Juan Pablo Gutiérrez, un aventurero de los deportes
Desde el 28 de octubre se empezará a correr la Vuelta de la Juventud en el departamento del Meta, en esta hará presencia el Team Supergiros Alcaldía de Manizales Gobernación de Caldas con la categoría Sub-23, para la que compite el manizaleño Juan Pablo Gutiérrez.
El caldense de 21 años se crió en un barrio cerca al Polideportivo Villamaría, es el único hijo de Biviana Patricia Quiceno y Mauricio Gutiérrez, por lo que es el consentido de la casa. Sus padres lo han apoyado en todas sus decisiones cuando se ha cambiado de una disciplina a otra, pero el deporte no puede estar ausente en su familia.
“De pequeño me gustaba jugar mucho fútbol en el barrio y en el colegio, fue una pasión que me inculcó mi papá, me aburrí, pasé por la natación con buenos resultados, hice atletismo pero me lesioné y ahora estoy en el ciclismo, un deporte que me encanta, además en el que espero alcanzar grandes hazañas”, expresó el pedalista Juan Pablo Gutiérrez.
Fútbol y Natación
Su incursión en el mundo deportivo empezó entre los 7 y 8 años de edad cuando ingresó a la escuela de fútbol de la Industria Licorera de Caldas, Ahí se desempeñó como defensa central, aunque él sabía que era una disciplina que no llenaba sus expectativas. Por eso a los 11 años intentó con la natación subacuática en el municipio en el que residía.
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Practicaba las pruebas de fondo de los 800 y 400 metros en bialetas y monoaleta. Fue campeón nacional en cinco oportunidades, una en Medellín, las otras dos en el sector de La Rochela en el municipio de Palestina. Juan Pablo recuerda que para esas competencias se preparaba muy duro, pues llegaba del colegio al mediodía, almorzaba y se iba para la piscina a entrenar cerca de tres o cuatro horas diarias.
“Para el primer nacional yo llevaba pocos meses entrenando, pero era un reto para mí ser campeón. La primera prueba fueron los 400 metros y el rival más fuerte era un niño de 12 años que medía 185 cm, yo ahí medía como 140 cm. Mi papá se paró detrás del partidor en medio de un aguacero y me dijo que creyera en mí, que él tenía lo mismo que yo, entonces me metí eso en la cabeza para competir”, explicó.
Por la altura el contrincante era muy potente en la salida, sin embargo el caldense competía a su ritmo. Iban 250 metros recorridos cuando logró alcanzar a su rival para pasarlo. Al finalizar la prueba Juan Pablo tocó el borde de la piscina y salió, vio que no había nadie por lo que creyó que era el último en llegar, su papá le hacía señas pero él no entendía, hasta que vio que empezaron a llegar y la alegría del manizaleño salió a relucir.
A los dos días compitió en los 800 m y también consiguió el título nacional. Fue tres veces más campeón, hasta que llegó el momento en decirle a su familia que ya no estaba a gusto con lo que estaba haciendo, porque ya no le provocaba sacar el tiempo para ir a entrenar un deporte que al principio lo llenaba en todo sentido.
Atletismo
“Hubo un momento que me aburrí sin motivo, yo llegaba del colegio y mi mamá me decía que fuera a entrenar, entonces yo le decía que no quería nadar más, que esa piscina era muy fría. Ella me dijo que si me salía de la natación tenía que hacer otro deporte, que no me podía quedar sin hacer ninguna disciplina. Entonces empecé con el atletismo”, contó.
Empezó a entrenar con Guillermo Osorio, un entrenador que él recuerda no solo porque lo aconsejó en el deporte, sino en la vida. En esta disciplina también hacía las pruebas de fondo, más que todo las callejeras de 4 o 5 km. Entró a los 14 años y solo estuvo un año porque tuvo un problema de tobillo, que causó también aburrimiento en el atletismo.
Estuvo en una carrera de la Feria de Manizales en el 2014 en la que fue tercero, también estuvo compitiendo en Armenia y fue séptimo. En el pie se le desacomodó el astrágalo, un hueso pequeño en el tobillo, que lo obligó a estar en muletas un buen tiempo. No necesitó cirugía, pero después de recuperarse entrenó dos meses más y se salió.
“Cuando me retiré del atletismo me quedé un año y medio sin hacer deporte, estuve interesado en sacar el estudio. Primero pasé por el Gerardo Arias y terminé en un colegio virtual de Cali, llamado Virtual Andinos. En las tardes acompañaba a mi papá a trabajar porque él era asesor de ferreterías del almacén París y todos los jueves íbamos a Chinchiná. Hasta que llegó el momento de la bicicleta”, añadió Juan Pablo Gutiérrez.
