El rumbo del Béisbol en Risaralda, ¿Cómo llegará a los Nacionales 2023?
Partiendo desde un trabajo social comunitario, este deporte ha despertado interés entre los niños, niñas y adolescentes de la región.
El Béisbol en Risaralda resurgió hace ocho años para ir escalando peldaños, ahora ya es proyección a Juegos Deportivos Nacionales 2023, cuando Pereira acoja como sede de las justas a la pelota caliente.
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Para esto, desde el organismo deportivo se viene realizando un trabajo que según cuentan, registra en instituciones educativas y sectores vulnerables de Pereira; además de la llegar a diferentes municipios, incluso se labora sobre la incursión del bate en Manizales.
En el Parque El Oso, barrio El Dorado, colegio Ormaza, de la capital risaraldense, los jóvenes ya saben quién es Edgar Rentería, y empiezan a entender el presente del Béisbol colombiano en las grandes ligas con Harold Ramírez, Tayron Guerrero y Adrián Sánchez.
Que por ser un deporte adjudicado a la zona costera del país, también tiene la posibilidad de impactar en el interior del país con Valle, Antioquia y ahora sumándose un hermano menor, Risaralda.
Sin escenario idóneo para practicar, los neófitos gustan de la bola y antes de hacer trabajos de calentamiento, ya quieren tomar el bate para lanzar la blanca a los cielos; sí, porque no hay malla que detenga el golpe en los arenales de la ciudad.
Béisbol ha nacido sin escenarios, y esa ha sido la lucha que han dado desde esta liga; ya que sus procesos requieren de mejores condiciones para acoger a todo aquel que sienta cariño y deseo de permanecer. Sin un montículo para el lanzador, ni zonas específicas para el bateo, en las canchas de fútbol se práctica más que un deporte, una ilusión.
Ante el reclamo de dónde están las selecciones departamentales, desde el organismo dan cuenta de las participaciones en el Valle del Cauca, lugar a donde han llegado estas, con el objetivo, como lo resalta el mismo Darío Correa, de ser el sparring del vecino departamento. Porque así hay que empezar, desde abajo para ir masificando, aprendiendo del Valle e incorporando sus modelos.
Pereira, ratificada como sede de Béisbol de los XXII Juegos Nacionales, va bien en esa carrera; por lo menos eso informan, porque el trabajo no cesa y se justifica porque desde adentro los invade el anhelo de ver remodelado El Diamante al que hoy lo acuden los goles.
Lo otro lo demuestran los peloteros en las canchas, que oscilan entre los 5 y los 40 años, albergados especialmente al sur oriente de la ciudad, donde es muy común verlos disfrutar de la carrera, la base y el bate; con entrenadores apasionados preparan salidas regionales, porque eso sí tiene el Béisbol, que no se ha quedado en casa, ha salido para aprender de otros.
Así, sin muchos pergaminos pero con dignidad, se ha mantenido un deporte que se creía foráneo, pero ahora traza su rumbo hacia el Eje Cafetero 2023. ¿Cómo llegará a los juegos? será la pregunta a responder durante los siguientes cuatro años.