El dopaje, una cruel manera de acabar con la humanidad del deporte
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Los organismos responsables del deporte en el país son los llamados a mejorar los procesos de detección de dopaje en los atletas. El Comité Olímpico Colombiano y el Departamento Administrativo del Deporte, la Recreación, la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre, Coldeportes, están llamados a garantizar la transparencia en las competencias.
Cuando en un evento federado existen dudas sobre la participación de determinado deportista y su rendimiento, es obligación del Laboratorio de Control al Dopaje de Coldeportes, emitir información que determine los resultados de las muestras solicitadas. El Comité Olímpico Colombiano, el encargado de canalizar la información hacia la respectiva federación deportiva, hasta hacerla llega a la liga.
En Colombia y el mundo, la situación del dopaje parte de estándares de investigación muy altos que no se están cumpliendo. El Código Mundial Antidopaje (2007) está siendo manoseado por la burocracia deportiva. En el año 2017 los resultados que se enviaron desde el país a la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) WADA (por sus siglas en inglés), no arrojaron resultados certeros, lo que dejó al laboratorio colombiano con una deuda pendiente, mejorar los estudios.
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En este 2018 la AMA reunió en marzo a los representantes de las Asociaciones Antidopaje del mundo para hacerles llegar un mensaje concreto, tienen que ser más responsables de los procesos investigativos que están adelantando; sin embargo, con escándalos como el de Rusia, con situaciones dudosas como la del ciclista británico Christopher Froom, el deporte soporta un riesgo alto, una amenaza ante los preceptos de la deportividad, el olimpismo y los valores esenciales de la competencia.
Los atletas rusos que pudieron participar bajo medidas especiales en los Juegos Olímpicos de Río 2016, son el mensaje más negativo que ha emitido la organización en toda su historia. Pese a que se comprobó mediante investigaciones científicas, médicas y fiscales la responsabilidad del gobierno ruso del dopaje en una decenas de atletas de la superpotencia, aún así estuvieron portando la bandera, compitiendo ante otras naciones.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó públicamente la trama de dopaje que construyeron desde el ministerio del deporte de ese país, sumando una frase de calado mundial: «es la verdad y quiero que el auditorio y todo el país lo sepa. Pero hubo tales ejemplos sobre todo el planeta, pero no son destacados ni dramatizados».
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Es la frase que hoy ignoran desde la AMA hasta las organizaciones antidopaje. El dopaje no hace a Rusia el único país donde se han empleado medidas que trasgreden los valores de transparencia en el contexto deportivo, ejemplos como el de Lance Asmtrong, donde la Unión Ciclista Internacional quedó expuesta ante la mirada del antidoping, relatan que es un mal mayor.
El surgimiento de la AMA en 1999 se dio para garantizar que los deportistas entendieran que la competencia hace al humano más humano, para que se reconocieran en su individualidad, atendieran a sus límites y deseos con relación a la excelencia deportiva; pero también, para evitar protagonismos políticos como el de Rusia, peleas que históricamente ha suscitado la geopolítica del orbe, que han tocado el deporte en diferentes disciplinas. Sin embargo la AMA está próxima a cumplir una década (2019), con saldos pendientes todavía.
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Desde un orden local, los rumores en los sistemas deportivos de los países suramericanos no han sentido una repercusión real de los controles antidopaje. En Colombia se sigue hablando que ligas potencia emplean mecanismos para que sus atletas sobresalgan en campeonatos domésticos, permitiendo esto que ligas de menor impacto queden relegadas. ¿Qué nivel de veracidad existe en estos rumores?
Tendrá el Comité Olímpico Colombiano y Coldeportes que trabajar por resolver estos asuntos. Emplear la entrega, publicación y masificación de los resultados en cada muestreo que realicen, esto para evidenciar que se está haciendo algo en la materia y que el país no es débil como lo dejó claro la AMA el año anterior.
La preocupación ahora se da cuando los países tienen la libertad de omitir muestras donde el dopaje es positivo, esto para no quedar expuestos ante el escrutinio del Comité Olímpico Internacional, los comités aliados, confederaciones deportivas en el caso del fútbol u organismos continentales del deporte.
El llamado es entonces atender el control dopaje en los torneos departamentales, regionales y nacionales, para enseñar desde las bases lo que en la competencia élite, ya es una problemática mayor. En ello las ligas serán el aliado perfecto.
Más humanidad en la competencia, menos dopaje.
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