Más diálogos para la gestión deportiva, son necesarios
La ética en el deporte incluye buscar canales de comunicación asertivos que den cuenta realmentelos de valores que se promocionan, o promueven, incluso cómo parte de la metodología de trabajo.
Es frecuente ver cómo al interior de las ligas deportivas existen discusiones que trascienden el plano de lo deportivo; cómo dirigentes y entrenadores se pelean entre sí en situaciones que terminan afectando el desarrollo deportivo y las actividades propias de la entidad, siendo los atletas los más perjudicados.
Hacer parte del Sistema Nacional del Deporte exige de entrada un compromiso, que también es ético, y aunque en el sistema quepan miradas, enfoques o modalidades de negocio que se permiten en el sector y despiertan intereses, también hay una responsabilidad humana y social con los ciudadanos que toman la decisión de ingresar a alguna disciplina como alternativa de vida.
Las ligas deportivas hacen parte de ese tejido social que se construye por medio del deporte y que se circunscribe en el orden de lo cultural, son el nivel de exposición de los clubes que a nivel general, deben encontrar en la ligas ese respaldo suficiente para exteriorizar los esfuerzos que se hacen al interior. Si una liga está mal bajo este modelo, reduce la imagen y el rol de los clubes, lo cual no debería ser así, pero en este sistema funciona de esa manera.
Es por eso necesario que los dirigentes lean la situación en la que están y decidan promover espacios de diálogo, antes que propiciar una agonía incesante donde la discusión y el descontento asoman en cada situación. No es sano para un ente deportivo enfrascarse en discusiones que terminarán aportando poco o nada al desarrollo de los procesos y etapas deportivas. La ética en el deporte incluye buscar canales de comunicación asertivos que den cuenta realmentelos de valores que se promocionan, o promueven, incluso cómo parte de la metodología de trabajo.
Se puede estar en desacuerdo en la manera cómo funciona el sistema, pero no se puede estar de acuerdo en la manera de buscar a través del insulto y el desagravio un camino para expresar y desestabilizar un proceso.
Se puede estar en desacuerdo con una decisión de un presidente, de un entrenador, pero no en con el lenguaje equívoco. Se entiende que el deportista es la esencia de una escuela, club, liga, federación, confederación y/o asociación, todo gesto que irrumpa en su natural evolución, dejará ver mal al ente privado.
El mensaje es claro, el diálogo es el mejor escenario para dirimir conflictos, más tratándose de un campo que está inserto en las Ciencias Sociales, Humanas y de la Educación como es el deporte.