En el 2020 la región tendrá una relación más estrecha con los Olímpicos
El significado de llegar a las justas se convierte en un momento indescriptible para los deportistas, es la cima y mejor si al llegar se consigue un lugar en el podio.
Los Juegos Olímpicos modernos, fundados por el francés Pierre de Coubertin en 1896, apenas dos años después de haber creado el Comité Olímpico Internacional; se han convertido a lo largo de 123 años, en la esperanza para millones de personas en el mundo.
Un siglo y dos décadas que han permitido que el deporte en sus múltiples manifestaciones sea entendido como una práctica transversal a la vida de los seres humanos. El deporte aborda el desarrollo de las personas de manera individual y colectiva; motiva a la generación de costumbres culturales; empodera a las mujeres y propicia escenarios idóneos para los niños, niñas y adolescentes.
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Niveles de adaptación social
Los niños y niñas desde que inician la relación con la actividad física, deben estar orientados por familiares que reconozcan en esta una manera de desarrollar habilidades y de reconocer talentos. Ahí es donde realmente empieza la vida del deportista y su adaptación al mundo de la actividad física.
Luego a lo largo de los procesos que atraviesan en la infancia, la niñez, la adolescencia, la juventud, la adultez y la ancianidad, todos los factores sociales influyen en él. Desde la realidad económica de su país, hasta la comprensión y reconocimiento de las virtudes del deporte desde un campo político – administrativo en la localidad.
Todo esto es necesario tenerlo claro entre quienes hacen el acompañamiento del niño, y viven su transición de lo recreacional a lo deportivo. Que es justamente donde se inicia el recorrido para llegar a unos Juegos Olímpicos o a la cúspide.
Los deportistas que nacen en países denominados del primer mundo, tiene más y mejores oportunidades para lograr una carrera hacia el alto rendimiento. Estados Unidos invierte cerca de 1000 millones de dólares (Forbes 2016) para este rubro, lo que se ve representado en su potencialidad en las justas.
Sin embargo esto no es un indicador que impida a otros países, como es el caso de Brasil, poder sobresalir como referente de los Juegos Olímpicos en América. Estados Unidos y Brasil son potencia, con ambientes políticos diferentes y situaciones económicas distantes.
Todas estas lecturas llevan a los deportistas, familiares, entrenadores, organismos deportivos, federaciones u asociaciones; a hacer interpretaciones para entender la adaptación social en contextos donde el deporte es leído de manera diferente. Colombia no podrá aspirar en por lo menos 50 años a estar entre los primeros países en el medallero general.
El Eje Cafetero será Olímpico en el 2020
En el caso de la región, será primordial darle cabida a estas lecturas. Abrir escenarios de análisis donde se permita a los atletas comprender al ambiente en el que se encuentran y cómo su ecosistema está trabajando de manera articulada para cumplir sueños.
Lo que existe, lo que hay, sobre lo que se trabaja y lo que no se trabaja, llevará a comprender la presencia o la ausencia de atletas de alto perfil en los eventos del Ciclo Olímpico, incluso su competencias en los Juegos Olímpicos.
La relación que Caldas, Quindío y Risaralda tendrán en el 2020 con los eventos Preolímpicos, deberá servir como plataforma de discusión para saber cuántos de los deportistas que estarán en estas competiciones. Tanto en Voleibol como en Fútbol, son nacidos en esta tierra. Y cómo al interior se están respondiendo a los deseos de estos de alcanzar la gloria olímpica.