Por una cultura de la producción y el consumo de información deportiva
Por una cultura de la producción y el consumo de información deportiva
Periodismo deportivo de calidad para buenos lectores, es la consigna que debería priorizarse a la hora de escoger contenidos informativos relacionados con el deporte.
Dicen los cánones del consumo informativo actual, que el mensaje visual o el texto corto, son los indicados para atraer más público y seguidores a los medios digitales que se encuentran en los bolsillos de los lectores. Y es cierto que los ritmos de vida no solo se ven estrechos en tiempo, sino que también han ampliado la oferta informativa y han diversificado su consumo. Aquella idea de que la información llega a los consumidores, es más cierta cada día.
Sin embargo, también se reconoce que la calidad de la información, su veracidad y confiabilidad entran en riesgo al caer en la inmediatez, el amarillismo o la informalidad. Y el mundo del deporte, no es ajeno a esta realidad, máxime cuando este campo advierte pasiones, emociones y hasta fanatismos.
El periodismo deportivo, asume en la actualidad un reto ético, que trasciende el plano meramente descriptivo e informativo; se requiere un periodismo deportivo de investigación, capaz de escudriñar en la realidad de los actores del deporte los aspectos más relevantes que les hacen merecedores de la distinción, la difusión, visibilización o el seguimiento a sus desempeños deportivos, incluso administrativos y logísticos.
La región del Eje Cafetero que conserva en su historia el nacimiento del periodismo deportivo por los lados de Caldas, y reconoce un sin número de periodistas destacados en el país, debe transcender en su labor, rescatando la libertad de opinión, el análisis argumentado, la creatividad narrativa, y la postura crítica como elementos que le apuntan a la calidad en la producción informativa.
No puede existir consumo de calidad, si no se produce información deportiva de calidad; y no podrá existir una cultura informativa del deporte, si quienes producen la información, no intentan ir más allá de los hechos descriptivos. Se requiere seguimiento, datos (no solo estadísticos), conocimiento de los procesos de formación, competición y demás… es decir, el periodista deportivo de hoy, necesita desarrollar capacidades de observación, volver al trabajo de campo, escuchar los actores, interpretar sus voces, contrastar fuentes, y hacer de su oficio una labor tan digna y profesional como en otras disciplinas.
El mundo deportivo local, necesita del consumo informativo de calidad, para proyectar con más fuerza y sostener el deporte y nuestros deportistas (incluidos sus entrenadores, cuerpos médicos, metodólogos, administrativos y hasta patrocinadores).
Cumplir con un periodismo deportivo de calidad, implicará no ver solamente títulos, campeonatos, triunfos etc… si no también conocer los procesos, destacar los caminos y las historias, descubrir los sueños, y enaltecer los fracasos que llevaron al triunfo.