Simón Ibarra, el juez risaraldense que busca su espacio en la Liga Águila
Poco a poco su vida que gira en torno al arbitraje se ha ido consolidando y ahora busca dar el gran paso a la máxima categoría del fútbol profesional colombiano.
Con apenas 22 años, Simón Steven Ibarra Álvarez ha vivido grandes momentos desde que tomó la decisión de ser árbitro de fútbol. Sus inicios allí se dieron gracias a una profesora de educación física, que le recomendó ir a un curso porque le veía porte para asumir ese reto, a lo que Simón sin ningún problema y como buen estudiante de 12 años, no puso oposición, ya que eso le permitía ‘capar’ clase.
A partir de allí, todo cambió ya que el arbitraje comenzó a tomar mayor fuerza en la vida de Simón quien dio sus primeros pasos en los Inter Clases de su colegio, el Instituto Kennedy.
Durante este primer curso, conoció gente que incluso hoy todavía son amigos suyos, como Sebastián Gutiérrez o Milton Orjuela, quienes al igual que Ibarra un tiempo después conocieron la Corporación de Árbitros de Risaralda (CAR), donde no dudaron en inscribirse a mitad del 2014.
Un mes después de ingresar a la CAR, le llegó su primera gran prueba, ya que fue invitado a las pruebas nacionales de la categoría C y allí, empezó a salir para dirigir en Torneos sub 17 y sub 20, aunque solo lo hacía como asistente o cuarto juez.
Su oportunidad para ser juez central le llegó a mitad del 2015, cuando lo designaron para un Zonal Infantil en la Tebaida, Quindío, donde dirigió seis juegos, además de ser nuevamente llamado para los Zonales Prejuvenil y Juvenil o el Torneo Sub 21 donde incluso tuvo la misión de pitar la final en Bucaramanga.
En 2017 también tuvo la oportunidad de ser el juez central del Torneo Interclubes Sub 15 en Guarne.
Sus cosas parecían seguir de la mejor manera y en el inicio del 2018, otra gran noticia llegó a su vida “recibí la mejor noticia que un árbitro de la categoría C podía tener, ser invitado a las pruebas de la segunda división del fútbol profesional colombiano (B)”, agregó en charla con Semilleros Deportivos.
Una noticia que indudablemente le cambió su vida y que mostraba el talento que este joven risaraldense reflejaba cuando se ponía su uniforme.
Como todo jugador profesional, el debut no se olvida y por eso Simón agregó que: “mi debut como árbitro se dio el 23 de octubre en Bogotá, durante el juego entre Bogotá FC y Cúcuta”, puntualizó al mismo tiempo que recordó ese momento “ese partido me dejó marcado y quizás es el que más recuerdo hasta el momento, porque fue además de ser mi debut en la B, también estuvo presente mi familia, incluso mi mamá y mi abuela lloraron y me dieron su bendición antes de salir al juego y cuando sonó el himno de Colombia, todo fue emoción lloré de alegría”.
Luego de eso, han sido siete ya los partidos que Simón ha podido dirigir en el Torneo Águila, aunque tiene claro que “lo más duro de ser árbitro, es que te toca en muchos momentos dejar a tu familia a un lado, ya sea en un cumpleaños, en una reunión importante, o alguien enfermo, etc., pero al uno amar esto, toca salir y dirigir ese partido lo mejor que se pueda”, indicó.
No se pone plazos para cumplir sus sueños, pero dentro de ellos el más importante es poder subir a la máxima categoría del fútbol colombiano y con su trabajo, dedicación y paciencia poco a poco ese anhelo se podrá hacer realidad.