En la región, el fútbol infantil augura un buen año 2018
En la región, el fútbol infantil augura un buen año 2018
Con la clasificación de la Selección Quindío de Fútbol Infantil a la segunda fase del Torneo Nacional Interligas este fin de semana, y sumado a la también conseguida clasificación de la Selección Caldas en la misma categoría, se augura un buen panorama para lo que será el fútbol infantil de la región cafetera durante el 2018.
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Risaralda por su parte, iniciará hoy su presentación en el Torneo Nacional Interligas de Fútbol Infantil, el debut será contra la delegación del Amazonas, luego enfrentará a Caquetá y Nariño para cerrar el próximo domingo frente a Meta. Los dirigidos por el profesor Jorge Hernán Loaiza, buscarán avanzar de la misma forma que lo hicieron Caldas y Quindío. De lograrlo, las tres escuadras representativas del Eje Cafetero estarán proyectándose para la segunda fase del evento nacional, con gran protagonismo.
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Risaralda ya lo logró el año anterior bajo la orientación del profesor Rubén Darío Zapata y no hay duda que para esta ocasión el equipo verde y blanco puede aspirar de nuevo a una instancia como la protagonizada en el 2017. Obviamente tendrá en frente a seleccionados importantes que buscarán también un cupo que los acredite con una gran representación, sin embargo los de casa juegan con la ventaja de la experiencia y de la localía, factor que es determinante cuando se conoce el clima y la cancha.
Sin embargo, no debe verse como una obligación. Con frecuencia los padres de familia, entrenadores y los mismos directivos de clubes de fútbol exigen a los infantiles ganar todo y aspirar a ser campeones, pero ya lo hemos visto en versiones anteriores; cuando el poderío de Cundinamarca, Valle y Antioquia salen a relucir en las últimas fechas del evento nacional, las severas goleadas no se hacen esperar, y equipos como los nuestros terminan en desventaja frente a escuadras que al parecer han sido diseñadas para dominar.
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Surgen entonces preguntas claves como: ¿cuáles serán las estrategias que las delegaciones del Eje Cafetero contemplen para enfrentar en la siguiente ronda a representativos que históricamente han marcado diferencia en el fútbol infantil?, y ¿cómo sortear, cuando menos en la mentalidad de los jugadores infantiles, aquella idea de que es posible aspirar a un título?
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Lo cierto del caso, es que finalmente los niños que salen al campo de juego (todos al rededor de los 14 años de edad), deben comprender que están allí para representar una región, para portar la camiseta y los colores con respeto, para entender que en el juego hay valores de trabajo en equipo, de solidaridad, de confianza y de cuidado por los intereses colectivos. Es decir, en ésta primera categoría, lo primero que debemos promover es el sentido de pertenencia, la identidad y el amor por la tierra que se representa, más allá del triunfo y los resultados.
A los niños que juegan el fútbol infantil, habrá que explicarles que antes de la clasificación está el honor, antes del gol está el juego limpio, y antes de levantar una copa hay que levantar la frente. Por ello, deseando que Risaralda también clasifique a la siguiente instancia, auguramos un buen año para el fútbol infantil en el Eje Cafetero durante el 2018, pero sobre todo esperamos una digna representación de nuestra región, y esto no sucede necesariamente con un título, si no más bien con el agradecimiento que como sociedad debemos expresarle a estos valientes que buscan llevar a instancias definitivas el honor y el talento deportivo de la región.
Sin duda, este será un buen año para el futbol infantil del Eje Cafetero.