticamente el equipo será el mismo, salvo dos o tres nombres nuevos. El que más ha sonado en las últimas semanas es el del defensor central Carlos Ramírez, un jugador querido por la afición y que públicamente ha reconocido su deseo de estar en el Pereira, incluso, bajándose de sus pretensiones económicas.
No obstante, la loable disposición del futbolista no ha sido suficiente para cerrar su vínculo, ya que Deportivo Pereira tiene poca capacidad de negociación pues no cuenta con flujo de caja y no tiene un buen nivel de endeudamiento.
Por eso, de la misma manera como reconozco la dificultad que afrontan por estos días quienes deben tomar las decisiones de contratación en Deportivo Pereira, también señalo sin reparo que el dolor de cabeza que hoy representa consolidar una nómina es consecuencia de los errores cometidos, por esas mismas personas, el semestre pasado cuando se le hizo contrato a 16 nuevos jugadores, de los cuales, a duras penas, cuatro o cinco respondieron con buen nivel en la cancha. Esto representa tener solamente dos cupos habilitados para traer deportistas, salvo uno o dos más que se abran con elementos que no continúen en el equipo.
Así pues, supongo que el panorama cauteloso que percibo desde afuera, se debe más que a la prudencia de los dirigentes, a las pocas alternativas que tiene la institución para maniobrar en las posibles negociaciones.
La realidad hoy nos indica que el segundo semestre competitivo será afrontado con el mismo equipo que salvó la categoría hace apenas mes y medio. Ya cada quien evaluará si lo que hay es suficiente o insuficiente, o si con lo que hay alcanza o no para lograr los objetivos.