Ciclismo
Al principio el miedo y sufrimiento eran las emociones con las que el caldense asociaba el ciclismo, puesto que decía que era un deporte para vivir en el suelo y lastimado. Un compañero del trabajo de su papá, que era hermano del entrenador de ciclismo de Manizales, Jhon Jairo Narváez, fue quien insistió para que empezara el deporte de las bielas.
En 2016 aceptó el consejo y recibió como regalo de sus padres una bicicleta de ruta zapote fosforescente, de marca Megamo. Para él fue un poco extraño subirse en ella, porque estaba acostumbrado a las todoterreno y esta le parecía muy sofisticada. Llamó al entrenador para avisarle que ya estaba listo para empezar, entonces lo citaron al otro día a las 7 a.m. en la Estación Uribe, a la salida de Manizales.
“Salí a las 6:30 de la casa y pasé por el sitio de encuentro a las 7:10, además ya estaba bien cansado y yo me decía pero qué es esto tan duro. No había nadie cuando llegué, pasaron dos ciclistas que me silbaron, entonces los seguí. Los compañeros ese día tenían un chequeo que pasaba por La Manuela, hasta el túnel de Irra y volviendo hasta la plaza de toros de Manizales. A mí me dijeron que fuera hasta la bomba Brío más allá de La Manuela y yo decía por dentro que yo no era mocho, que eso era allí cerquita”, recordó jocosamente.
Decidió ir hasta Tres Puertas porque quería demostrar que él podía lograrlo. En el regreso a Manizales le tocó rodar a 10 km/h porque las piernas no le respondían del dolor y cansancio que llevaba. Le tocó parar cuatro veces a descansar en los pastales de la vía, para tomar impulso y poder llegar a la capital caldense. Se demoró tanto que lo alcanzaron los ciclistas que hicieron el recorrido hasta Irra.
Su papá lo recogió en La Uribe porque no aguantaba más, cuando llegó a la casa se sentía igual orgulloso por lo que había hecho y llamó al técnico para contarle cómo le había ido. Este lo regañó porque si había salido en bicicleta de la casa, tenía que volver en ella. Juan Pablo pensó que por haber hecho ese recorrido tan duro, le iba a dar descanso, sin embargo lo citó para que al siguiente día subiera al Alto de Letras.
“Yo me sentía muy molido y no podía creer que me hubiera mandado para Letras. Salí para allá, me encontré un señor que era vigilante donde yo vivía, pero que montaba todos los días. Le pregunté que para dónde iba, justamente haría ese recorrido, entonces yo me dije que me le iba a pegar, que imposible pues que me soltara. Pues me quedé por la Licorera sin empezar a subir porque llevaba un paso muy rápido”, agregó.
Pudo subir hasta el sector que se conoce como ‘El Ocho’, también parando cuatro veces. Muchas personas se hubieran rendido, pero Juan Pablo le cogió más gusto a la bicicleta con ese cansancio físico y mental que llevaba con esas rodadas. La primera competencia fue en el circuito ciclístico de la Feria de Manizales 2017,que no pudo terminar por descalificación.
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Ha estado compitiendo en clásicas en el país, Vuelta de la Juventud, del Porvenir, al Valle, Tolima, Cundinamarca, Fusagasugá y Clásico RCN. Precisamente esta última lo marcó de una manera poco grata, porque en el 2019 en la etapa Ibagué-Buga fue descalificado por llegar por fuera del límite de tiempo, llegó 50 minutos después. Eso lo hizo pensar si servía o no para este deporte.
“Esa situación me hizo trabajar más la parte mental, me gusta ver videos de Alberto Contador en carreras del 2010, 2008, porque es el corredor que más admiro, sobre todo por su fortaleza a la hora de competir. Soy un ciclista aguerrido pero tranquilo, creo que me desenvuelvo bien en todos los terrenos en los que voy” finalizó.
Desde este año compite con el Supergiros de Manizales, corrió la Vuelta al Tolima y está preparado para empezar la Vuelta de la Juventud, en la que espera conseguir su primera victoria en esta disciplina. Sueña con correr en Europa, ganar en las tres grandes del ciclismo y sacar una carrera universitaria enfocada en Sistemas.
Que interesante artículo, un joven con muy buena actitud, que seguramente llegará a donde desea. Muchos éxitos Juan Pablo, y muy buen texto.
Saludos desde Medellín,
G. Fernández