Fútbol Infantil: Caldas, Quindío y Risaralda ¿cuáles fueron las lecciones aprendidas?
No todo está perdido siempre, y no siempre se ha ganado todo.
Finalizaron las competencias zonales para los representativos departamentales de fútbol infantil, y si por resultados se evaluaran los procesos en el Eje Cafetero, Risaralda podría salvarse al ser el único clasificado a la siguen fase; pero no se trata de hacerlo así, por el contrario, más que una evaluación, especialmente los directivos de las respectivas ligas de fútbol, los cuerpos técnicos y también los niños jugadores, deben reflexionar sobre los aprendizajes.
A diferencia del año anterior, cuando los tres seleccionados del Eje Cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda) lograron ubicarse en la siguiente ronda, este 2019 en materia de fútbol infantil deja más aspectos por revisar, en especial previendo las lecciones aprendidas que les ayude, sobre todo a los niños, a nutrirse de una experiencia que siempre les dejará buenos aprendizajes.
Semilleros Deportivos, invita incluso a padres, madres, familiares y cuidadores en general, a que acompañen estos procesos, no solo con su presencia física, sino también con un diálogo amoroso por lo que implica ganar o perder en la competencia. No todo está perdido siempre, y no siempre se ha ganado todo. ¿Qué es lo que no se ha perdido y qué es lo qué no se ha ganado?, son preguntas claves que hoy deben estarse planteado los directores técnicos, pero también los familiares y hasta los mimos jugadores.
En resumen, Caldas cayó primero y quedó fuera, luego lo hizo Quindío y también quedó fuera, y finalmente Risaralda ratificó una muy buena campaña y logró su paso a la siguiente fase. Los tres seleccionados del Eje Cafetero vivieron contextos determinantes y diferentes en sus procesos.
Caldas lo hizo de visita en Villavicencio, un escenario donde las prácticas alimentarias son diferentes, donde los niños pudieron reconocer otro territorio de nuestra nación, y por supuesto sentir el cambio de un medio ambiente, más hostil en términos del clima comparado con el que seguramente viven en Manizales u otros municipios de Caldas. Sin embargo, pese a no clasificar, tuvo victoria, goles para celebrar, y un proceso que le dio continuidad a la experiencia del profesor Julio César Ocampo, quien ya ha recorrido con exito esta categoría.
Por su parte, Quindío debió enfrentarse a factores extra deportivos, que sin duda afectaron el planteamientos táctico y estratégico en el terreno de juego, un campo de fútbol que se ubicó a la altura de Bogotá y donde un nuevo proceso con niños que por primera vez asumían la competencia, tuvo por supuesto lecciones para aprender. Reiteró el Director Técnico la necesidad de comprender que este es un proceso nuevo para el Quindío y que la apuesta está fijada a tres años, de los cuales apenas ha recorrido algunos meses. Importante para esta delegación, el acompañamiento de la psicóloga Lucero Cubillos, quien ahora tendrá una responsable tarea de ayudarles a los jugadores a comprender su actuación en términos más positivos, para fortalecerlos en su mentalidad, en la actitud proactiva de su juego y en el liderazgo del trabajo en equipo, para seguir construyendo el proyecto que lidera el profesor Jorge Iván Mejía.
Finalmente, Risaralda goza de más tranquilidad en materia de resultados, y los aprendizajes deberán estar más encaminados a descubrir y reconocer los errores que, tal vez, por el ruido de la victoria, se ocultan, se esconden, casi siempre sin la intensión de hacerlo, pero que también es necesario identificar para trabajar, corregir, fortalecer y potenciar. Por obvias razones, lo resultados, los goles, las estadísticas, y una clasificación histórica, respalda el trabajo del profesor Diego Pava. Pero en materia deportiva y sobre todo en procesos formativos, no existe la perfección, y siendo ahora la única escuadra representativa del Eje Cafetero, tendrá la responsabilidad de llevar a buen término los aprendizajes, antes que los resultados.
Extendemos, en nombre de la ciudadanía en general, el agradecimiento a los jugadores que encuentran en el fútbol un escenario de motivación y desarrollo de sus capacidades deportivas, sociales y emocionales, por supuesto a las ligas respectivas del futbol regional que siguen cumpliendo su labor de promover las prácticas deportivas, y a los cuerpos técnicos que asumen es reto de llevar las nuevas camadas de jugadores, por los caminos de la formación deportiva, el aprendizaje competitivo y el sentido de pertenencia por su región.
Siempre, más allá del resultado, estará la oportunidad de aprender. Porque la responsabilidad de ganar, es un acuerdo social entre amigos, que muy bien deberán canalizar los cuerpos técnicos delegados para tal fin.
Jorge Ivan Mejia muy buen DT debe fortalecerse ese proceso en el Quindio.